ºº Habían pasado ya varias semanas desde el retorno de la Compañìa de la Ciudadela Negra, y con tesoros y artefactos el grupo había retornado victorioso. En aquel instante, uno de tantos artefactos parecía una extraña araña de metal, la cuál podría ser tecnología antigua de gnomos, o los enanos de ciertas eras pasadas. Por ende en medio de libros, piezas, artefactos e ideas, la figura de Jarrus se disponía a investigar la verdad sobre estos.
Después de tomar aquella bocanada de aire, simplemente entrecerró sus ojos y se mantuvo observando hacia el cielo pensativo por unos momentos, el hombre de cabellos purpúreos frunció el entrecejo al notar que la respuesta de otros hechiceros había sido casi nula. Por ende comenzó a bajar por las escaleras notándose como varios panfletos de reclutamiento volaban por los aires en las calles del mercado de la Ciudadela, cosa inusual, pero pensaba que probablemente alguno de los mensajeros había perdido unos de camino, por ende tomó uno de estos y continuó su camino.