Eso la confundió aun más. Donde ella vivía la familia real mas cercana estaban al otro lado del planeta. No podía haberse equivocado tanto. Sacó una daga que acostumbraba a llevar con ella, dudaba que fuese útil con las espadas que ellos llevaban, pero al menos sabía que contaba con la ventaja de agilidad y velocidad. Las espadas de ellos eran demasiado pesadas.
—Esto ocupara un hechizo de memoria muy potente. —Se diría casi en un regaño mientras esquivaba a alguien más y lo pateaba desde atrás.
En silencio terminó de recoger todo, se aseguró de no dejar nada de basura y de que la fogata estuviese bien apagada. Después pensó en su casa, a dos kilómetros al este donde se encontraba. Una sombra rodea el cuerpo de la joven y la hace desaparecer, para aparecer en donde espera es su casa, pero termina apareciendo en otro lugar…y lo que parecía una reunión.
Varios rostros voltearon hacia la joven bruja. Ella rápidamente pensó en volver a desaparecer, pero notó que alguien iba tras ella por su espalda. La joven gira lo necesario para esquivarlo y golpea la espalda de alguien vestido de caballero. ¿Acaso llegó a una convención de la edad media? Otro caballero fue tras la joven, ella solo logró esquivarlo para oír el sonido de una espada desvainarse. No, eran varias. Volteó a todos lados y maldijo en voz baja, no se veía nada bien.
Miraba a su alrededor. Su cabeza daba vueltas y el sol era insoportablemente fuerte. A su alrededor notaba la fogata de anoche ya se había apagado y sus libros estaban regados por todos lados. No recordaba haberse quedado dormida, nunca se quedaría dormida en un lugar así teniendo en cuenta el peligro que conlleva eso. Se puso de pie con cuidado y notó que su cuerpo dolía. ¿Había peleado anoche? Notaba que su ropa estaba chamuscada, pero los recuerdos de anoche no aparecían en su cabeza.
—¿Qué demonios? —Se preguntaba sobando su cabeza.
Empezó a recoger sus cosas para irse a casa. Aunque ahí fue que notó la extraña paz que había a su alrededor. Podía percibir el ruido habitual del bosque, pero no el bullido lejano de la ciudad. Vive en una ciudad rodeada por grandes bosques por lo que a esta hora debía de lograr escuchar el típico ruidillo del trafico a esa distancia. Era extraño, tal vez se acababa de golpear la cabeza.
