26-30, F
× Heavenly guardian ×
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SW-User
— Lo espero con ansias, cariño. —
Sabía a lo que se refería, y a ello no pudo sino responderle con esa sonrisa que tan natural salía para ella, la que sabía que le encantaba. Y que ella causaba con su mera presencia.
Así que aquel beso prolongó, haciéndolo más largo, más profundo, como pagando las deudas que tenía con esos labios mediante aquel.
— Te adoro más, preciosa. —
Sabía a lo que se refería, y a ello no pudo sino responderle con esa sonrisa que tan natural salía para ella, la que sabía que le encantaba. Y que ella causaba con su mera presencia.
Así que aquel beso prolongó, haciéndolo más largo, más profundo, como pagando las deudas que tenía con esos labios mediante aquel.
— Te adoro más, preciosa. —
SW-User
— Claro que no. Me dijiste que querías hacerlo desde hace mucho, después de todo. —
Se reclinó contra el sofá, sonriente, y feliz de mirarle ya más aliviada. Seguramente una culpa bastante grande le estaba oprimiendo el pecho hasta ese momento, así que estaba alegre por haberla disipado.
— Oh, "proyecto conjunto", ¿eh? —
Picó suavemente su mejilla, en medio de los besos. Hizo su mejor esfuerzo para una mirada de "qué picarona", aunque no le salió muy bien.
— Yo encantado de conocerla. —
Se reclinó contra el sofá, sonriente, y feliz de mirarle ya más aliviada. Seguramente una culpa bastante grande le estaba oprimiendo el pecho hasta ese momento, así que estaba alegre por haberla disipado.
— Oh, "proyecto conjunto", ¿eh? —
Picó suavemente su mejilla, en medio de los besos. Hizo su mejor esfuerzo para una mirada de "qué picarona", aunque no le salió muy bien.
— Yo encantado de conocerla. —
SW-User
No pudo evitar un gesto de sorpresa, sus párpados se abrieron más de los normal. Aunque, al final, simplemente sonrió, dando un trago a la cerveza, Sonrió con la misma naturalidad y amabilidad de siempre.
— Vaya, vaya. ¿Y quién fue la suertuda? —
Rió mientras dejaba un suave pellizco sobre la mejilla ajena.
— Vaya, vaya. ¿Y quién fue la suertuda? —
Rió mientras dejaba un suave pellizco sobre la mejilla ajena.
SW-User
— Sólo una, sabes como soy con esto. —
¿Aburrido? A veces le preocupaba un poco serlo, en especial sabiendo que no había sido precisamente el "chico malo" que Sia probablemente esperaba a primera vista. Pero sabía de sus sentimientos sinceros, y era todo lo que importaba.
Se sentó a su lado, luego de dar un trago a la bebida, sonriéndole mientras acariciaba su mejilla con el anverso de sus dedos.
— ¿Qué cosas has hecho para entretenerte, cariño? —
¿Aburrido? A veces le preocupaba un poco serlo, en especial sabiendo que no había sido precisamente el "chico malo" que Sia probablemente esperaba a primera vista. Pero sabía de sus sentimientos sinceros, y era todo lo que importaba.
Se sentó a su lado, luego de dar un trago a la bebida, sonriéndole mientras acariciaba su mejilla con el anverso de sus dedos.
— ¿Qué cosas has hecho para entretenerte, cariño? —
SW-User
— Amor. —
No la esperaba, así que la sonrisa que le pobló el rostro ante tan grata sorpresa parecía indeleble en su rostro. Le hizo pasar, dejando antes un breve beso en sus labios, ayudándole a cargar el obsequio que le había llevado.
— Own, me hubieses avisado y te tenía algo de cenar listo. Estaba revisando las fotos de la última sesión. —
Dejó las cervezas en la mesa de centro de la sala, ahora tomándose el tiempo para recibirle más apropiadamente, besando suavemente sus labios tras abrazarle.
— Te he extrañado, perdón por estar tan ocupado últimamente. —
No la esperaba, así que la sonrisa que le pobló el rostro ante tan grata sorpresa parecía indeleble en su rostro. Le hizo pasar, dejando antes un breve beso en sus labios, ayudándole a cargar el obsequio que le había llevado.
— Own, me hubieses avisado y te tenía algo de cenar listo. Estaba revisando las fotos de la última sesión. —
Dejó las cervezas en la mesa de centro de la sala, ahora tomándose el tiempo para recibirle más apropiadamente, besando suavemente sus labios tras abrazarle.
— Te he extrañado, perdón por estar tan ocupado últimamente. —
Aoi1566891 · 26-30, F
Aoi1566891 thinks you are Adventurous.
KanwulfUlfsson · 26-30
"You don’t mind taking all my rage, I’ll go down this road again just to let you feel the pain."
[media=https://www.youtube.com/watch?v=lrDX_Tg4HE0]
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KanwulfUlfsson · 26-30
KanwulfUlfsson thinks you are Charming.
NV1574672 · M
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Negó con un par de movimientos de su cabeza ante las palabras de agradecimiento.— No es necesario agradecer. —respondió con rapidez. No se sentía merecedor de esas palabras porque había caído en la ira y cobró caro la insolencia del hombre, pero ya no era momento de mirar atrás para lamentarse de su acción. Justo ya habían dado unos cuantos pasos, alejándose de los enfurecidos guardias. No obstante, su movimiento se detuvo por segundos para alzar la diestra por encima de la cabeza de su compañera y dar un par de palmadas. Tenía esa costumbre de recompensar cuando hacía un buen trabajo, ya que eso hacían su padre y hermano cuando él ejercía un buen desempeño de niño.— Yo agradezco que te contuvieras. —tras las palabras, retiró la mano y continuó con su camino con destino hacía la casa deshabitada que había sido cedida para ser empleada por el par hasta que terminaran el encargo.
El sol ya comenzaba a ocultarse y salir de noche era una total perdida de tiempo debido a que los goblins solían ya estar despiertos a esa hora, todo culpa de su odio a la luz del sol. También poseía el conocimiento de que no atacarían dos noches seguidas, así que lo mejor sería descansar y salir a investigar a primera hora del día. Y un descanso era algo que ambos necesitaban por el largo recorrido que habían caminado hasta Forga.
— Me dijeron que habría una pequeña despensa esperando en la casa que ocuparemos como base, así que no tienes que preocuparte por tener que ir al mercado a comprar algo.—comentó por encima de los murmullos y risas provenientes de los habitantes, pues era un intento de ayudarla a despejar su mente después de tanta habladuría que la habrá incomodado.
Una vez llegado al lugar, detuvo los pasos y observó la casa. Era de un tamaño pequeño, indicado para una familia recién creada y que no contara con hijos. Más poseía un patio trasero que servía como una especie de pequeño huerto; posiblemente era de algún aficionado a la agricultura. Sin hacerse esperar, sacó la llave del bolsillo del pantalón para abrir la puerta y echar un vistazo al interior. Y para su sorpresa, no se encontraba polvorienta, siendo más que evidente que había sido limpiada con anterioridad para ellos. Un hogar totalmente amueblado y con una canasta de comida adornaba el centro de la mesa del comedor, siendo ese la despensa que les había sido cedido para su primera noche en la ciudad.
La casa solo contaba con cuatro habitaciones, siendo la sala y el comedor la habitación más grande debido a que compartían espacio, dejando una única recámara en el piso de arriba; con un baño completo para uso personal y un baño sencillo en la parte de abajo para invitados. Nevan comenzó a retirar las partes de su armadura, dejándolas acomodadas con bastante orden sobre uno de los tres sofás cercanos a la chimenea con la que contaba la casa. Y no tardó en encender la leña de la chimenea para iluminar la sala, tomando asiento sobre uno de los sofás libres. En ese momento, lo que más quería era recuperarse de la fatiga.— Puedes ocupar el baño primero. —comentó después de un suspiro.— Cenaremos algo después de que te refresques. —añadió para cerrar los ojos y echar la cabeza hacía el asiento.
[/code]El sol ya comenzaba a ocultarse y salir de noche era una total perdida de tiempo debido a que los goblins solían ya estar despiertos a esa hora, todo culpa de su odio a la luz del sol. También poseía el conocimiento de que no atacarían dos noches seguidas, así que lo mejor sería descansar y salir a investigar a primera hora del día. Y un descanso era algo que ambos necesitaban por el largo recorrido que habían caminado hasta Forga.
— Me dijeron que habría una pequeña despensa esperando en la casa que ocuparemos como base, así que no tienes que preocuparte por tener que ir al mercado a comprar algo.—comentó por encima de los murmullos y risas provenientes de los habitantes, pues era un intento de ayudarla a despejar su mente después de tanta habladuría que la habrá incomodado.
Una vez llegado al lugar, detuvo los pasos y observó la casa. Era de un tamaño pequeño, indicado para una familia recién creada y que no contara con hijos. Más poseía un patio trasero que servía como una especie de pequeño huerto; posiblemente era de algún aficionado a la agricultura. Sin hacerse esperar, sacó la llave del bolsillo del pantalón para abrir la puerta y echar un vistazo al interior. Y para su sorpresa, no se encontraba polvorienta, siendo más que evidente que había sido limpiada con anterioridad para ellos. Un hogar totalmente amueblado y con una canasta de comida adornaba el centro de la mesa del comedor, siendo ese la despensa que les había sido cedido para su primera noche en la ciudad.
La casa solo contaba con cuatro habitaciones, siendo la sala y el comedor la habitación más grande debido a que compartían espacio, dejando una única recámara en el piso de arriba; con un baño completo para uso personal y un baño sencillo en la parte de abajo para invitados. Nevan comenzó a retirar las partes de su armadura, dejándolas acomodadas con bastante orden sobre uno de los tres sofás cercanos a la chimenea con la que contaba la casa. Y no tardó en encender la leña de la chimenea para iluminar la sala, tomando asiento sobre uno de los sofás libres. En ese momento, lo que más quería era recuperarse de la fatiga.— Puedes ocupar el baño primero. —comentó después de un suspiro.— Cenaremos algo después de que te refresques. —añadió para cerrar los ojos y echar la cabeza hacía el asiento.
NV1574672 · M
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El tiempo fluyó tan lento y despacio como la suave brisa que recorría el terreno y hacía menear las ramas de los árboles con su grácil paso. Ya habían pasado diez minutos desde que el hombre de vestimenta rojiza había partido y los guardias se mantenían atentos observando a la mujer que le acompañaba. Inclusive, algunos murmuraban palabras que creían de manera ignorante que la misma fémina poseía un buen oído; el suficiente para escucharlos.— Lo que daría para poder tenerla jadeando en mi cama. —comentó uno de los guardias, concretamente uno que poseía una melena tan larga que salía por detrás del casco.— ¡Lo sé! Mira nada más esa cara... Seguro ruega porque se la metan duro. —respondió el otro hombre. Éste un tanto más mayor por la profundidad que poseía su voz. Y tras las impúdicas murmullos, ambos soltaron unas sonaras risas sentenciando la perversión que poseían; una infinita imaginación donde podían imaginar a la mujer en mil escenarios donde ellos gozaban de su bien dotado cuerpo que se ocultaba tras la armadura incompleta que poseía.
Quince minutos desde que había entrado en la mansión, pero no había señales de Nevan. Los guardias continuaron exhibiendo sus oscuros deseos por un buen rato más, todo culpa del oseo que invadía ante el poco flujo de acción en sus patéticas vidas.— ¿Crees qué sepa dar buenas mamadas? —preguntó entre risas el mayor.— Obviamente sabe hacerlo. Solo mira esos labios; grandes y bien humectados. Seguro le encanta tragarse las vergas. —respondió el otro hombre, elevando la mano a altura de su entrepierna para acariciarla un par de veces por tener una imagen en su mente que había logrado excitarlo.
— Hey, primor. ¿Cuánto cobras la noche? —ya había llegado el descaro a tal grado que no le importó alzar la voz y cuestionar la pureza de Sia. El compañero silbó tras la pregunta, y así mismo, el resto de guardias comenzaron a avivar las llamas del fuego.— ¡Seguro que no te llena el flacucho que te acompaña! ¡Sí, sí! Vente con nosotros y sabrás lo que es un hombre. —múltiples comentarios de esa índole se vieron ofrecidos hacía la mujer como una estampida. No obstante, las morbosidades que despotricaban los guardias llegaron a oídos de Nevan que ya se encontraba saliendo de la mansión.
En ese instante, la sangre le hirvió y, con una velocidad inhumana, se posicionó detrás del que incitó todo para decapitarlo sin ninguna clase de duda. El movimiento había sido tan rápido y precioso que el hombre pudo emitir una media palabra tras parpadear un par de veces. Seguidamente, la cabeza se cayó de lado y la sangre comenzó a salir en un flujo constante hasta quedar en borbotones. En ese momento, el cuerpo se desplomó a un costado de la cabeza. Y, los guardias alarmados, apuntaron las armas hacía Nevan. Y él, tras una sonrisa, comentó.— Sus vidas me pertenecen, "caballeros". Concordé con su jefe que los usaría como más útiles fueran. Y él... —bajó la mirada para observar el cadáver decapitado.— Él será usado como abono; como el costal de estiércol que es. —de no ser por los cascos que portaban los hombres, podría haberse visto como las venas le resaltaban del enojo y sus rostros se teñían de un rojizo color por el enojo que recorría sus cuerpos.
No había sentido permanecer más tiempo ahí. Por ende, el encapuchado caminó hasta su compañera para generar un movimiento con la cabeza para que le siguiera.— Andando. Tenemos trabajo. —añadió tras el ademán, comenzando a caminar y dejando atrás a los inútiles que se hacían llamar Guardia Real.
[/code]Quince minutos desde que había entrado en la mansión, pero no había señales de Nevan. Los guardias continuaron exhibiendo sus oscuros deseos por un buen rato más, todo culpa del oseo que invadía ante el poco flujo de acción en sus patéticas vidas.— ¿Crees qué sepa dar buenas mamadas? —preguntó entre risas el mayor.— Obviamente sabe hacerlo. Solo mira esos labios; grandes y bien humectados. Seguro le encanta tragarse las vergas. —respondió el otro hombre, elevando la mano a altura de su entrepierna para acariciarla un par de veces por tener una imagen en su mente que había logrado excitarlo.
— Hey, primor. ¿Cuánto cobras la noche? —ya había llegado el descaro a tal grado que no le importó alzar la voz y cuestionar la pureza de Sia. El compañero silbó tras la pregunta, y así mismo, el resto de guardias comenzaron a avivar las llamas del fuego.— ¡Seguro que no te llena el flacucho que te acompaña! ¡Sí, sí! Vente con nosotros y sabrás lo que es un hombre. —múltiples comentarios de esa índole se vieron ofrecidos hacía la mujer como una estampida. No obstante, las morbosidades que despotricaban los guardias llegaron a oídos de Nevan que ya se encontraba saliendo de la mansión.
En ese instante, la sangre le hirvió y, con una velocidad inhumana, se posicionó detrás del que incitó todo para decapitarlo sin ninguna clase de duda. El movimiento había sido tan rápido y precioso que el hombre pudo emitir una media palabra tras parpadear un par de veces. Seguidamente, la cabeza se cayó de lado y la sangre comenzó a salir en un flujo constante hasta quedar en borbotones. En ese momento, el cuerpo se desplomó a un costado de la cabeza. Y, los guardias alarmados, apuntaron las armas hacía Nevan. Y él, tras una sonrisa, comentó.— Sus vidas me pertenecen, "caballeros". Concordé con su jefe que los usaría como más útiles fueran. Y él... —bajó la mirada para observar el cadáver decapitado.— Él será usado como abono; como el costal de estiércol que es. —de no ser por los cascos que portaban los hombres, podría haberse visto como las venas le resaltaban del enojo y sus rostros se teñían de un rojizo color por el enojo que recorría sus cuerpos.
No había sentido permanecer más tiempo ahí. Por ende, el encapuchado caminó hasta su compañera para generar un movimiento con la cabeza para que le siguiera.— Andando. Tenemos trabajo. —añadió tras el ademán, comenzando a caminar y dejando atrás a los inútiles que se hacían llamar Guardia Real.
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