- Afirmó su agarre en la cintura ajena y con sólo mover los dedos de sus pies la tierra se agrietó, después el suelo se desvaneció y una cámara se abrió bajo ellos. De inmediato ubicó en dónde iba a caer y flexionó sus rodillas para caer en el suelo, el cual se curvó de forma suave para recibirle. Lo primero que pudo notar fue que el aire era considerablemente mejor. Aspiró profundamente y miró a su alrededor, no podía creerlo. Había estatuas, una iluminación celeste que provenía de alguna clase de cristal, marcas en las paredes, y latiendo con energía al centro un pequeño caldero. -
- Fragmentó un poco la tierra para que el agua escapara hacia arriba y creara un pequeño chorro vertical. Rellenó la bolsita de cuero que funcionaba como botella y se la pasó. Acercó los labios directamente al agua y bebió de ella a largos tragos, con lo que había sucedido no se había percatado que estaba sediento. - De acuerdo, entonces nos vamos. - Se colocó de pie a lado del otro y movió los dedos de sus pies despacio para mezclar la tierra bajo ellos. La tierra dio un brinco para crear una plataforma bajo ellos y el caldero, luego empezó a subirlos por donde llegaron como si se tratara de un ascensor. Con todo su pesar, extendió sus brazos hacia los lados y cerró sus dedos en puños, derrumbando la cueva en la que anteriormente estaban. Piedras chocaron entre sí y levantaron polvo a su paso, que era sepultado con la tierra que desprendía de las paredes para sellar el tunel bajo ellos a su paso. -
