Respingo un poco al sentir las manos de su hermano sobre sus hombros, ladeo ligeramente su cabeza para mirarle y volvió a soltar un suspiro pesado. —Si tu lo dices...— Sonrió para el menor, levantó la vista y su mano diestra para poderla sobre una de las manos que sujetaban su hombro. — Solo un momento, en verdad quiero responder estas solicitudes el día de hoy. Pero necesitaré que te quedes conmigo para hacerlo. —
—Quizás pongo demasiado peso en ti, pero eres la única que podría encargarse de ciertas cosas.— Inteligente, astuta. Estaba seguro de que Uther no la había reconocido como primogénita solo porque era una mujer, más Arthur trataba a Morgan con gentileza y respeto. Se acercó a la Princesa y colocó ambas manos sobre sus hombros, un gesto ciertamente íntimo, una demostración curiosa del Rey que famoso era por proteger como un león, pero mirar distante a su Reino. —Deberías parar por ahora, esos papeles no van a ir a ningún lado.
