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Yᴏᴜ ᴅᴏɴ'ᴛ ᴄᴀʀᴇ, ʙɪᴛᴄʜ.
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JB1535635 · F
Ooc: Estoy en mi estadía más larga, pls. He superado todos mis récordsssss
 
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JB1535635 · F
Ooc: CRYING. Aparezco cuatro meses después para decir «gracias». Mejor tarde QUE NEVER.
Cy1516757 · F
Hoy no es mi día, quizás piense en disculparme con Camile. — Aunque eso no es cierto, jamás en la vida se disculparía con la rubia, Ten pensaba que definitivamente actuó mal con ella, nada tenía de culpa por lo que acontecía en su día, sólo era un peón al que había aplastado.
Así le siguió por el pasillo hasta que el agarre, más desesperado de lo que ella tenía que contarle, le sacó de si y cuando le vio el torso desnudo, no pudo evitar emitir un "oh" en alarma y sorpresa. Ten pasó las yemas de los dedos por la línea azul, mirando con detenimiento la zona de su piel donde se encontraba. Esa era la primera vez que veía algo igual, en todos sus años viviendo en la orden nunca había sabido que alguno de los mestizos sufriera esa clase de daño, lo que la llevó a pensar que se trataba de algún veneno o maldición. Dejando aquello de lado, miró a su hermano con cierta preocupación, puesto que imaginaba, por el comportamiento brusco que había tenido la última semana, que algo andaba mal, más no de aquella magnitud. Quiso reclamarle, sin embargo acertó un golpe a su hombro con el puño cerrado y frunció el entrecejo mientras se apartaba arrojándole la camisa del uniforme y una mochila.

El día que te mueras, bailaré en tu tumba. — Le escupió con todo el veneno que le fue posible, porque si había algo que la hería era saber a su hermano sufrir en silencio y más cuando su sistema energético estaba siendo afectado de aquél modo. Se llevó una mano al rostro para restregarlo y luego echó hacia atrás la cabeza, mirando al techo con cierto cansancio, como si cargar su propio cuerpo y hasta respirar le fueran actividades dolorosas.— Vamos a ir a Esauria, a... — Decir aquella palabra, "papá", también era algo pesado así que cerró los ojos y simplemente dijo. — A ver a Hades y será una misión larga, así que empaca poco y preparate mucho.

En esa época, los dioses se disputaban la influencia que tenían en la tierra, la falta de rezos los había dejado en el olvido y obligados a vivir como los humanos, si bajar les apetecía, algunos habían ideado la manera para volver a ser necesitados. Hades era uno de ellos, que actualmente se encontraba en búsqueda del casco de invisibilidad, fingiendo una tregua con la orden para facilitar su tarea. Le dio la espalda a Ji mientras tocaban la puerta, así abrió para encontrarse con su compañero que llevaba una maleta con sus pertenencias y otra con las de Ten.

¿Están listos? — Le preguntó a la chica mientras ella contenía el mar de emociones que la ahogaban en ese momento.
Cy1516757 · F
Lo degollaron, pero quien lo hizo no fue humano. — Le indicó uno de los uniformados mientras movía el cadáver apenas unos centímetros, para poder retirar un poco de la piel que colgaba al suelo e impedía ver el corte limpio que atravesaba su cuello. Ten echó la mirada al suelo e indicó con un movimiento de cabeza que era hora de partir. Su compañero lo siguió por un costado en total silencio mientras, seguramente, analizaba las posibilidades que tenían de llegar a tiempo, la reelección iba a dar comienzo y varias vidas estaban en juego.

Crees que... ¿Crees que Hades los traicione?— Le preguntó el masculino luego de un rato, mientras cruzaban las puertas del edificio, directo al corredor que parecía interminable y luego a la derecha a la sala de descanso, donde la silueta de la rubia la hizo reír.

No lo sé, pero aún no le cuentes nada a Ji, preparate para ir a Esauria. — La chica palmeó su espalda y se encaminó hasta el sillón donde su hermano reposaba, pronto se tomó del respaldo y echando el cuerpo hacia adelante buscaba la mirada de Camile, que fruncía el ceño para hacerle frente, de pronto la notaba malhumorada. — ¿Cuándo vas a aprender que definitivamente le desagradas?

Le soltó de golpe, si había algo que le molestaba demasiado eran las lagartonas que se le restregaban al ajeno cada que encontraban la oportunidad. Pronto palmeó el hombro de aquél y le hizo una seña con la mano mientras le daba la espalda para tomar camino a los dormitorios. Estaba próximos a salir rumbo a Esauria, en Marruecos, donde buscarían la pequeña ciudad fundada por algunos clanes antiguos para la convivencia y resguardo de mestizos, con el tiempo se había hecho un destino turístico y de libertinaje para los dioses, que preferían jugar sucio con la humanidad, fingiendo ser uno de ellos, necesitaban ir a buscar a Hades, el padre de Jigoku y Tengoku.
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA, a ver si les toca encontrarse, será épico. xD

¿Y ahora qué? JAJAJAJAJAJAJA.
JAJAJJAAJAJAJA, WEY, hagamos tour por todos los sitios de RP en diferentes temporadas. xD
No, es Patricia.

Mentira, sí. JAJAJAJAJAJAJAJA.
amatis · F
JB1535635 · F
Frunció el ceño. Ella podía ser de todo, menos un vejestorio. — No hay forma que me compares con una reliquia si es que tengo un botón de reinicio y siempre regreso con una nueva identidad. — Haciendo alarde de esto la muchacha extendió las palmas hacia su rostro y las agitó sobre este, como dando muestra que ya no era el hermano pecador de Abel, ni tampoco esa japonesa en los campos de concentración, muchísimo menos la princesa LaLaurie. Ahora era Jenna Bane. Su nueva identidad. Su nueva reencarnación. Quizás debería haber tomado un tono más dramático al implicar que ella era una reencarnada, quizás debería haber empezado su relato con la verdadera identidad de Caín y Abel. Quizás. Quizás. Quizás. Pero ella había crecido con esa historia, se la habían repetido tantas veces como si se tratara de una ben(mal)dición, al punto de que si volvía a escuchar ese tonto relato, se lanzaría sobre el río sin dudarlo. Así que se encogió de hombros e improvisó:

Pertenezco, en contra de mi voluntad, a una asociación que reúne a más personas como yo. Básicamente se supone que soy una clase de pieza clave en este lugar, así que siempre me tienen bajo el radar. — Dejó que su propio peso cayera sobre uno de los pilares mientras soltaba un bufido. — Y desde el momento que aprendí como usar esto —levantó el dije en forma de rosa que descansaba sobre su pecho—, pues no he perdido oportunidad alguna en hacerles pasar un mal rato mientras que me buscan de nuevo. — Y la verdad era que Jenna no necesitaba todo ese fajo de billetes, si tan solo fuera a pedirle algo a Zhar Lou este se lo entregaría siempre y cuando ella tuviera que ofrecer otro pequeño pedazo de la poca humanidad que le quedaba. Decidió reemplazar la molestia que comenzaba a inundarla con una ceja enarcada y una media sonrisa, su mejor arma contra el universo: el humor. — Además, soy desde turista perdida, pasando por comentarista en museos hasta enemiga de un yakuza. Puedes añadir eso a lo apostadora y vividora.

Jenna ladeó el rostro para observar a Sokar y lo señaló con el índice. — Al inicio creí que eras otro reencarnado, perdido en un bar de mala muerte. Estaba lista para salir corriendo de ese lugar, pero... — La muchacha se alzó una de las mangas de su camisa revelando una marca sobre su piel, una que, sin importar cuantas veces reencarnara, la acompañaría como su constante recordatorio de lo que ella era realmente. — Nosotros tenemos la marca de Caín o la de Abel. Y esta básicamente te dice si tienes a otro pecador cerca. — Dejó su marca al aire por unos instantes más antes de volver a esconderla bajo su camisa. — Pero dado que no funciona para detectar ángeles caídos, presentaré una queja en recursos humanos de la asociación.
JB1535635 · F
Jenna devolvió su mirada hacia el horizonte mientras que Sokar mitigaba una parte de sus dudas. Odió que incluso la idea cruzara por su mente, pero, ¿cómo es que la Asociación Alois no había dado con él antes? ¿Cómo se había mantenido a salvo de las garras de Zhar Lou? ¿Cómo? Quizás si quisiera conservar las raíces de su origen, y de los suyos en general, ese era el momento donde se sorprendía y se ofendía, exclamando que cosas así no existían. Quizás ese era el momento en que colocaba los ojos en blanco, susurraba un "lunático" y desaparecía en otro portal para que así el chico del catálogo no la volviese a ver nunca más. O así es como Emilia le había enseñado hasta el cansancio: esconder como fuera de lugar los orígenes de los eternos. Sin embargo... — Moriría por ver la colección de antigüedades que debes tener escondida. Las cosas que has de haber reunido durante tu infinita estadía. — Jenna estaba repleta de defectos. Y uno de los más predominantes era el egoísmo. Estaba más interesada en saber lo que él ocultaba y si para ello tendría que revelar quién era realmente, lo haría. Por algo cada uno de los eternos continuaban existiendo: pecadores sin remedio.

¿Te arrepientes? — Su mirada ahora en su perfil era fija. Su voz, casi un susurro. Por un instante sintió amargura casi imaginándose que él afirmaba haber caído ante sus deseos. Por ese instante se vio a sí misma en él e imaginar que alguien confirmaba algo tan estúpido la enervaba. Cansada de su propio hilo de pensamientos, soltó un suspiro y regresó la mirada al horizonte. — Jamás entenderé a las personas que cometen errores e intentan remediarlo al instante. Es como si tuvieran miedo de quemarse, ignorando el hecho de que el calor en la punta de sus dedos fue una sensación increíble. — Caín no dudó después del primer golpe a Abel. La sensación fue instantánea, reconfortante. Continuó golpeándolo, reduciendo cualquier pensamiento de angustia a la nada. Fue el primer pecador, el primero que dejó que sus manos se quemaran al jugar con fuego.

Jenna, siendo la chiquilla rulosa que veía casi todo como un juego, devolvió su mirada a él y con una pequeña sonrisa de lado, aclaró. — No es como si los años te hubiesen tratado mal. Si me detengo por un segundo a imaginarlo, un par de alas blancas en tu espalda serían un interesante toque, pero, el negro te sirve bien. Cualquiera te mirara ahora, no pensaría que eres una reliquia viviente. — Hundió sus dedos en sus rizos y ¿acomodó? su cabello solo para dejar que estos rebotaran un poco más en todas las direcciones. Las luces tenues de los faroles en el Puente de Carlos comenzaron a alumbrar el camino de todo turista y de la reliquia viviente junto a la menuda muchacha.