26-30, F
Gitana MDT // Tarot // Aventura // Fiestas
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owo/) * le mostraba su bolsa de gomitas* o0o
A1577749 · F
Y continuaría, y tanto que lo haría, de verdad que seguiría hablando sin fin si no fuera porque en un momento casi pensó que se asfixiaría la mujer. Consecuencia normal de quien el humo traga, mas, no para alguien acostumbrado a él, con el cuerpo hecho a la nube pensó la morena.
Le miraba con atención, atenta a toda y cada palabra que se atrevía a soltar. Alegre en realidad con la buena acogida que tuvo por parte de la muchacha, una alegría para ella misma y esperaba que también para la gitana. Una gitana que ahora tenía nombre en la cabeza de Annipe, mas, ¿a quién mentiría? Ni siquiera se acordaría con el pasar de unas horas o minutos, además, se negaba rotundamente a dejar el “niño” o “niña” de lado, era un hecho.
- ¿Acaso importa de dónde soy o deje de ser? - por un momento la sonrisa se fue, pensando de manera más bien pasajera la pregunta lanzada. En realidad, poco tardó en volver en sí con aquella sonrisa y ojos que brillaban - No lo sé, ¡no sé, no sé! De todos lados y ninguno a la vez, niña. Mas, poco o nada importa ya. - y le fue inevitable el acabar encogiéndose de hombros, restándole importancia al asunto que ahora ella lanzaba - Además, ¿para qué mentir? Yo no miento, ¡nunca! Probablemente en un pestañeo olvide lo hablado. Palabras que van como mismo llegan: en segundos y efímeros. ¿Para qué preguntar entonces por cosas concretas? ¿Para qué vivir en el pasado pudiendo vivir el ahora? Yo olvidaría de donde vine, ¡claro que sí! Si no fuera porque quedó en mí arraigado como las raíces de una planta, ¿pero qué importa eso ahora? - hablaba y hablaba como cotorra aquella mujer en medio de la zona.
Un monólogo en el que tanto hablaba que ni siquiera notó que ya una distancia considerable las separaban hasta que, por fin, cayó en cuenta. Miró el cuerpo de la mujer desde lejos, era una realidad que tampoco le importaba el hacer un escándalo en medio de la calle cuando, extrañada por su lejanía, gritó por ella.
- ¡Rápido! ¿Tan rápido? ¿Ya marchas, niña? ¡¿Ya?! ¡Rápida eres, niña! ¡Rápida! - gritaba y gritaba asegurándose de que la oyese bien, incluso más de lo que sería necesario o normal.
¿Tal vez se podría haber evitado el formar un show con el solo caminar unos pasos y hablarle? Sí. ¿Annipe seguía pensando que aquello era una obra de teatro donde ella tener el rol principal y que más llamara? También.
Le miraba con atención, atenta a toda y cada palabra que se atrevía a soltar. Alegre en realidad con la buena acogida que tuvo por parte de la muchacha, una alegría para ella misma y esperaba que también para la gitana. Una gitana que ahora tenía nombre en la cabeza de Annipe, mas, ¿a quién mentiría? Ni siquiera se acordaría con el pasar de unas horas o minutos, además, se negaba rotundamente a dejar el “niño” o “niña” de lado, era un hecho.
- ¿Acaso importa de dónde soy o deje de ser? - por un momento la sonrisa se fue, pensando de manera más bien pasajera la pregunta lanzada. En realidad, poco tardó en volver en sí con aquella sonrisa y ojos que brillaban - No lo sé, ¡no sé, no sé! De todos lados y ninguno a la vez, niña. Mas, poco o nada importa ya. - y le fue inevitable el acabar encogiéndose de hombros, restándole importancia al asunto que ahora ella lanzaba - Además, ¿para qué mentir? Yo no miento, ¡nunca! Probablemente en un pestañeo olvide lo hablado. Palabras que van como mismo llegan: en segundos y efímeros. ¿Para qué preguntar entonces por cosas concretas? ¿Para qué vivir en el pasado pudiendo vivir el ahora? Yo olvidaría de donde vine, ¡claro que sí! Si no fuera porque quedó en mí arraigado como las raíces de una planta, ¿pero qué importa eso ahora? - hablaba y hablaba como cotorra aquella mujer en medio de la zona.
Un monólogo en el que tanto hablaba que ni siquiera notó que ya una distancia considerable las separaban hasta que, por fin, cayó en cuenta. Miró el cuerpo de la mujer desde lejos, era una realidad que tampoco le importaba el hacer un escándalo en medio de la calle cuando, extrañada por su lejanía, gritó por ella.
- ¡Rápido! ¿Tan rápido? ¿Ya marchas, niña? ¡¿Ya?! ¡Rápida eres, niña! ¡Rápida! - gritaba y gritaba asegurándose de que la oyese bien, incluso más de lo que sería necesario o normal.
¿Tal vez se podría haber evitado el formar un show con el solo caminar unos pasos y hablarle? Sí. ¿Annipe seguía pensando que aquello era una obra de teatro donde ella tener el rol principal y que más llamara? También.
A1577749 · F
Su sonrisa se dejó ver, inmensa ante las acciones que correspondían a la otra. Casi de puntillas, frente a ella, cualquiera creería que se echaría a bailar mientras que sus ojos brillaban cada vez más y más. Annipe estaba emocionada con solo aquello y se podía deducir con solo verla. Es más, los que ahora la vieran sin entender la situación lo notarían cuando casi brincó al verla acercarse, expectante.
Manos juntas ahora al frente que esperaban. El show continuaba, el espectáculo nunca paraba y ahora los focos eran para la mujer que no conocía. Una actuación digna de aplausos, aplausos que ya comenzó a dar con solo la primera palabra.
- ¡Bravo! ¡Bravissimo! - agregó sin dejar de aplaudir, armando en cierta manera un escándalo en el lugar y casi a punto de girar hasta que vio que le fue ofrecido algo.
Asintió una y otra vez a su primera pregunta y luego sus manos que aplaudían sin cesar pararon estrepitosamente, recibiendo lo que ella le tendió. Tomó el cigarrillo con gusto y agradecimiento a la muchacha, mas, solo una calada fue dada antes de ofrecérselo de nuevo, dándole un toque antes que acabó de limpiar lo que se hubiese quemado.
- ¡Todos! Todos y nadie a la vez. Una pobre, ¡pobre! Pobre mujer sin rumbo fijo ni camino trazado, bueno... ¡Miento! Trazado, ¡y bien trazado que está! Pero poca importancia niña, muy poca tiene. - hacía ademanes con las manos, antes de agarrarse a su tela y prácticamente girar en el lugar. Annipe prefirió asegurar y antes de que aquella mujer pudiese desaparecer ante el pensamiento de que ella pudiese dañarla habló, canturreó más bien - Daño no hago, solo a lo malo, soy indefensa. ¡Juro que sí! No, soy mentirosa, no, no, lo juro, ¡jurado! Pero interesante eres y antes de nada pregunto, niña, pregunto, ¿eres mala? Un corte hiciste, ¡uno solo recuerdo! En defensa, ¡en defensa creo que fue hecho! - y aquella sonrisa que no se borraba se agrandaba en cambio. Las vueltas que daba pararon y cubrió casi por completo su rostro con la tela, dejando ver a la contraria un solo ojo que brillaba y le miraba directamente a los suyos - Pero dime niña, dime, dime, ¿eres mala?
Manos juntas ahora al frente que esperaban. El show continuaba, el espectáculo nunca paraba y ahora los focos eran para la mujer que no conocía. Una actuación digna de aplausos, aplausos que ya comenzó a dar con solo la primera palabra.
- ¡Bravo! ¡Bravissimo! - agregó sin dejar de aplaudir, armando en cierta manera un escándalo en el lugar y casi a punto de girar hasta que vio que le fue ofrecido algo.
Asintió una y otra vez a su primera pregunta y luego sus manos que aplaudían sin cesar pararon estrepitosamente, recibiendo lo que ella le tendió. Tomó el cigarrillo con gusto y agradecimiento a la muchacha, mas, solo una calada fue dada antes de ofrecérselo de nuevo, dándole un toque antes que acabó de limpiar lo que se hubiese quemado.
- ¡Todos! Todos y nadie a la vez. Una pobre, ¡pobre! Pobre mujer sin rumbo fijo ni camino trazado, bueno... ¡Miento! Trazado, ¡y bien trazado que está! Pero poca importancia niña, muy poca tiene. - hacía ademanes con las manos, antes de agarrarse a su tela y prácticamente girar en el lugar. Annipe prefirió asegurar y antes de que aquella mujer pudiese desaparecer ante el pensamiento de que ella pudiese dañarla habló, canturreó más bien - Daño no hago, solo a lo malo, soy indefensa. ¡Juro que sí! No, soy mentirosa, no, no, lo juro, ¡jurado! Pero interesante eres y antes de nada pregunto, niña, pregunto, ¿eres mala? Un corte hiciste, ¡uno solo recuerdo! En defensa, ¡en defensa creo que fue hecho! - y aquella sonrisa que no se borraba se agrandaba en cambio. Las vueltas que daba pararon y cubrió casi por completo su rostro con la tela, dejando ver a la contraria un solo ojo que brillaba y le miraba directamente a los suyos - Pero dime niña, dime, dime, ¿eres mala?
A1577749 · F
“Niños, niñooos.”, oyó, ni Annipe pudo aguantarse su risa, aquella la cual resonó en el lugar casi como un presagio de lo que supondría su presencia. Era una más que alegre que no desentonaba con los aires que mantenía la morena. No quiso aparecer a su lado, no quería espantarla, tampoco tras de ella. Solo ella estaba allí, escondida tras una pared que daba a lo que era el parque, desde donde esta miraba a la mujer. Allí, curiosa y con una sonrisa que no se borraba a medida que se atrevía a salir desde aquel escondite.
- Niños. - repitió con aquel aire cómico, como si quisiese demostrarle cómo es que se hacía de verdad - Más vivo niña, ¡más sangre en ese cuerpo! - se dejaba ver entera ahora una vez más buscando quedar frente a ella o cercana al menos - Más sangre y seguro que idéntico, ¡es más! Mejor te saldrá, solo más sangre, niña. ¡Más sangre! - había pasado al rol de profesora sin que se lo hubiesen pedido otra vez, viendo a la muchacha que fumaba.
- Niños. - repitió con aquel aire cómico, como si quisiese demostrarle cómo es que se hacía de verdad - Más vivo niña, ¡más sangre en ese cuerpo! - se dejaba ver entera ahora una vez más buscando quedar frente a ella o cercana al menos - Más sangre y seguro que idéntico, ¡es más! Mejor te saldrá, solo más sangre, niña. ¡Más sangre! - había pasado al rol de profesora sin que se lo hubiesen pedido otra vez, viendo a la muchacha que fumaba.
+le hace hi 5 + ouo/)
A1577749 · F
Lo que la sacó de aquella actuación en la que parecía estar totalmente hundida fueron los movimientos de la mujer contraria, inesperados, pero en parte propios de quien parecía estar encerrado, acorralado. Guardaba todo con rapidez, casi como si fuera alguien que corriese con prisa, alguien que sabe que se le estaba haciendo tarde para no sé qué cosa.
El sonido del metal al caer tal vez fue lo que la acabó de delatar frente a los chicos que miraban extrañados a la de pelo blanco, más, no a la morena que la miraba, expectante más bien. ¿Tan rápido había acabado el espectáculo? Bien por Annipe, quien había ejercido de manera correcta aquel rol de mediadora que creía tener. Solo hicieron falta unas pocas frases que parecieron apaciguar el conflicto, pero, ¿ya? ¿Ahí acababa? No.
Palabras, un grito más bien provocó que los hombres se exaltasen y, en parte, consiguió que el corazón de la mujer diera un vuelco. Ella no alcanzó a asustarla, más bien llamó aun más su atención. Carácter fuerte, vivaz y acciones no fáciles de prevenir: una llama, un fuego que se movía con libertad a pesar de verse acorralado.
- Niños. - sus ojos brillaron aun más si es que aquello era posible, viendo a los muchachos después de que aquella mujer se diera a la fuga. Ellos miraban por donde la mujer había ido, aunque luego a la morena con fastidio una vez habló. Quizás aquellos dos tenían la intención de hacer algo con la que había quedado, pero fue demasiado tarde porque ambos ya habían quedado parcialmente ciegos en aquel preciso momento.
Una sonrisa fue lo único que esbozó Annipe, cubriéndose con la tela, mirando el camino por el cual la mujer había corrido. No estaba de humor para persecuciones, pero sí se aburría y no veía mal jugar de vez en cuando, seguir con el teatro a ver hasta cuanto más podía dar este de sí. Esos eran los pensamientos de la Hija del Fuego en medio de aquella callejuela donde dos hombres gritaban ante una temprana ceguera y tanteaban con sus manos, buscando una mujer que había desaparecido.
El sonido del metal al caer tal vez fue lo que la acabó de delatar frente a los chicos que miraban extrañados a la de pelo blanco, más, no a la morena que la miraba, expectante más bien. ¿Tan rápido había acabado el espectáculo? Bien por Annipe, quien había ejercido de manera correcta aquel rol de mediadora que creía tener. Solo hicieron falta unas pocas frases que parecieron apaciguar el conflicto, pero, ¿ya? ¿Ahí acababa? No.
Palabras, un grito más bien provocó que los hombres se exaltasen y, en parte, consiguió que el corazón de la mujer diera un vuelco. Ella no alcanzó a asustarla, más bien llamó aun más su atención. Carácter fuerte, vivaz y acciones no fáciles de prevenir: una llama, un fuego que se movía con libertad a pesar de verse acorralado.
- Niños. - sus ojos brillaron aun más si es que aquello era posible, viendo a los muchachos después de que aquella mujer se diera a la fuga. Ellos miraban por donde la mujer había ido, aunque luego a la morena con fastidio una vez habló. Quizás aquellos dos tenían la intención de hacer algo con la que había quedado, pero fue demasiado tarde porque ambos ya habían quedado parcialmente ciegos en aquel preciso momento.
Una sonrisa fue lo único que esbozó Annipe, cubriéndose con la tela, mirando el camino por el cual la mujer había corrido. No estaba de humor para persecuciones, pero sí se aburría y no veía mal jugar de vez en cuando, seguir con el teatro a ver hasta cuanto más podía dar este de sí. Esos eran los pensamientos de la Hija del Fuego en medio de aquella callejuela donde dos hombres gritaban ante una temprana ceguera y tanteaban con sus manos, buscando una mujer que había desaparecido.
A1577749 · F
Como si aquello fuese un espectáculo la de cabellos blancos parecía danzar con cada paso que daba. Una borracha dirían los que la viesen, alguien muy feliz alegarían otros tantos, una loca las malas lenguas, pero ninguno tenía en cuenta que tal vez aquella fuese la manera usual en la que la mujer se movía. Perdida en su mundo, con ojos brillantes que extrañaban a todo el que la viese directamente, pero que ella no quería ni se esforzaba por esconder.
Miraba las calles con asombro, como si nunca antes hubiese estado en aquel lugar, pero algo, más concretamente alguien la sacó de aquel ensueño que llevaba la muchacha. Su vista se avivó ante el ruido, ahora centrada en aquello que alcanzaba a captar, casi como si ahora fuese una polilla que se vio atraída a la única luz en un camino oscuro.
- Niños. — casi canturreó la mujer a medida que se adentraba, miraba dicha escena.
Como si fuese un fantasma ella había parecido tras los hombres, pero sin acercarse lo suficiente aún, marcando cierta distancia al conflicto a pesar de todo. Nadie la llamó, ni preguntó por ella, pero ya la mujer se había puesto a sí misma el rol de mediadora en aquella disputa.
- ¡Ay! ¿Por qué llegar a tales extremos? No peleen. — un suspiro fue dado por ella, pero lo que más podría alcanzar a desentonar en aquella situación tal vez era la gran sonrisa de la morena, la cual miraba con aquellos ojos que brillaban cada vez más aquel show — ¡Niños! ¡Ay! Hasta un cuchillo le habéis obligado a usar. ¡Que vergüenza! — hablaba y hablaba la mujer con aquel aire tragicómico, casi forzado, pareciendo que se reía de todo el asunto — Decidme niños, ¿acaso se puede abusar de las desventajas? Dos contra uno. ¡Que injusto, pero peor! Armas usáis ahora incluso. ¡Dios apiádese de estos que mis ojos ven! O eso creo que diríais aquí...
Miraba las calles con asombro, como si nunca antes hubiese estado en aquel lugar, pero algo, más concretamente alguien la sacó de aquel ensueño que llevaba la muchacha. Su vista se avivó ante el ruido, ahora centrada en aquello que alcanzaba a captar, casi como si ahora fuese una polilla que se vio atraída a la única luz en un camino oscuro.
- Niños. — casi canturreó la mujer a medida que se adentraba, miraba dicha escena.
Como si fuese un fantasma ella había parecido tras los hombres, pero sin acercarse lo suficiente aún, marcando cierta distancia al conflicto a pesar de todo. Nadie la llamó, ni preguntó por ella, pero ya la mujer se había puesto a sí misma el rol de mediadora en aquella disputa.
- ¡Ay! ¿Por qué llegar a tales extremos? No peleen. — un suspiro fue dado por ella, pero lo que más podría alcanzar a desentonar en aquella situación tal vez era la gran sonrisa de la morena, la cual miraba con aquellos ojos que brillaban cada vez más aquel show — ¡Niños! ¡Ay! Hasta un cuchillo le habéis obligado a usar. ¡Que vergüenza! — hablaba y hablaba la mujer con aquel aire tragicómico, casi forzado, pareciendo que se reía de todo el asunto — Decidme niños, ¿acaso se puede abusar de las desventajas? Dos contra uno. ¡Que injusto, pero peor! Armas usáis ahora incluso. ¡Dios apiádese de estos que mis ojos ven! O eso creo que diríais aquí...
DestroyerOfWorlds · 22-25, M
¡FIFIKAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!
-Le dejó bien sentado su saludo, que puede traducirse como la روز عشق (Canción del amor y la amistad de su pueblo) ya que no tiene divisas para comprarle chucherías-
-Le dejó bien sentado su saludo, que puede traducirse como la روز عشق (Canción del amor y la amistad de su pueblo) ya que no tiene divisas para comprarle chucherías-
Prueba · 22-25, F
Prueba thinks you are Crazy.
ElizabethAlacor · 22-25, F
ElizabethAlacor thinks you are Pretty.
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