No era inusual en las tierras de los dominios del Sol, que portales o brechas dimensionales se abriesen en dichos lares, notándose como esto sucedía en medio de las vastas tierras deserticas de las Arenas Infinitas y claro, algún lugar en el mundo de Terra. Esta pequeña brecha había sido causada por un viaje de parte del Monarca del Sol a alguna parte de Irlanda al parecer, en el mundo anteriormente mencionado.
En ese instante, con el entrecejo levemente fruncido ante la condición de la mujer, decidió darle un poco de apoyo con su brazo si es que ella le permitía, no parecía tener ningún tipo de intención perversa o maligna, a pesar de emanar una esencia ciertamente sombría, y mientras le guiaba por entre estatuas caídas y pilares torcidos, comenzaba a moverse sobre sombras que eran creadas por la humedad de la tierra, algo que quizá la mujer no había sentido en horas o quizá días de morar. Entre más avanzaban era obvio que más se metían por caminos subterráneos, y entonces finalmente, Zamash añadió. — No es común que Anpu o Anubis le den su bendición a alguien, la razón del porqué aún me elude, pero aquí estamos. —
Y fue en ese entonces que serio hombre le ayudó a sentarse, y cuando llegaron a ese lugar entre vueltas y recovecos pudieron ambos vislumbrar lo que parecía una posa de agua absolutamente cristalina, con inclusive algunas palmeras, por entre sombras de estatuas caídas (....)
