PssA1518209

[med]**[/med]
[c=#80562D]En su pecho parsimonioso[/c] [c=#E57300][i]– mmm…-[/i][/c]

[c=#80562D]Se preguntaba por qué no vendría; [i]//¿será que es igual de huraño que Deuteros o Aspros, o serio como Asmita? //[/i][/c]
[c=#80562D]. Pensando eso de pronto se le vino a la mente una idea[/c] [i][c=#E57300]– ¡Ah¡… si, em rosas.-[/c][/i] [c=#80562D]// Pero les falta algo de vida.//

Cuando aún con los ojos cerrados meditaba de brazos cruzados, una descarga de ambiente tenso le cruzo el cuerpo, se le erizaba tantito el bozo de la piel. Escucho unos pasos que avanzaban con forzada pesadez.

Se levantó luego de que él llegó porque no sabía si quería o más bien si podría darle la mano a su compañero para saludarle, no conocía sus técnicas. Así que solo en firmes con sus brazos sueltos a los costados se hizo hacia delante de la cintura para arriba inclinándose en señal de reverencia brevemente para reincorporarse inmediatamente y verle de frente;[/c] [i][c=#E57300]-perdón es que eso me faltaba-[/c][/i] [c=#80562D]pensando el leo que tal vez por eso no venía también, igual y le faltaba ser más formal pero no reparaba.[/c]

[i][c=#E57300]-Am, ¡Ahí está!-[/c][/i] [c=#80562D]al llegar el caballero se dio cuenta, se cargaba de porte involuntario, y al menos por este momento sintió un toque de nostalgia en este pero no inmuto el rostro, sí sintió su molestia. Pero decidió ponerle una apariencia de buena pinta de su parte para con el santo.[/c]

[i][c=#E57300]-¡Hola!, ¿vas así todo el tiempo, o estas de algo especial? (preguntando dejando abierto si es que quisiere responderle)…Que buen aspecto tiene el templo, dime… por qué no veo las flores (en hincapié al olor que percibía).-
[/c][/i]
[c=#80562D]No se avergonzó ni tantito por ir en ropa informal, es más se le olvido desde hacía ya rato cuando lo encontró. Sus ojos sin apartar la dirección seguían siendo amenos //por lo que veo tiene que haber pagado su precio también por estar ahí (su cargo como dorado)//.[/c]

[c=#E57300][i]-…Oye, que no me acostumbro a eso de estar encerrado.-[/i][/c]

[c=#80562D]A Leo le pareció muy diferente a los demás y su aire que mantenía alrededor pues le cayó en gracia, todos siempre están lo suficientemente ocupados, que de hecho él venía de entrenar y no lo eximia, le encantaba el entrenamiento pero de no ser por su tío no le frecuentarían y tomaba iniciativa. [/c] [med]**[/med]

[code] Era sumamente esporádica la ocasión en la que la Diosa se veía sorprendida por la visita de alguno de sus caballeros, ya que desde niña había desarrollado cierta habilidad para sentirlos y reconocer así los cosmos que anidaban dentro de ellos. Por tal motivo, no pudo evitar sobresaltarse ligeramente ante la voz tan conocida del caballero de Piscis: Albafica; quien era - a sus ojos - uno de los seres más elegantes que había visto en su corta vida humana.

Una sonrisa cariñosa se asomó por los finos labios de Sasha al tiempo que lo observaba dedicarle aquella reverencia. Se preguntó a sí misma cuántas veces los había oído profesar una consagración para con ella y también cuántas de esas veces los había tomado en serio. Jamás lo diría en voz alta pero estaba segura que podía contarlas con no más de quinientos números, siendo que de niña todo le parecía un sueño tan extraño que poca o nula atención prestaba a tales formalidades. Cuán equivocada había estado ahora que conocía la verdad en los corazones de sus santos dorados.

— Albafica, llegas en un momento muy oportuno. — Mencionó con aquel tono de voz suave y aterciopelado que ese aire solemne de Diosa le había dado. Con un movimiento de cabeza, y sin perder ni un instante la sonrisa, le indicó que se irguiera segundos antes de volver su vista a la bóveda celeste. Athena gustaba de contemplar el brillo de las estrellas cuando sus noches se tornaban melancólicas merced a su pasado en el orfanato. — ¿No piensas que son hermosas? — Cuestionó con la mirada perdida en el infinito. — Siempre he creído que tú, caballero de Piscis, conoces más de belleza que cualquier otra persona así que me interesa en demasía conocer tu opinión. ¿Podrías, por favor, decirme? [/code]

[c=#80562D]** Cuando un animado leo se dirigía a la parte más alta del Santuario porque le dijeron que había llegado una niña nueva al recinto sagrado, supo inmediatamente de quién se trataba así que quiso comprobarlo con sus propios ojos, solo no había tenido el tiempo.

Por el ambiente se respiraba bastante paz e intentaba pasar sin molestar, tampoco era como si le importase que notaran su presencia pues que mientras cruzaba por “el doceavo” algo le llamo la atención y tomo en cuenta que contaba con algo de descanso muerto se dio a aprovechar su curiosa tarea, quiso acercarse debido a un inusual aroma que despedía el templo, tenía fama que algo de flores y el cambio de sucesión para el templo de piscis fue sonado pero no les veía por ningún lado, trato de no pisar más que la parte marmoleada pero le agrado bastante el olor.

Igual llevaba un ligero chaleco sobre su playera de entrenamiento ambos de algodón, que se colocó alrededor de la nuca y como kufiyya de los hombres del desierto cubrió su sentido del olfato, no fuera que por error no debiere percibirle. Al asomarse vio muy oscuro hacia adentro donde había un extraño y relajante silencio… seguía esperando ver alguna flor o al menos de dónde se emanaba. Trato de adivinar a qué flor podría pertenecer o de recordar algo que le hubieren dicho acerca de las historias de los santos de “la doceava”demarcación. Pensó que también podría ser su imaginación pues andaba en eso de mejorar unas nuevas técnicas y su sentido en desarrollo le impediría ver algo que otros no perciben.

Sacudió su cabeza y como no veía a nadie se fue hacia la parte central del templo, se sentó con las piernas y brazos cruzados cerrando suavemente los parpados para ver si encontraba algo.

Recordó sus modales y entonces suspiro para tomar aire:
[i]- ¡Buenas tardes! , Me llamo Regulus, ¿hay alguien por aquí?-[/i] **[/c]

** [c=#562D80][code]Serena y silenciosa, así transcurre la tarde en aquella inmensa planicie donde por muchos años ha vivido luego de su regreso y desde que sus ojos nuevamente volvieron a ver el bello resplandor cálido y sublime, obsequiado en su plenitud por la maestra gema ardiente posada sobre la diestra de la gran deidad del olimpo, Apolo. Siempre resguardando el sagrado lugar, que fuese el campo de rosas donde su padre una vez le mostró los ideales que forjan realmente a un verdadero guerrero; abandonando toda sobra de oscuridad y dolor luego de que su gentil ser se viese lastimado en el intento de proteger algo que siempre atesoro con fervor y al igual que su tutor, martirizo su bello orgullo y sacrifico lo que pensó justo y necesario, solo a cambio de una tierna sonrisa. Una brisa grácil se aligera y rompe la perfecta linea de corolas carmesí, obligandoles a danzar, y abriendo los espacios de la sombra bajo sus hojas y espinas, y arrancando con ella un espiral de pétalos y esporas que pronto matizan la intensidad de la luz dorada que a esas horas ya se percibe mas fresca.
Con ímpetu una pisada hace gesto de presencia sobre el campo de roca, finamente adornado por la salvaje cobertura de rosas venenosas, seguido a este otra pisada enmarca el inicio de una lenta caminata a través del sendero... una figura alba y fina logra definirse mostrando noble su larga y sedosa cabellera impregnada en tintes azules aguamarina, misma que graciosamente vuela en su andar al viento; una piel nívea y pura en cada detalle cubierta por una larga túnica de color blanca, enmarcada a su cintura por un cinturón de color oscuro; ambos antebrazos definidos por una cobertura de vendas que incluso llegan ocultar sus palmas y sus nudillos. En su parte inferior, pantalones largos de un tono idéntico al de su cinturón, y de igual forma enmarcado a media pierna por las largas correas de cuero de su calzado.[/code][/c]
[c=#0073E5][code]- Tal parece, que la tarde procede serena como de costumbre... quizás las cosas fuesen un poco diferente si usted estuviese aquí -[/code][/c] [c=#562D80][code]postración se puede percibir en el masculino hilo de voz, expresado por los rosas y tersos labios del propio ser, que continua a paso lento su andar hasta el sitio frente a él; una cabaña se divisa a lo lejos, ese sitio al que siempre ha amado regresar, mismo que le muestra ese aire tan cotidiano lleno de paz y le entrega recuerdos de los tiempos más felices de toda su vida junto a su amado maestro.
Rodeada de tanta belleza es casi imposible deducir lo vetusto de la estructura de madera, pues los ojos que se posan sobre ella llegan a ignorar por completo tales detalles solo por consumir su vista admirando lo prodigioso de tan inmenso jardín, siendo triste solo el hecho de que aquella escena solo pueda ser amada por el propio heleno nacido bajo la belleza de la doceava constelación del zodiaco, aquella que nada libre en el inmenso esplendor cósmico y misma que guarda atesorada la figura de los peces gemelos...[/code][/c] **

[center][/center]

Es usted el humano más hermoso que han visto mis ojos~ Y en verdad es un deleite el mirarte, me pregunto cómo se sentirá besarte~~

(off : Muchisimas gracias por aceptar cuando desee y me lo permita podremos iniciar rol , pase feliz noche C: )

OFF: Gracias por aceptar, espero nos llevemos bien. ¿Gustas iniciemos un rol?