**Aquella chica solo había conocido a una criatura en su vida que podía hablar y que poseía ciertas características diferentes a los otros animales, pero esta ocasion el ver a un minino vistiendo botas y sombrero era algo bastante peculiar, observando aquella venia que le ofrece al notar que ya se había percatado que ahí se encontraba observando la luna a la orilla de uno de los edificios, parpadeo un par de segundos y moviendo lentamente su mano hacia un escudo que poseía en su mano izquierda un brillo tras este en color metalico oscuro se asomo pareciendo que tras el mismo escudo se ocultaba algo peligroso…
Y si…aquella mujer era algo desconfiada de criaturas que lucieran lindas, amables o en su defecto hacían venias con sombreros en mano, tras el escudo se encontraba un arma de fuego calibre 45 y en caso de notar algún movimiento extraño por parte del gato no dudaría en dispararle…**
[i]-El sobresalto del felino lo asusto, pero un momento se cuestiono. ¿Cómo un gato puede hablar? o tal vez no era un humano era un humano, pero si eso fuera por que no tiene el olor de una persona y tiene el de una especie diferente, era una incógnita que por mas que quería saber y preguntarle, solo se podía guardar la pregunta para si mismo. Sonrió de forma divertida, mas que lastima era el primer comentario de queja por causa de el, le pareció que hizo una travesura sin querer. Presintió las intensiones del mínimo, por el lugar donde viene lo hizo que fuera un poco frio a las quejas, escucho ese exclamo
"¡¿Qué os pasa, Tio?¡
Soltó una sonrisa como si quisiera reír pero solo se escuchaba un leve sonido de risa, a eso fue un esfuerzo para sus cuerdas vocales, con su brazo lo llevo a la parte superior de su boca para poder toser. ¡ Pero un momento! eso pensó cuando era libre y era un niño pequeño aun recordaba como escribir, se arrodillo y noto que el suelo era terroso, con la punta de su dedo escribió con una letra horrenda pero entendible, por la falta de practica. -Disculpa. -Levanto su cabeza, por el olor se guio un poco para saber la ubicación de su acompañante, tanto había dominado este sentido tan aguda como la de un canino, sonrió ladinamente, mientras que sintió como le daba su cola, y como lo invito a compartir la sombra, se sintió muy a gusto, olvido esa satisfacción de cuando tratan como algo normal y no como un objeto, se sintió ameno, Con la cola esponjada era muy sedosa, siguió hasta sentir el lomo y cabeza del felino. Era simplemente extraordinario que un gato hablara.[/i]
++ ¡Inimaginable sorpresa la que se llevó el mayordomo! ¡Un felino! Se trataba del animal que tanto adora e idolatra. No hay nada más perfecto en el mundo que un gato. Sus ojos se abrieron más, recorriendo con la mirada el cuerpecillo del animal. Ese pelaje de color anaranjado, las esmeraldas en sus ojos, brillantes como las estrellas mismas, los finos bigotes que se escabullen por los costados y sobre todo... las acojinadas patitas que gusta de apretar.
El rostro del mayordomo contenía un gesto de fascinación. Escuchó hablar al personaje pero sus palabras no llegaron a su persona.. ++
......
++ Las palabras no emergían de sus labios. Incluso le faltaba el aire. Dejó el candelabro sobre la mesita que reposa al lado de la ventana y se acercó, asomándose con la intención de sujetar al gato entre sus manos. Las mejillas traslúcidas se pintaron de rosado. ++
Esos modales.. esa postura.. esa gallardía.. No existe tal perfección ni en los mismos ángeles.
ON: -- ¿Qué sucedería si uno pudiera salir de un lugar como la ciudad mas corrupta de Japón Toshima? un día lo pensó Kau. Cuando se le cedió la oportunidad cuando esta fue atacada por los agentes, teniendo mayor control y se acabe el juego del Igura, ese juego es de vivir o morir a que se refería esto, esta claro por que solo se encontraba gente de mala vida. Solo una regla existente vivir o morir. Todo se acabo, Kau decidió escapar de su enfermo amo, en un transporte no sabia que eso lo conduciría a un nuevo destino.
Su nueva ubicación seria un lugar donde azotaba terriblemente el calor, un calor infernal, Kau no estaba acostumbrado a ese clima, de debía que venia de un lugar sombrío, y nublado. Buscaba un lugar donde refugiarse, algo como una sombra que pudiera cubrir su pequeño cuerpo, llegando a ese lugar parecido a un pueblo, olfateando se orientaba , todas las personas solo se podían hacer de lado, les sorprendía a una persona con un atuendo y apariencia grotesco. Solo se escuchaban murmullos la vista, Kau es un chico casi un niño aproximadamente de 16-17 años de cabello blanquecino, de piel sin color, de complexión extremadamente delgada y de estatura media, tenia una gran cicatriz en forma de x en su torso con colgantes, y los ojos cubiertos se debía a sus operaciones que fueron causadas por un hombre con mente retorcida como su amo para que no pudiera hablar ni ver otorgándole un fuerte sentido del olfato. Vestía un atuendo muy sugestivo a la vista.
Eso captaba mucho la atención de los habitantes de ese poblado, cuando olfateo un olor, a el de un gato, solo pudo limpiarse el polvo y ese olor, no le parecía un tanto agradable, le incomodaba el cabello del felino, por accidente solo piso la cola de el felino, sintiendo como brincaba del dolor, solo se pudo hacer rápido a un lado, agitando las manos en forma de disculpa no era su intención haber pisado su esponjada cola, pero después de un momento tomo asiento, había encontrado lo que buscaba un lugar libre del calor infernal. Con la mano estaba buscando donde se encontraba la cola del felino, para poder dar un masaje por su acción descuidada.
