*Hermosas olas de viento ondeante circulan entre los árboles y menean las tranquilas aguas de una bella vista a un lago poco profundo y muy tranquilo, cuyo manto azulado es el espejo del cielo estrellado. Un sitio ideal para observar la naturaleza y sus maravillas, aunque no es un lugar para explorar o viajar solo, sobretodo por la presencia de asesinos y ladrones que abundan para atracar a los pequeños comerciantes o viajeros novatos. Pero, ¿acaso Rera iba a caer en esas primitivas trampas?, ¡Por supuesto que no!, Rera es un verdugo puro y extravagante, sumido en el afán y la adicción de asesinar, a continuación la serenidad del sitio es fracturada por un audible grito desgarrador que se escucharía por largos kilómetros a la redonda, éso incluye la ubicación del samurai.*
??: Por favor, no lo hagas ... -Se escuchó una voz masculina, irrumpiendo no solo la tranquilidad del mar y los alrededores. En el preciso instante, un hombre de aproximadamente 40 años de edad, cae tendido sobre la suave grama aclamando piedad y sujetando con su mano izquierda aquel muñón recién formado a causa de un uniforme y limpio corte de su brazo izquierdo, es decir, una completa mutilación.-??: Ten piedad, no te iba hacer ningún daño.
*Argumentó con desespero intentando huir aún y arrastrándose sobre la hierba y flores que recubren la contextura del suelo boscoso, comenzando a perder vitalidad en su cuerpo y las fuerzas necesarias para pedir ayuda, o bien, levantarse y correr sin siquiera lograrlo. De pronto, la tenue iluminación de la fogata se reflejó en sus orbes, aparentemente alguien podía ayudarlo, más su horrible sorpresa es cuando la apariencia del responsable de la actual dolencia del hombre se hace presente.*
- Regresa a tu agujero, asquerosa basura. -Las hirientes palabras fueron la clave principal en ilustrar el cuerpo completo de aquella jovencita de nombre Rera, quien fija sus grandes orbes escarlatas en el individuo. Y, antes de que el hombre intente algo, la chica desenvainó su espada kodachi y corrió en dirección a él, realizando un largo y veloz movimiento con la espada sobre el cuello del hombre lograndolo decapitar, por supuesto, la sangre brotó y la cabeza rodó hasta las orillas de la fogata, justo a los pies del samurai, dejando una larga mancha de sangre esparcirse en el suelo.-
*Dulce, callada y cruel, permaneció durante unos segundos, hasta el momento que ella dio una orden muda al hermoso lobo siberiano que le acompaña. Éste sin negarse, se acercó al cuerpo del "desafortunado" y comenzó por desmembrarle con los filosos colmillos de sus fauces comenzando a comer la carne. Por otro lado, Rera sentía de una segunda presencia en aquel lugar. Sin decir una palabra, giró su mirada por el terso rabillo de sus párpados hacia la dirección donde se ubica el joven, y con tan sólo fijar su fría mirada pudo contestar a su interrogativa, ella también lo observa con aire desdeñoso y mandon, en tilde frío y desafiante, pero aún así no ejerció el menor movimiento, quizá se trate de una nueva aventura que vivir, y si el tiempo lo permite, una víctima más para asesinar como sucedió con aquel sujeto que yace muerto.*
- Shikuru ... alguien más desea su muerte, pero no es una escoria de la humanidad. *Las palabras de Rera estarían presentes con mayor crueldad en ése escenario de la mente más vil y deshumana que haya existido.*