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La noche se hacía ver a través de un manto de estrellas especialmente abundante, incluso si al lado de la playa había todo un paisaje urbano que se extendía hasta convertirse en una ciudad; la luna mecía sus curvas sobre el cielo, hundida en la negrura de la madrugada.
Las pocas luces yacían a mano de un pequeño grupo de adolescentes (linternas, móviles..), echando el botellón de su vida para desahogarse de tantos problemas, sobre todo universitarios y emocionales. Quizá en caso de Rebeka, una de ellos, una estudiante serbia de Erasmus, sus inquietudes diferían en tanto que le preocupaba estar demasiado borracha y no quería acabar meándose encima; pese no ser posible, la embriaguez le hacía comerse la cabeza por cuestiones sinsentido.
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R1579757 · F
Miró las rocas donde creía que había una muchacha bastante bella y una persona más. Era extraño que el otro no se hubiera percatado de ellos dos.
¿Era, después de todo, un vago sueño...?
¿Era, después de todo, un vago sueño...?
R1579757 · F
El muchacho se lanzó con la agresividad de un tigre salvaje, quizá un tanto semejante a la de un estudiante deportista americano demasiado borracho, a lo cual Rebeca respondió con una serie de quejidos ebrios bastante asustados, en voz alta, con el cuerpo a medio temblar.
—O-oye, lo siento, es solo que... No me cojas así de las muñecas... Me estoy llenando de arena, ayúdame a levantarme, no me cojas así..
—Nadie se va a enterar. Como digas algo te voy a matar.
—Por favor... Déjame..
Asoció la situación a una que, pese no tener tanto tiempo, yacía vagamente en su memoria como algo lejano; si su cabeza no lo hubiera escondido, difícilmente podría haber hecho vida hasta en aquel momento.
No sabía como reaccionar. No le gustaba cómo sus manos entraban por donde no debían, ni escuchar sus jadeos al punto de humedecerle la oreja. Era igual a aquella vez..
—O-oye, lo siento, es solo que... No me cojas así de las muñecas... Me estoy llenando de arena, ayúdame a levantarme, no me cojas así..
—Nadie se va a enterar. Como digas algo te voy a matar.
—Por favor... Déjame..
Asoció la situación a una que, pese no tener tanto tiempo, yacía vagamente en su memoria como algo lejano; si su cabeza no lo hubiera escondido, difícilmente podría haber hecho vida hasta en aquel momento.
No sabía como reaccionar. No le gustaba cómo sus manos entraban por donde no debían, ni escuchar sus jadeos al punto de humedecerle la oreja. Era igual a aquella vez..
R1579757 · F
De repente, solo por estar parada se llevó lo inoportuno de chocarse con alguien. Cayó al suelo pegando un tenue quejido de ebria, girándose hacia la persona con la que tuvo el accidente: uno de sus compañeros, de los mayores que repitió un par de veces, enfrente de ella. Se trataba de un chaval casi en sus 25, rozando el 1,85, el cual solía estar malhumorado la mitad del tiempo. No se llevaba mal con él pero su aparente odio hacia los europeos la echaba un poco para atrás para relacionarse con él.
—¿Tú eres la de Erasmus? — hablaba calmado, pese a notársele descaradamente lo ebrio.
—Síiii...— Rebeka empezó a reírse; demasiado borracha para procesar la situación.
—¿Sabes que por tu culpa mi colega no pudo entrar este año? Tu plaza de húngara de mierda echó a mi amigo de Kansas que se vino hasta el quinto coño para nada.
—Oh.. ¿En serio? Pues... Perdón, lo siento.. Pero soy serbia.
—Puta zorra de mierda, ¿te estás riendo de mí?
—¿Tú eres la de Erasmus? — hablaba calmado, pese a notársele descaradamente lo ebrio.
—Síiii...— Rebeka empezó a reírse; demasiado borracha para procesar la situación.
—¿Sabes que por tu culpa mi colega no pudo entrar este año? Tu plaza de húngara de mierda echó a mi amigo de Kansas que se vino hasta el quinto coño para nada.
—Oh.. ¿En serio? Pues... Perdón, lo siento.. Pero soy serbia.
—Puta zorra de mierda, ¿te estás riendo de mí?
R1579757 · F
¡Cómo se había llevado la noche a una pobre borracha! Orientaba sus débiles y menudos pies en torno a una arena que en pocos pasos, hacia su izquierda en concreto, lindaba con la mar. No sabía exactamente adónde se dirigía, a tumbos, yendo donde su (ausente) cerebro le dijera.
Pasó un poco de largo de las rocas y, poniendo una mínima atención, contempló más a muchacha con el pelo blanco como ella. No importaba que sus rasgos se vieran levemente difusos, sintió que a sus ojos entró una belleza hecha fémina. No sabía cómo procesarlo, menos por estar ebria, pero presenció sus curvas, la melena. Toda la esencia de una desconocida, de una figura sacada de sus sueños más melancólicos, le hizo pararse y contemplarla.
Quizá era cosa suya, mas sentía que la luna daba su luz a aquella desconocida.
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Pasó un poco de largo de las rocas y, poniendo una mínima atención, contempló más a muchacha con el pelo blanco como ella. No importaba que sus rasgos se vieran levemente difusos, sintió que a sus ojos entró una belleza hecha fémina. No sabía cómo procesarlo, menos por estar ebria, pero presenció sus curvas, la melena. Toda la esencia de una desconocida, de una figura sacada de sus sueños más melancólicos, le hizo pararse y contemplarla.
Quizá era cosa suya, mas sentía que la luna daba su luz a aquella desconocida.
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(Pero no es el momento, quiero ir a casa. No la molestaré, qué linda...)
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BiancaVamp · 22-25, F
Entre las rocas que separaban ligeramente el mar del resto de visitantes se encontraba la "pareja" recién formada. Bianca no era del todo mala, le permitió tocar algo de su piel para que se sintiera en confianza y en menos de un instante sus tira de dientes atrapo una parte de su cuello, Destrozando la vena principal, haciendo un desastre con el sangrado. No importaba nada. El frenesí se apoderó de ella.
Al derribarlo al suelo dió una impresión totalmente distinta de la realidad y a lo lejos se podían escuchar porras ridículas de quienes habían condenado sin saberlo a su pobre compañero, nadie podría adivinar que había un monstruo destrozandole el cuello y la vida a alguien tan joven, el mar con su canto opacaba totalmente su voz, excepto quizá para aquella despistada y ebria mujer que caminaba en su dirección a quién, de momento, Bianca no notaba todavía.
Al derribarlo al suelo dió una impresión totalmente distinta de la realidad y a lo lejos se podían escuchar porras ridículas de quienes habían condenado sin saberlo a su pobre compañero, nadie podría adivinar que había un monstruo destrozandole el cuello y la vida a alguien tan joven, el mar con su canto opacaba totalmente su voz, excepto quizá para aquella despistada y ebria mujer que caminaba en su dirección a quién, de momento, Bianca no notaba todavía.
BiancaVamp · 22-25, F
no había nadie siguiendola, o eso es lo que ellos creían. Su marcha perdió velocidad conforme sus desgastados huesos no soportaban más llevar su peso a cuestas y se detuvo. En seco. Delante de sus ojos había un festín disfrazado en trajes de baño, irrelevante era su color de piel, estatura, sexo e incluso facciones, que si estuviera en condiciones normales seguro que la haría renegar.
A pesar de su mal semblante, conservaba la belleza fisica, su bien proporcionado cuerpo y lo esculpido de su rostro que por supuesto era una herramienta extra otorgada por su naturaleza para mejores asesinatos. Era su primer asesinato, pero no sentía nervios. Sólo tuvo que plantarse delante de algunos jovenes y sonreír ocultando sus colmillos, haciendo una seña con el hombro para que le siguieran. La bolita de adolescentes se dejaron guiar por sus hormonas, lanzando a quien sería el "líder" a encontrarse en la oscuridad con ella.
A pesar de su mal semblante, conservaba la belleza fisica, su bien proporcionado cuerpo y lo esculpido de su rostro que por supuesto era una herramienta extra otorgada por su naturaleza para mejores asesinatos. Era su primer asesinato, pero no sentía nervios. Sólo tuvo que plantarse delante de algunos jovenes y sonreír ocultando sus colmillos, haciendo una seña con el hombro para que le siguieran. La bolita de adolescentes se dejaron guiar por sus hormonas, lanzando a quien sería el "líder" a encontrarse en la oscuridad con ella.
BiancaVamp · 22-25, F
Corre Bianca, ¡CORRE!
Piernas desgastadas, un incensante dolor recorriendo sus huesos por los kilometros que llevaba recorridos, no veía la dirección y tampoco memorizaba el camino como usualmente solía hacer las poquísimas veces que encontraba salida de su hogar por mandato de su padre. Esta vez era distinto todo, huía a sabiendas de que era un vampiro quien la perseguía, eso considerando que ya se hubiese dado cuenta de su ausencia.
La fatiga allano su cuerpo cuando la reserva de fuerza se fue agotando, estaba muy lejos de casa, ya no había marcha atrás. Chocó con infinidad de cosas en su camino y su cuerpo no tenía la suficiente fuerza como para iniciar una regeneración por tanto la apariencia que daba mientras seguía rompiendo las suelas de sus zapatos no era la mejor.
Llamaba la atención por su cabello blanco, los susurros se amontonaban en su cabeza de todas direcciones, gente que no entendía lo que hacía, tildandole de loca, extraña y hasta esquizofrenica pues
Piernas desgastadas, un incensante dolor recorriendo sus huesos por los kilometros que llevaba recorridos, no veía la dirección y tampoco memorizaba el camino como usualmente solía hacer las poquísimas veces que encontraba salida de su hogar por mandato de su padre. Esta vez era distinto todo, huía a sabiendas de que era un vampiro quien la perseguía, eso considerando que ya se hubiese dado cuenta de su ausencia.
La fatiga allano su cuerpo cuando la reserva de fuerza se fue agotando, estaba muy lejos de casa, ya no había marcha atrás. Chocó con infinidad de cosas en su camino y su cuerpo no tenía la suficiente fuerza como para iniciar una regeneración por tanto la apariencia que daba mientras seguía rompiendo las suelas de sus zapatos no era la mejor.
Llamaba la atención por su cabello blanco, los susurros se amontonaban en su cabeza de todas direcciones, gente que no entendía lo que hacía, tildandole de loca, extraña y hasta esquizofrenica pues
R1579757 · F
Incluso si su cabeza se agitaba continuamente, hilos de saliva discurrían por su boca insinuando unas débiles ganas de vomitar y caminaba casi a punto de caerse, la melodía de la playa en semejante noche la reconfortaba lo suficiente para no desplomarse. Necesitaba buscar a alguien, que no fuese en realidad una piedra ni estuviera enfadado (porque varios que estaban solos la mandaban por ahí), que la ayudara a coger un taxi.
A saber si habría alguna persona.
A saber si habría alguna persona.
R1579757 · F
El terror que la mataba por dentro, el de orinarse, fue tal que decidió alejarse del grupo de compañeros. Ella se fue de la peor manera posible y ellos estaban demasiado en su mundo como para darse cuenta de su desaparición. Su intención era dar una vuelta hasta que se despejara de tantos pensamientos intrusivos.
En el camino, su vuelta era en torno a una playa que a cada paso era nublar la mirada en oscuridad; podía discernir alguna figura que otra en la orilla, fuesen personas liándose, dos de la mano o una no era algo que pudiera distinguir Rebeka con su vista de borracha a altas horas de la madrugada. Aun así, sentía una dulce calidez con el gentil mecer de las olas pese a la leve brisa que yacía ese día.
En el camino, su vuelta era en torno a una playa que a cada paso era nublar la mirada en oscuridad; podía discernir alguna figura que otra en la orilla, fuesen personas liándose, dos de la mano o una no era algo que pudiera distinguir Rebeka con su vista de borracha a altas horas de la madrugada. Aun así, sentía una dulce calidez con el gentil mecer de las olas pese a la leve brisa que yacía ese día.
R1579757 · F
#1338BE
[code]Orchard Beach, New York
05/03/2021
1:31 A.M.[/code]
05/03/2021
1:31 A.M.[/code]
La noche se hacía ver a través de un manto de estrellas especialmente abundante, incluso si al lado de la playa había todo un paisaje urbano que se extendía hasta convertirse en una ciudad; la luna mecía sus curvas sobre el cielo, hundida en la negrura de la madrugada.
Las pocas luces yacían a mano de un pequeño grupo de adolescentes (linternas, móviles..), echando el botellón de su vida para desahogarse de tantos problemas, sobre todo universitarios y emocionales. Quizá en caso de Rebeka, una de ellos, una estudiante serbia de Erasmus, sus inquietudes diferían en tanto que le preocupaba estar demasiado borracha y no quería acabar meándose encima; pese no ser posible, la embriaguez le hacía comerse la cabeza por cuestiones sinsentido.
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