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31-35, M
Salvaje, fuerte, honorable "狼よ、我が敵を食らえ...!" Rōnin, en busca de reestablecer su honor.
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*Cruzada de brazos, Rera observaría a su contrincante sin quitarle la mirada de encima. Esbozó una perversa sonrisa, el brillo de sus orbes escarlata se intensifican más y más conforme denota el poder que emerge del joven. Shikuru, el malvado lobo siberiano, gruñe mostrando sus perlados colmillos, actitud que pronto fue tranquilizada por la suave mano de la joven que acaricia la cabeza del canino.**

- Soy la magia, soy la luz, un instante de eternidad, la puerta abierta al mas allá, si duermes me verás. Si has llegado hasta aquí, cuídate de morir sin antes dejar, terminados todos tus sueños, la vida es para luchar. -Pausó un momento, luego continuó con aquella dulce melodía que sobresale de sus cuerdas vocales, dando una señal de advertencia, por no decir que, de amenaza pura.- Ahora te toca vivir, ya habrá tiempo de morir, hazte amigo de la adversidad o nunca serás feliz. Y algún día verás que la vida es muy corta para llorar, se tu mismo y eso nunca te lo podrá ... quitar.

*Su dulce cantaleta resonó con el viento, mismo que envuelve cada parte de ella y le levita a escasos centímetros del suelo. Entonces, de un instante a otro, Rera desenvainó su espada Kodachi y a la vista de cualquier humano se desvaneció como el vapor de agua, posteriormente volvió aparecer a las espaldas del joven samurai solo para colocar el mortífero filo en el cuello de él.*

- ¿Porque buscas la aceptación? Los samurais siempre se han complicado la vida, buscando a alguien a quien servir. Sinceramente, no necesitas el honor ni nada de ésas patrañas. -Argumentó sin quitarle la atención de encima, por supuesto que Rera no brindaría el primer golpe porque quiere conocer a mayor profundidad a su oponente.- Todos ellos merecían una muerte dolora. Tu lo sabes, no intentes mentirte y actuar como un perfil de justicia, cuando realmente son puras estupideces. -No se alejaba de las espaldas del muchacho, ahora ella espera la reacción de él a juzgar por el poder que invocó, convirtiéndole en un digno oponente, ¿y porqué no?, un reto más para incrementar sus habilidades, fuerza y determinación al momento de asesinar.-
 
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- Si estando a mi lado es una manera de ayudarte, aceptaré que vengas conmigo. -Acomodó su larga espada por encima de su esbelta espalda, prosiguiendo en dar algunos pasos para dejar atrás aquel escenario.- No es malo ser un ronin, mi sensei también es uno y es el mejor samurai que he conocido. Él me enseñó el arte del bushido y el sagrado código de un samurai. -Hisame escondió la mirada bajo el abundante flequillo en la brevedad posible. Hablar de aquel hombre que le acogió y enseñó el camino de la lucha, el honor y la dignidad, resultaba ser lastimoso, además de un grato recuerdo. Hacía mucho que no sabía de aquel samurai ronin de nombre Haomaru, sin embargo no brindó mayor detalle.-

- Debemos apresurarnos. -mencionó apretando el paso de su andar.- He escuchado que existen peligros de toda índole que rondan por éstos suburbios. No les temo, solo no deseo cruzarme con nadie, realmente deseo también descansar y comer algo cuanto antes.

*Dijo sin mirar al hombre, asumiendo que él le está siguiendo por aquel tranquilo sendero que poco a poco iba tornándose más siniestro y oscuro por la hora actual del día.*
ChamCham · F
*Cham Cham fue liberada de su tortura por el samurai, entonces ella cayó raudamente al piso en posición de cuatro, limpió las lágrimas de su rostro y se dispuso a cubrirse con aquella indumentaria fabricada con la exótica piel de un jaguar. Acto por seguir, enfocó sus dos orbes de verdosa tonalidad en las criaturillas aún cuando el silencio reina entre los personajes, así sin mayor preámbulo sujetó su boomergan ubicada en el piso, lanzó de éste y remató con una serie de zarpazos que quebraron la existencia de aquellos hostiles hombrecillos.*

*Durante aquellos segundos, el boomerang hizo su trabajo: cortar a la mitad, desollar y decapitar a quienes e cruzaron en el camino, entretanto, los zarpazos de la chica también fueron suficientes para mantener a raya y fueron capaces de hacer crujir el cráneo de los sobrevivientes del boomerang. Ahora solo queda ella en soledad con Garomaru.*
- Ñya, gracias.



-Argumentó tímida, sin acercarse al guerrero que sin lugar a dudas es un ser humano común, sus rasgos, posesiones e indumentarias poseen características propias de un viajero poco común por aquellos lares, por no decir que, un extraño. Así mismo, una frase en común asaltó su mente: "El enemigo de tu enemigo, es tu amigo"-Impulsándose por la sabia reflexión; sin temer a él, prosiguió.- -Cham Cham está en deuda con usted, Cham Cham te pagará ése favor ya sea en ésta vida o en la otra, un guerrero jaguar de élite, siempre cumple una promesa y jamás hace distinción de aquellos que siguen el camino de la rectitud de un guerrero.

*Cham Cham se levantó del piso, optando por una posición más erguida y "normal", permitiendo un mayor enfoque en su físico, su vestimenta y cultura. Entretanto, ella sabía que ése joven de kimono oscuro con franjas blancas y de estatura promedio no pertenece a ésas tierras, cuya frontera es precisamente entre otras naciones. Pese a todo, no cuestionaría la presencia de su anfitrión, después de todo cabía una alta posibilidad que el guerrero venía de paso, justo en vísperas del misterioso brote que impregna con su presencia maligna la belleza natural de las tierras fértiles y vírgenes, hogar de un ecosistema pleno y que vive en armonía.

Entonces, la jovencita guardó silencio, mientras el pequeño mono mascota se acercó y cruzó sus extensos brazos alrededor de ella quedando colgando.**


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ChamCham · F
*En efecto, las malas lenguas que narran las terribles anécdotas de ésos alrededores, hablaron por sí mismas cuando la presencia del samurai estaba cada vez más cerca de su posible investigación. Cham Cham también se había adentrado a los prohibidos suburbios, trepando árboles y deslizándose por sus ramas entre las frondosas copas, pero venga que la descuidada joven se topó con una trampa.*

- ¡Paku, Paku!, ¿ves al duende cerca? -preguntó al simio que recorre el camino de ramas y hojas junto a la joven.- ¡Ñya, Paku, tenemos que encontrar el artefacto sagrado de la tribu!

*Buscaba y buscaba con su vista, pero entonces, el simio chillaría con un tono que solo un animal, o en su defecto, Cham Cham sólo entiende, porque el simio de nombre "Paku Paku" olfateó la cercanía del muchacho, señalando con su velluda y pequeña mano de mono. La joven peliverde entendió la señal, pero fue poco tiempo para que se acercara lo suficiente a la trampa, ahora que caminó sobre una rama, ésta tronó y una enorme red atrapó a la chica dejándola colgada y confundida. De pronto se escucharon risillas burlonas y malintencionadas, sin duda eran seres elementales y muy hostiles que viven en el bosque, los arbustos se mecían con brusquedad y salieron de éstos seres amorfos con orejas puntiagudas y con máscaras en su rostros.*

- ¡Ñyam, Ñyam, dejenme! -Dijo la joven, pero entonces, aquella red aprisionó a la muchacha colocándola en una posición embarazosa, justo para ser torturada., posteriormente asesinada como aquellos cuerpos dejados a la intemperie- - ¡KYAAAAAAAA!

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*La felina y suave cola abombada de la joven se erizó al igual que su alborotada cabellera cuando sus manos y pies estaban sujetos. De pronto, una de las figurillas se acercó a Cham Cham y le arrancó la parte delantera de su indumentaria dejando al descubierto su esbelto y femenil pecho.-

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- ¡ÑYA, ÑYA! -Gritó asustada, molesta y con lágrimas en los orbes-

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*Sin contratiempos avanzaría con la propia iniciativa que ha demostrado siempre en conjunto con quienes le rodean. Asimilaba poco a poco el encuentro con aquel samurai, quien brinda su ayuda y propia iniciativa en dar a conocer su intención de "Son de paz". Sus preciosos orbes de tonalidad carmín se deslizaron por el terso rabillo de sus parpados, respondiendo con melodiosa voz y con tímido tilde.* - Un gusto, Garōmaru-dono. Mi nombre es Hisame Shizumaru. -Raudamente colocó su sombrilla por encima de su hombro sin la necesidad de desenvainar su espada cuando no existe un motivo de pelea.- - He venido por estos lares porque sólo vengo de paso, mi misión se ha encaminado en la dirección del siguiente poblado, pero por desgracia temo que me haya desviado del camino, realmente no sé dónde me encuentro, pero tal vez, usted podría serme de guía. No pretendo quitarle su tiempo en caso de que también tenga un largo camino qué recorrer.

*El pelirrojo expresó abiertamente al samurai, sin recurrir al cuestionamiento si éste servía de un señor o se es un rounin, tla y cómo lo fué su maestro, un excelente samurai rounin que pelea por un objetivo claro sin necesidad de servir a alguien.-


*Hermosas olas de viento ondeante circulan entre los árboles y menean las tranquilas aguas de una bella vista a un lago poco profundo y muy tranquilo, cuyo manto azulado es el espejo del cielo estrellado. Un sitio ideal para observar la naturaleza y sus maravillas, aunque no es un lugar para explorar o viajar solo, sobretodo por la presencia de asesinos y ladrones que abundan para atracar a los pequeños comerciantes o viajeros novatos. Pero, ¿acaso Rera iba a caer en esas primitivas trampas?, ¡Por supuesto que no!, Rera es un verdugo puro y extravagante, sumido en el afán y la adicción de asesinar, a continuación la serenidad del sitio es fracturada por un audible grito desgarrador que se escucharía por largos kilómetros a la redonda, éso incluye la ubicación del samurai.*

??: Por favor, no lo hagas ... -Se escuchó una voz masculina, irrumpiendo no solo la tranquilidad del mar y los alrededores. En el preciso instante, un hombre de aproximadamente 40 años de edad, cae tendido sobre la suave grama aclamando piedad y sujetando con su mano izquierda aquel muñón recién formado a causa de un uniforme y limpio corte de su brazo izquierdo, es decir, una completa mutilación.- ??: Ten piedad, no te iba hacer ningún daño.

*Argumentó con desespero intentando huir aún y arrastrándose sobre la hierba y flores que recubren la contextura del suelo boscoso, comenzando a perder vitalidad en su cuerpo y las fuerzas necesarias para pedir ayuda, o bien, levantarse y correr sin siquiera lograrlo. De pronto, la tenue iluminación de la fogata se reflejó en sus orbes, aparentemente alguien podía ayudarlo, más su horrible sorpresa es cuando la apariencia del responsable de la actual dolencia del hombre se hace presente.*

- Regresa a tu agujero, asquerosa basura. -Las hirientes palabras fueron la clave principal en ilustrar el cuerpo completo de aquella jovencita de nombre Rera, quien fija sus grandes orbes escarlatas en el individuo. Y, antes de que el hombre intente algo, la chica desenvainó su espada kodachi y corrió en dirección a él, realizando un largo y veloz movimiento con la espada sobre el cuello del hombre lograndolo decapitar, por supuesto, la sangre brotó y la cabeza rodó hasta las orillas de la fogata, justo a los pies del samurai, dejando una larga mancha de sangre esparcirse en el suelo.-



*Dulce, callada y cruel, permaneció durante unos segundos, hasta el momento que ella dio una orden muda al hermoso lobo siberiano que le acompaña. Éste sin negarse, se acercó al cuerpo del "desafortunado" y comenzó por desmembrarle con los filosos colmillos de sus fauces comenzando a comer la carne. Por otro lado, Rera sentía de una segunda presencia en aquel lugar. Sin decir una palabra, giró su mirada por el terso rabillo de sus párpados hacia la dirección donde se ubica el joven, y con tan sólo fijar su fría mirada pudo contestar a su interrogativa, ella también lo observa con aire desdeñoso y mandon, en tilde frío y desafiante, pero aún así no ejerció el menor movimiento, quizá se trate de una nueva aventura que vivir, y si el tiempo lo permite, una víctima más para asesinar como sucedió con aquel sujeto que yace muerto.*


- Shikuru ... alguien más desea su muerte, pero no es una escoria de la humanidad.

*Las palabras de Rera estarían presentes con mayor crueldad en ése escenario de la mente más vil y deshumana que haya existido.*
ChamCham · F
R/Off: Gracias dulce Garomaru.

R/On:

*A lo largo del tiempo han narrado y escrito diversidad de historias constatadas por grandes batallas, actos heroicos, victorias y derrotas según la cultura de cada poblado, ciudad o país. He ahí la razón por la que Cham cham ha decido emprender un viaje a otras tierras, especialmente por la raíz del problema eje que preocupa a la joven guerrera. En días pasados, ella tomó secretamente una reliquia muy poderosa de su pueblo natal, denominado el " Tánger Piedra", para jugar con un duende pero éste se lo arrebató por mera maldad al conocer la poderosa potencia que posee. La culpa pronto llegó a ella, pensando que sus padres estarían enojados a causa de su "ineptitud e incapacidad de cumplir una orden", por lo cual, establece dicho viaje de búsqueda con su chimpancé mascota "Paku Paku" con el fin de encontrar el artefacto.*

*Bajo el brillo de los tenues rayos que apenas penetran la densidad de las copas, el aspecto físico de Cham Cham es de una joven de aparentes dieciséis años, rostro fino y de rasgos felinos, una larga y alborotada cabellera de verdosa tonalidad adornado con puntiagudas orejas, ojos grandes y expresivos, gauntlets en manos y botines en pies acompañados con garras, como todo un feroz gato, así como también la rasgada indumentaria fabricada con piel felino, portando consigo un arma arqueada, veloz y muy capaz de cortar todo a su paso cuando se lanza por los aires, conocido como "boomerang", cuya apariencia brinda la naturaleza salvaje a la que ha estado sometida desde su nacimiento y gracias a la cultura que prevalece en su país de origen.*



En aquel mes de Abril, el cielo tenia un color azul profundo como el mar, el sol no lograba llegar al suelo por la altura de aquellos arboles gigantescos que vivían desde hacia ya décadas en ése verde valle, de pronto el aroma se tornó realmente desagradable y lo único que se lograba identificar era el hedor de la humedad, el suelo estaba lleno de suave vegetación, habían gusanos, insectos y piedras alrededor de los arboles comiéndose las criaturas que habían muerto, o mejor dicho, humanos que murieron en días posteriores. Si se deseaba caminar en aquellos senderos era realmente imposible, ya que estaban llenos de barro y espinas, era un sitio solitario y frió donde nadie desearía estar en toda su vida.

Aquel bosque es conocido como un sitio prohibido, nadie se atrevía a entrar en el, se murmuraba de boca en boca que vivían criaturas enormes, colosales y horribles, además de peligros más inminentes al término de éste. Claro, eso dicen los chamanes y guerreros más experimentados de la tribu, pero Cham Cham estaba decidida, debía entrar en el bosque y buscar al ser que ha robado del artefacto, pero jamás pensaría que se encontraría con algo muy distinto: A la lejanía se haya una ciudadela, probablemente un lugar más peligroso, además de desconocido para ella.*
R/Out:
Gracias por aceptar. Acostumbro a enviar el primer comentario una vez que se me agrega.

R/On
*Las hojas de las verdes copas han sido reemplazadas por un desolado paraje, rodeado del inmenso paisaje invernal, mientras el hermoso ocaso hace presencia con grandes y hermosas tonalidades rojizas y naranjas, el suave viento sopla meneando la sutil escarcha del gélido sitio. Una basta tranquilidad siente aquel chico de aproximadamente 11 años de edad; cuyas facciones y juvenil físico constan de unos largos y despeinados cabellos de hermosa tonalidad carmín atados a una coleta, mientras sus orbes son del mismo color de la sangre, su vestimenta está conformada por una blanca y rojiza hakama de mangas largas de tono carmín, pantalón corto que apenas llega arriba de sus rodillas. Sin duda alguna, se trataba de una antigua vestimenta que solo un samurai acostumbra llevar.*

*Durante el transcurso del camino, una sutil sonrisa se dibujó en su rostro al momento de fijar su atención en el blanco horizonte, un poblado se deslumbra.*

- ¿Acaso será? ..

*Musita con tranquilidad el muchacho, mientras continua su camino, sosteniendo de costumbre una sombrilla azulada y la antigua y filosa katana que cuelga a espaldas en su respectiva funda. Pronto, el ocaso se retiraría dando sus último rayos, por lo tanto, la noche tomará posesión del cielo y quizá los clásicos peligros aparezcan entre el camino que une un poblado del otro, en busca de una víctima, sin embargo eso no causaba miedo al pequeño samurai, quien apenas había llegado a las cercanías de la próxima provincia, más próxima después de un largo camino a seguir desde su tierra natal, y por ahora, debía conseguir un lugar donde pasar la noche, y si acaso, comer algo lo más pronto posible.*
Rol Off: Agradezco que me agregue, si me lo permite, me gustaría dar los honores al primer turno.

Rol On:

*La fría noche pronto abre paso mediante el hermoso y rojizo atardecer, los últimos rayos se asoman entre el lejano horizonte penetrando con sus tenues rayos en los adentros de un tranquilo y hermoso bosque, alumbrado por el brillo que logra penetrarse entre las copas de los árboles. Aquella era una noche silenciosa enmedio de aquel estrecho y tranquilo sendero lleno de paz para los viajeros y comerciantes que se trasladan de un pueblo a otro, con el fin de cumplir sus propósitos u objetivos en esta vida llena de sorpresivas jugarretas. Sin embargo, lo que nadie puede sospechar, es el hecho de ser el infortunado que caiga ante el mortífero filo del corto sable poseído por una jovencita de nombre Rera, una chica de tan sólo 15 años de edad, de ego agresivo y arrogante, enloquecida por el afán de asesinar y degollar a quien se interponga en su camino. ¿Culpable o inocente?, ¿bueno o malo?, ¡eso no es de gran importancia para ella!, el único fin es obtener un resultado sin importar el método.*

*Y mediante su tranquilo andar, la jovencita se entretiene fijando su peligrosa y fría mirada alrededor suyo, a pesar de dar la dulce apariencia de una chica común y corriente, de aptitud ágil y una extrema fuerza sobrehumana, no se daba a basto para continuar asesinando en compañía del fornido lobo siberiano, cual presume un hermoso pelaje y colmillos perlados que se asoman entre las fauces. No obstante, en ese preciso instante, el feroz lobo gruñó mostrando sus mortíferos colmillos, causando que la chica desvíe con levedad sus inexpresivos orbes escarlatas.*

- Shikuru, ... ¿una basura más que deshacerse?.

*Cuestionó en murmuro embozando una simple mueca de alegría y maldad sobre la comisura de sus labios. Durante ese pequeño transcurso del tiempo, Rera había llegado justo a las cercanías de la próxima provincia, o al menos, eso aparenta ser gracias a las estructuras de cada edificación propias del poblado. Tras un corto tiempo, el camino de Rera y Shikuru pronto cambiaría de un destino a otro, pues según se cuenta que, son extrañas las jugadas de los poderes del tiempo, las cuales suelen mejorar o empeorar la situación de cada ser viviente en éste plano.*