-sonrie por el beso en su nariz, acariciando sus mejillas con suavidad y tambien viendo a aquellos chicos ayudar en lo que podian- Si... de seguro que lo hicieron, es sorprendente que ninguno se cea triste por haber perdido a su amo, ni siquiera quiero imaginarme la vida que tenían... la colmena les recibe con los brazos abiertos

- Le miro. Sonrio hacia su amado y besó la punta de su nariz. Envió sus ojos hacia los chicos que habían rescatado, especialmente a los mayores. Estaban bien alimentados, pero sus cuerpos estaban marcados por todos lados. A pesar de eso los escuchaba hablar con educación, ir de aquí para allá cargando suministros, alguno de ellos con pleno conocimiento de primeros auxilios. - Ellos nos ayudarán a hacerlo. Seguro aprendieron más de sus amos de lo que pensamos.

-no deja de acariciarle incluso cuando se retira la mascara, sintiendo como aquel cuerpo se volvia mas fornido, sonriendo y recostando su cabeza contra los fuertes pectorales del dragon- Los tenemos, si. Cada dia somos mas, es casi una ciudad esto acá abajo haha -le toma de las mejillas haciendo que le mire- Todo va a salir bien a partir de ahora, eliminaremos a ese idiota y su cadena de trafico de una vez por todas

- Acarició su pierna y sonrió, recordando el suave tacto del pelaje ajeno. Aún seguía con la máscara de su juventud, la cual se retiró y dejó sobre la mesa, ahora su barba tan blanca como el otro. - Al menos los tenemos a ellos, les daremos una buena vida. La familia crece y crece.

Tristemente... si los hay -responde con pesadez, manteniendo sus parpados cerrados tomando una de las manos de leo para que acariciara el pelaje de su muslo, sabia que la caricia le relajaria a ambos por igual, pero tambien necesitaba estar acurrucado contra su enorme cuerpo, estaba buscando protección en su pareja- Si solo hubieramos actuado antes...

- Al verlo acercarse lo recibió con los brazos abiertos. Era lo que mejor podía animarle, así que le estrujó contra su pecho, acunandole en sus brazos. - No pensé que este lugar pudiera estar tan podrido. ¿Habra otros así?

-Arslan ayuda en lo que puede, haciendo varias pociones para poder dar a aquellos chicos, ya habiendose quitado la mascara y revelando su verdadera forma. Tenia mucha mas practica en trabajar así y le era mucho mas comodo, ademas, por el nerviosismo y el estres sus piernas humanas a penas le sostenian en el lugar. Al terminar con su parte de la ayuda observa a Leo en aquella esquina apartado de todos, caminando lentamente en su direccion, subiendo sobre sus piernas para acurrucarse contra el con los ojos cerrados- Fue un dia realmente duro... -no iba a decir que todo habia salido bien, habian perdido a dos de sus chicos y no tuvieron siquiera oportunidad de salvarlos, aquello le rompia el corazon al brujo, amaba a todos sus alumnos por igual-