-No entendió la mote y tampoco reparó mucho en ello. Mantuvo el brazo sobre la espalda de Asura mientras intentaba persuadirlo con la mirada, pero sus palabras, escuchar su razón fue suficiente para ceder.

Apartó el brazo, deslizándolo suavemente del hombro ajeno hasta apoyarlo en la barra. Soltó un suspiro al tiempo que fija su mirada al frente, justo sobre la hilera superior de botellas detrás del cantinero. Los reflejos le recordaban a la superficie de aquel viejo lago en Asgard, dónde había ido a llorar con Draconian aquella vez que se había despedido de Asura la primera vez.

—Bien... veo que no hay nada que te persuada y te conozco bastante bien para saber que sin importar lo que digamos o hagamos, no quitarás el dedo del renglón. Sabes que no me gusta... pero tampoco permitiré que vayas sin mi. —

Dicho esto, se empinó el tarro de cerveza para acabarse el contenido de una vez, antes de azotarlo sobre la barra para que le sirvieran más.-

—Iré con ustedes —