- Bajaron largas escaleras, ahora con guardias mirándolos más de cerca. El grupo era selecto, tan sólo ocho amos incluyéndolo, algunos con una mascota. La iluminación era pobre, pero entraron en una sala de torturas. Como si ya fuera un ritual acostumbrado, la gente se colocó en círculo alrededor de una cama de piedra, sucia de sangre y con olor a lejía, como si hubiese sido lavada con esmero un día antes. Se estremeció cuando al fondo encontró jaulas con niños dentro, uno de ellos pertenecía a su familia. Cuando escuchó varias puertas cerrar el pasadizo al que bajaron, se puso tenso. -
- Asintió. Lo único que le hacía tener los pies sobre la tierra era el apoyo de Arslan. Aprovechó para darle un fuerte beso sobre sus labios, rápido y tronado, después cargó a tres niños a la ves y salió de ese sitio, pasando encima de cuerpos todavía tibios. Se topó al que había comprado al escudo, ni siquiera le había ayudado para defenderse, así que echó a un niño a su espalda y con su mano libre cargó el objeto. Nualla y Lysander corrían junto con Williams y su hijo Charles directo a donde había dejado el túnel oculto. Hizo un elevador de piedra y los llevó a la Colmena, en donde las hermanas tendrían el triple de trabajo, pero era una oportunidad, una que aquellos niños no habían tenido. -
