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צוֹאָה.
 
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Sapphire666 · 100+, F
-"Traición, aprender y salvación" tres palabras que se grabaron en la memoria de la niña como un dato importante de una lección. Tranquilamente tomó las llaves que ofrece el azabache, seguido de agradecer con la mirada, pues ante todo, era educada.- Gracias, no te decepcionaré John. -Guardó las llaves en el bolsillo de su desgastado uniforme, quedando sentada a un costado del azabache. Miraría hacia la cocina, pues ese era un buen punto para comenzar hacer labores domésticas, un pago justo por la ayuda brindada, y por otro, del consejo que acababa de recibir, cuyas palabras resuenan en su mente, analizando o estructurando toda clase de escenarios o momentos en los que bien, podría llevar a cabo dicho argumento, lo cual hace énfasis en el recuerdo de aquel internado, efectivamente, no puedes confiar en nadie, la soledad es sin duda el mejor remedio.-;
Nexialist · 22-25, M
Hm. Aprende a salvarte sola, nunca sabes quien puede traicionarte en lugar de ayudar. -Fueron las últimas palabras que le pudo dedicar mientras ésta se levantaba, ¿habría hecho las cosas bien? Sintió que podría haber aprovechado mejor la inocencia de un niño, pero de todas formas en su resiliencia sostuvo el recuerdo de él como un ser paternal.

Suspiró, mirando su tabaco, mirando el suelo y las paredes, luego a la niña y finalmente la puerta.- Puedes usar mi departamento si no tienes donde quedar. -Buscó en su bolsillo unas llaves, eran copias desde luego. Se las ofreció entre sus dedos al unísono con la calada que se daba del cigarro.-
Sapphire666 · 100+, F
- No lo sé aún. -Mencionó mientras soba su mejilla que si bien, cabía gran posibilidad de que se le forme un hematoma. El demonio hacía demasiadas preguntas que Sapphire no sabía o podía responder con la mayor libertad como cualquiera hubiese deseado, la confusión siempre está latente en ella, sus recuerdos son vagos, borrosos y ligeramente latentes en su memoria, por extraña razón, no recordaba nada en tiempos anteriores a ella, aunque tampoco se podía esperar mucho de su memoria debido a su corta edad.-

*Obediente, tomó asiento justamente en el lugar indicado, inclinando su mirada sin atreverse a mirar al azabache fijamente, después de todo, la presencia de un adulto siempre aplaca la sensibilidad de un menor.-
- No sabía que eras un demonio, yo sólo escapé para buscar ayuda con la yerbera, pero después apareciste tú y... -Interrumpió sus palabras, para luego añadir.- mejor olvídalo. [c=#608FBF]-Se levantó del sofá, entendiendo que él no deseaba ayudar
Nexialist · 22-25, M
-La soltó cuando terminó de hablar, pero al ver las lágrimas le daría un suave zape en el lateral de su cabeza, no con el afán de doler ya que sólo sentiría el mero peso de esa mano tan violenta.- Débil. -Suscitó, apartándose y dando un par de palmadas en el colchón del sofá como quien ordenaría a un perro a sentarse.-

Te ves muy sana y muy obediente para ser una niña abandonada. ¿Qué le pasó a tus padres? -Se preparó otro, si, otro cigarro que deseaba fumar con tanto afán, que quería probar con tanto deseo, dos chasquidos bastaron para inundar sus pulmones y posteriormente la sala con el olor de esos marlboro.

Se relajó, su vicio estaba siendo complacido.- Decidiste buscar a un demonio para que te ayude sin siquiera saber su nombre, insulso. -Sus palabras se serenaron como si estuviera dando un leve sermón, hasta ahora le estaba demostrando que no iba a ser rescatada por él.- ¿Crees que alguien más te salvará?
Sapphire666 · 100+, F
-Acostumbrada estaba al maltrato físico y emocional que siquiera le costó mucho tolerar aquel pellizco en su mejilla. Cerró su ojo del mismo lado del cual se le está lastimando, para después pronunciar.- En la escuela... N-nos enseñan hablar ...y S-Si no lo hacemos bien, hay un terrible castigo, todos debemos aprender hablar rápido, es la mejor manera de sobrevivir. -Dijo sin mencionar más detalle del cruento, pero muy necesario modo de aprender que es impartido a esos menores.- Por favor, duele mucho. -Comenzaría a llorar aunque intentaba tolerar el dolor de si mejilla.-
Nexialist · 22-25, M
-Lo comió en silencio, degustó cada parte de la mezcla derritiendose en su paladar como si no hubiera nada en ese punto que lo pudiera parar, ¿por qué era tan sabroso? Le gustaba el amargo, si, le recordaba el sabor de los cigarros. Pero el dulce, lo odiaba, le recordaba a "María", que tenue tristeza traía.

Finalmente se lo terminó, no le dejó nada. Claro que no, ¿por qué lo haría? La trajo, le estaba ofreciendo techo. Suspiró, era demasiado bueno, entonces le pellizcó la mejilla con la mano aún sucia de chocolate y le dio un jalón, ¿por qué ella se molestaba en limitarse?- No hiciste nada malo, ¿quieres ser fuerte? La primera lección es saber cuándo mentir.

¿Por qué no me cuentas de ti? Para ser pequeña hablas bien, tienes buena pronunciación. -Aún no le soltaba, le daba presión con sus gruesos dedos y no pararía aunque la marcara, ni aunque trajera moretones ni llorara.-
Sapphire666 · 100+, F
- ¡Mi chocolate! -Arrugó su entrecejo haciendo un encantador puchero, aproximándose con mucho miedo al azabache quedando de pie, apretando sus puños y casi deseando romper en llanto, sin embargo de contuvo, porque su instinto le dicta permanecer tranquila pese a las circunstancias del momento.-

- ¿Qué deseas que diga? -Preguntó sin entender el contexto que el azabache demanda, alzó su mirada y sólo añadió.- No hice nada malo, y-yo sólo... Quiero ser fuerte, eres el único adulto con el que puedo hablar. ¿Hice algo malo? -mencionó viendo el chocolate a medio comer que yace sin envoltura en la mano del hombre.-
Nexialist · 22-25, M
¿Te gusta hacerte la tonta con esa edad? -Se levantó poco a poco, tal como caminó lento hacia ella. Podría haberla golpeado, ni una bofetada, un puñetazo y desde luego, nadie sabría ni se enteraría.

En lugar de eso, le arrebató el chocolate, ¿qué mejor castigo para un niño y un ladrón?

Se apartó luego de cerrar la puerta tras de ella, se volvió a sentar en el sillón para mirarla mientras el sonido de la envoltura rompiéndose entre sus manos descubre el cacao oscuro.-

Ahora ven y empieza a contarme. -Luego de esas palabras que oscilaron lo grave de su voz con el desinterés total por el hecho, comenzó a comer ese manjar amargo él solo.-
Sapphire666 · 100+, F
- Sustrajo del bolsillo de aquel desgastado uniforme, una barra de chocolate que había sustraído del aparador del lugar en el que antes estuvieron, había sido sincera aunque permaneció callada nuevamente, temerosa de lo que el adulto podría decirle a continuación.-

- Apretó la dulce golosina en su mano, desviando su mirada y apenada por aquel hurto.-
Nexialist · 22-25, M
-Poco a poco fue desacelerando y en el último segundo susurró.- Abajo, llegamos. -Y detuvo el auto frente al corto pero oscuro umbral que daba contraluz con el sol de medio-día, ese día Toronto estaba cálido, pero ese pasillo por el cual iría el demonio al bajarse del auto sería tan helado como la propia muerte.

Le dejó la puerta destrabada, no le importaba lo que había dicho, en lo más mínimo. Nunca se resistió de tratarla como al resto de humanos: pero algo no le cuadraba en la niña.

Siniestro, sólo se fue al departamento en la segunda planta, el giro de llaves leve evidenció una sala de estar casi vacía, con tan sólo un sillón, LED pequeño y al fondo una mesa con tres sillas que dividía esa habitación con la cocina. A la derecha, una sola puerta llevaba por un pequeño pasillo al baño y posteriormente a una habitación.

Esperó en el sillón, dejó la puerta abierta. Cuando ella llegara suspiraría.- Hablar muy fluido para ser tan pequeña. ¿Qué escondes?

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