Garomaru

KuroŌkami 黒狼. Es conocido como un poderoso espíritu Ōkami, algunas veces visto como una deidad, su apariencia es la de un lobo de pelaje negruzco con algunos detalles que le diferencian del lobo común a simple vista, aunque su origen es algo desconocido, cuenta la leyenda que su principal objetivo siempre ha sido la venganza, debido a que otros espíritus contribuyeron a la muerte de una Okami quien fue su pareja o esposa hace cientos de años.

La razón que une esta historia con la del otrora Samurai conocido como Garōmaru es bastante relevante pero muy desconocida para el mismo guerrero, quien perdió todo gracias a KuroŌkami, pues sin que este lo supiera, la bestia reencarnó en su cuerpo desde el momento en que este nació.

Garōmaru posee ojos rojos, cosa que desde el día de su nacimiento fue vista como un augurio, la pregunta que se hicieron sus padres al verle fue si era uno bueno o uno malo, aunque al menos al niño le quedó claro que era uno malo el día que, a sus tres años de edad unos bandidos de casualidad asesinaron a sus padres cuando este se encontraba oculto, durmiendo, tan solo para despertar y encontrar una habitación repleta de la sangre y cadáveres de sus padres y una casa completamente saqueada e incendiándose.

A pesar de que nunca supo quiénes fueron los culpables, durante mucho tiempo vivió con la única motivación de encontrar una forma de vengarlos, quizás por eso agradeció como dos días después de haberles perdido fue encontrado por un antiguo Samurai, un maestro de un dojo quien le adoptó y entrenó en el arte de la espada con especialización en las técnicas Tamiya-ryu (民弥流居合術) y Tenshin Shōden Katori Shintō-ryū (天真正伝香取神道流), desde el puro inicio el niño demostró un talento innato en el arte de la espada, que fue impulsado por su sed de sangre, justicia y venganza, forjando en él un gran guerrero en poco tiempo y haciéndose con su propia arma, una larga ōdachi que fue bautizada como Gin no Kiba/銀 の 牙 (Colmillo de Plata).

Su entrenamiento le valió el tener un dominio inequiparable en el campo de batalla hasta el punto de ganarle victorias honorables a quienes alguna vez sirvió, aunque lo cierto es que Garōmaru reconoce su pésima capacidad para ser sociable, siendo alguien más conflictivo, por lo general ha sido denominado como alguien enojón o peleonero por quienes mejor le han conocido, sabiendo mejor resolver las cosas usando la fuerza en vez de la cabeza.

Quizás todo esto cambió el día en que fue enviado junto con sus compañeros a escoltar a su Señor en una misión diplomática, una que ayudaría a traer paz y a resolver muchos conflictos territoriales que de no ser resueltos así tendrían que resolverse por la fuerza, esa misma noche cuando arrivaron al hogar de esa persona con quien negociaron fue cuando la memoria de Garōmaru dejó de funcionar como lo hacía normalmente, su primer laguna mental, pues luego de encontrarse de frente con uno de los soldados enemigos perdió la memoria, solo para despertar en el suelo, envuelto en la sangre de todas las personas que habitaban ese hogar, siendo el único sobreviviente.



Sin que el Samurai lo supiera, aquella criatura que reencarnó en él se apoderó del control de su cuerpo, el "Soldado" que captó no era realmente un ser humano común, sino uno de los demonios que asesinó a la amada de KuroŌkami, la apariencia de su cuerpo se fue modificando, sus orejas cambiaron a las de una bestia, una negra cola emergió de su cuerpo y eventualmente adquirió una apariencia bestial pero humanoide, un guerrero con una fuerza y magia sobrehumanas y una habilidad innata en la espada que masacró a todas las víctimas que osaron ponerle un dedo encima en la diplomática misión, cuando nadie más se encontraba moviéndose el cuerpo regresó a la normalidad.



Garōmaru regresó y nuevamente pensó para sí mismo que esta era su maldición; cansado y harto de lo mismo todo el tiempo, había perdido todo ante un enemigo desconocido, lo último que podría hacer para brindar honor a su vida sería cometer el acto de seppuku, pero por alguna extraña razón justo cuando el filo iba a tocar su piel, su mano no avanzaba, y no por su propia voluntad, era como si algo en su cuerpo impidiera su suicidio...Por lo que pensó entonces, su maldición estaba completamente confirmada.

En este momento no le quedó más que resignarse en una vida donde para sí mismo su honor había sido manchado, si algunos de sus aliados quedaban vivos no sabría si estos le verían como un enemigo por haberlos dejado o le tomarían por muerto, de cualquier manera la deshonra no le permitió darles la cara y ahora vive como un viajero más, un Rōnin o vagabundo, buscando cumplir mandados o favores que le ayuden a recuperar su honor, siempre busca brindar sus habilidades con la pesca o con el acero para adquirir algo de dinero, comida, sake, tabaco, opio o cannabis que pueda ser visto para él como un beneficio o simplemente nada a cambio del mismo honor que representa el cumplir una buena obra. A pesar de todo, en batalla, Garōmaru ha representado una personalidad algo sádica, disfrutando de ver a sus oponentes sufrir o verlos desangrarse, aunque lo cierto es que dicha personalidad ha ido cambiando con el pasar de los años y muy muy lentamente se ha ido volviendo alguien más tranquilo, cosa que solo alguien que fuera lo suficiente cercano a él notaría.



• Le encanta el sake, siempre que hay disponible hace lo posible por conseguirse algo de beber, su cuerpo es por alguna razón muy tolerante al alcohol lo que le ha servido para hacer misiones que le requieran infiltrarse a beber y sacar información.

• En su posesión se encuentra una larga pipa kiseru, la cual fue otorgada por su difunto maestro, Shin'ichirō, cuando siendo su alumno se encontraba en la adolescencia, a Garōmaru le encanta usarla todo el tiempo, ya sea para fumar opio, cannabis o tabaco.

• Odia las mentiras y a la gente hipócrita, su honor le ha convertido en un hombre más sincero y directo al grano, muchas veces ha causado conflictos por lidiar con gente así y no dudará en hacerlo si percibe o como él dice, "huele" las mentiras y falsedad de alguien a millas.

• Su platillo favorito es el tonkatsudon.

• Se considera a sí mismo maldito desde el nacimiento y culpa el haber nacido con esos ojos rojos, a pesar de que desconoce, es culpa de KuroŌkami.

• No le gusta obtener ayuda sin dar algo a cambio y no dudará en pagar dicha ayuda de manera inmediata.

•Por alguna razón que desconoce, posee un sentido del olfato muy desarrollado, a los doce años de edad, obtuvo un entrenamiento que Shin'ichirō le asignó, permitiendole afilar más este sentido a tal punto que desarrolló una pequeña habilidad que le permite detectar presencias, a pesar de que shinobis u otros seres con la capacidad de ocultar su presencia perfectamente pueden intentar esconderse de este sentido, mas tendrán que hacer un esfuerzo mayor y por lo tanto, coherente, de hacerlo con su olfato.

• Su memoria es muy buena siempre que puede recordar algo, detalles y eventos los puede revivir en su cabeza perfectamente, mas a pesar de ello posee lagunas mentales, pues cada vez que peligra en exceso, su vida pasada emerge, y el lobo que reencarnó en él toma el control, desbloqueando todo el potencial oculto en su cuerpo cuando esté se encuentra inconsciente.