- Escucha con atención la explicación. - Si comprendo, lo que no entiendo, por que debe ser necesario conocer el pasado, eso es lo que no comprendo del todo. - responde con calma mientras toma la muñeca del cadáver y procede a realizar la marca con su uña. - Veamos si me deja ver que le paso entonces. -Dice antes de agarrar la muñeca marcada y apretarla con su mano para iniciar con la conexión.
A los pocos segundos sus ojos se tornan blancos y entra a "la mente" del muerto encontrándose con un pasillo lleno de puertas de diferentes formas.- Que curioso... Empecemos con esto.

-Se mantiene en silencio por un momento, le es difícil evocar las palabras adecuadas sin ayuda de otras mentes en su cabeza. Suspira, luego busca en la mesa un cuchillo y comienza a hacer pequeños cortes en una mejilla del cadáver.- Si el alma está hecha de la vida de una persona. -Termina de dibujar la estrella de cuatro puntas.- Significa que no puedes obtener toda su esencia sin conocer lo que fue esa vida. Este símbolo debería ayudarte a ver los recuerdos de los muertos. -Señala la mejilla del muerto.- ¿Eso lo comprendes? O tal vez te estoy sobreestimando.

—Pone los ojos en blanco ante la conclusión de su condición para luego levantarse y acercarse al demonio y al cadáver.— Exactamente que quiere que intente? Por qué tus acertijos no los logro comprender, entiendo que la vida y la muerte van de la mano, pero ¿Qué ue tiene que ver lo que esté desdichado fue en vida? De que va esta lección

Si que te gusta imitarme, mocosa. -Ve el cristal y, aunque comprende su naturaleza, no entiende por qué ella lo necesitaría.- Claro, eres humana... -Era su conclusión.
Acercó más el cuerpo del muerto cuando oyó la pregunta, trataba de ocultar su mirada detrás del cadáver.- La vida y la muerte son conceptos complementarios, no puedes comprender lo que realmente es el alma sin conocer la vida. -Hace una pequeña pausa, mirando el suelo por un momento. Entonces susurra.- Por eso los demonios tienden a ser curiosos. -Lo dice como si se tratara de algo malo, extraño para alguien que sostiene un cadáver suspendido.- Ahora, inténtalo.

Obviamente cuando tú cuerpo se autodestruye por culpa de los poderes, es inevitable el enfermarme, por eso busco almas para crear mis baterías. —Le muestra un cristal de brillo palpitante amarrado en una manilla.— ¿Pensar en su pasado? A lo mejor y era un indigente, ¿Que relevancia tiene la historia del muerto? —Le pregunta con completa curiosidad mientras mira fijamente el rostro rígido del muerto, sin entender del doto a qué quería llegar el demonio.—

Niña idiota. ¿Cómo te enfermas por practicar? -Se levanta y anda trastabillando hasta el cadáver, luego se coloca en cuclillas para ver de cerca el estado de descompocisión del mismo. Enarca una ceja a la par que dirige su atención de regreso a la aprendiz.- No voy a preguntar. -Toma el cuerpo helado, alzándolo desde el cogote con una mano mientras la otra es ocupada para levantar los párpados superiores, permitiendo que se vean los ojos del mismo.- Míralo fíjamente, piensa en el pasado, en tu pasado, en su pasado. Un momento puntual en la historia de quien alguna vez fue esta... cosa.

—Esquiva la lata sin mucho problema para luego chasquear los dedos luego de escuchar el requisito que dictaba su maestro, un cuerpo se estrello contra el suelo de aquella habitación.— ¿Ese funcionará? —Responde mientras toma un pan y se lo empieza a comer.— Si e estado practicando bastante... Creo que por eso estoy tan enferma últimamente. —Responde con seriedad mientras se pone cómoda en su asiento.—

-Termina la cerveza y abolla la lata otra vez, esta vez se la lanza a ella directo hacia su cabeza, casi a la par de que toma el pan y lo deja sobre la mesa.- Depende, ¿traes un cadáver contigo? Sino no. -Se encoge de hombros, como si fuera un requisito súmamente dificil de obtener, sobre todo cuando él mismo genera cadáveres diarios en esa enorme ciudad estadounidense. Se acomoda en la cama, semi-sentado. Luego la mira de reojo.- ¿No has estado practicando lo que ya te enseñé?

Exacto, lo e dicho mil veces el ser humano es horrible, yo no soy mejor que la mayoría, vendí mi alma a cambio de conocimiento. —Dice con una sonrisa.— Como sea, puedo suponer que no es el momento adecuado para pedir la siguiente lección ¿Verdad? —Pregunta mientras hace aparecer una bolsa de papel, de la cual saca un pan caliente y se lo ofrece al demonio.—

Y que lo digas, estuve en ambas. -No parece sorprenderse de sus palabras, siquiera cree que sean frases nuevas llegando a sus oídos. Frunce el ceño, pero baja la mirada, no comprende qué es lo que le falta o lo que anhela, sólo sabe que le molesta demasiado.- La humanidad es el menor de mis problemas. Esta época está llena de pestes, como mis hermanos. -Mira la lata de cerveza, no se ha dado cuenta de que su brazo está tenso al sostenerla. Bebe de nuevo, siente ira y a la par de ello, no hay ninguna motivación para desatarla.- ¿Cuál es el punto de que digas todas esas estupideces? Suenas como si quisieras que los mate a todos, incluyéndote.