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[Rol Libre] [Dimensión 107 – Tierra 4 (Tierra)] [Estocolmo - Suecia] [Loc: Antigua Red de Metro] [Soundtrack stage: https://youtu.be/aW9wBjkpWIE ]
 
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(...) por un perfume dulce, intenso y peligroso que al ser inhalado dejaba una capa aceitosa en el paladar que permite degustar aquel sabor a miel alicorado, rosas y sangre.
(...) sintió solo y siempre observado; sensación frustrante que quizá despierte en él, la psicosis del tacto espectral sobre las mejillas, hombros y piernas pero, en realidad, no había nada.

Cuando por fin llegó a la plataforma de embarque, pudo ver la silueta de un hombre viejo, encorvado, con manos sobre su rostro, compungido y luego se hizo presente el escándalo de un tren frenético que activó sistemático sus frenos, la máquina chirrió, el viejo se lanzó a las vías y el [i]Silverpilen[/i] puntual, arribó en medio del peculiar clamor cremoso y crocante de un cuerpo siendo triturado por los fierros al compás estremecedor de mimofonías de hombres y mujeres horrorizados; gritos desgarradores que incrementaron su volumen hasta volverse ensordecedores y terminaron abruptamente, cuando el sonido de presión de aire liberado abrió las puertas, sumiendo a la escena en un silencio sepulcral que fue invadida (...)
[center][big]Soundtrack escena:
[/big][media=https://www.youtube.com/watch?v=aW9wBjkpWIE][/center]
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Paso a paso aquellos escalones liberaron un sonido húmedo que emitía un eco desolador acompañando un descenso tétrico en medio de una oscuridad paranormal donde ni siquiera las luces en lo alto, aunque intermitentes, no se atrevían a perturbarla. El destino es caprichoso y lo es más las [i]Nornas[/i] que lo dominan siendo aquello lo que sucedió al haber abducido al guerrero moribundo para llevarlo a [i]los dominios oníricos donde “El Eterno” tenía poder y voluntad maldita.[/i]

Allí no había vida ni muerte, era un [i]estado vigil[/i] donde la inconsciencia abrió un portal nefasto que lo condujo a aquella estación pobremente “moderna” y embrujada, donde ahora vacía, se escuchaban los murmullos ininteligibles de las [i]criaturas adimensionales[/i] que reptan entre los recovecos de la locura y es por esto que aquel [i]“Soñador”[/i], nunca se (...)
una inusitada gracia, impropia de un humano, más adecuada a la de un ser místico; sigue el camino que a lo largo de lo que parece... ¿Una escalera sobre el suelo?
No lo sabe. Sólo que sus sentidos se alertan más que nunca. Se siente más fortalecido de lo que se había experimentado jamás; aún con todo el entrenamiento realizado en su natal Drachenzunge.
No tiene una mínima idea de lo que hace en ése lugar. Todo es completamente ajeno para él.
Es como si estuviese en medio de un sueño, y sólo él fuese el testigo de su propia imaginación. Pues no hay nada parecido a la ciudad, o los poblados que siempre conoció.
De alguna manera la pulcritud del mismo le asusta y fascina al mismo tiempo.
Prueba a olfatear el ambiente...
No hay nada familiar; ni remotamente.

Intenta dilucidar que es lo que lo llevó a un sitio como aquel. Y no encuentras relación alguna.
La última vez que cerró los ojos y todo quedó en una total penumbra, se desangraba por una herida mortal. Provocada por uno de sus enemigos, en medio de la batalla.
No tiene sentido.

De alguna manera siente su cuerpo más liviano. Más libre. Podría jurar incluso, que es capaz de volar.
Ríe para sus adentros, tan sólo de pensarlo.

¿Acaso ése es el otro mundo? ¿Es alguna especie de limbo hacia donde su raza va al morir?
Niega con la cabeza para sí. No es algo posible.

Con
(...) con una que otra bombilla quemada, se prendió por sí mismo para dar una última información [i]“glitcheada”[/i]: [i]“Tren Silverpilen con dirección a Gotemburgo próximo a arribar por la plataforma Gh-6[/i]”, y abajo de este en letras intermitentes amarillas: [i]“Por favor, no cruzar la línea amarilla”[/i], pero lo curioso era que las luces de la palabra [i]“no”[/i] estaban estropeadas. (2/2)
-( Soundtrack escena: https://youtu.be/LaMt2uo3wQs )-

Frío, hacía mucho frío, tanto que parecía aletargar a las pocas almas de narices y mejillas coloradas que se encontraban aún en aquella vieja estación cerca a la media noche, al mismo tiempo que, una bruma densa y superficial ocultaba las vías ferroviarias que mana un sopor a humedad lóbrega que matizaba el normal aroma a madera añeja y a óxido imperante en la zona. Ciertamente era un lugar siniestro a esas horas, muerto, como si se convirtiera en un portal a otra dimensión que dan cabida a espeluznantes sucesos donde todo podría ocurrir.

El último tren había partido ya hace unos cuantos minutos y las últimas almas (trabajadores en su mayoría) se retiraban pesadamente buscando el descanso en sus hogares y todo quedaba en silencio. Sin embargo, tras el reloj marcar las doce el panel informativo, aquel (...)(1/2)

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