Nunca pierdas la esperanza de que pueda hacerlo Leo -le palmea el hombri suavemente, tambien poniéndose en pie y sonriendo ante el gesto que le ofrece, tomando su bolso y abrazandose a una de las manos del mas alto por apoyo- Vas a tener que ayudarme un poco aquí en serio, hice algo de ejercicio fuerte anoche y aún no me recupero -le guiña el ojo y rie, viendose notablemente emocionado de que saldrian a comprar cosas nuevas, teniendo un par de ideas sobre qué conseguirse- Vamos a ponerte mas guapo de lo que ya estas, eso está seguro.

- Suspiró, dudoso. - Ella tenía tres años cuando todo pasó. Su hermano cinco. Tal vez no me recuerde del todo. - Se puso de pie, besando su frente. - Pero si los encuentro será gracias a tí. - Caminó hacia su espada y la colocó en su cinturón, cargó con su bolso y el basín. - Hora de hacer el check out ... Y de gastar esto. - Palmeó las joyas que había tomado de la cueva. - Necesito una armadura, y tú podrás comprar todo lo que tú quieras, incluso unas medias bonitas. No puedo presentarme ante mi Princesa sin verme como un caballero.

-termina sentandose sobre una de las piernas del mayor, dejando que tomara su mano de aquella forma y sonriendo sabiendo que no estaba herido de gravedad, solo escuchamdole entonces- Si los vi... debe pensar que quieres hacerle daño. Eso significa que va a regresar a donde está la chica para avisarle de nosotros. Si no nos movemos rapido podrian desaparecer, aunque hay posibilidad de que te reconozca si te describe. Claro, gracias a mi hechizo no va a haber lugar donde puedan esconderse de nosotros por mucho

- Rió un poco, dejando que el otro le sentara. Le tomó una mano usando las dos propias, acunándola en una pequeña esfera creada con sus dedos. Sus ojos esmeralda se enternecieron con su rostro, luego habló con seriedad. - ¿Lo viste, verdad? Esos ojos cuando le pregunté por ella. - Apoyó los labios en el dorso de su mano. - Temió que queríamos hacerle daño. Está con ella.

-se queda sin palabras vuando dice todo aquello, su rostro mostrando claros signos de verguenza en lo que desvia la mirada, frotandose las mejillas con ambas manos- Eres un... -solo suspira, empujandole hasta hacer que se siente en la silla en la que antes estaba el ser mirandole de arriba a abajo- Te duele en algun lado? -le da un leve golpe en la mano- Y deja de manosearte de esa forma es vergonzoso

- Era culpable, ya lo sabía. Miró en su dirección mientras masajeaba la zona golpeada y sonrió mostrando todos sus dientes, casi como un niño. - En lugar de sermonearme deberías estarme ayudando. Soy un hombre herido, ¿Ya lo notaste? Y en tu zona favorita.

-estaba a punto de indicarle el por qué de su regaño cuando ve como la pierna del chico se mueve rapidamente para golpear al dragón.- Estas bien!? -pregunta preocupado al mayor, el siguiente set de acciones ocurriendo demasiado rápido para su ojo pero cuando viene a ver ya el chico estaba retrocediendo en direccion al balcón. El mago muestra sus colmillos a este haciendole irse incluso más rápido, volteandose en dirección hacia Leo y llevandose las manos a la cintura- No puedes esperar que quiera tener una charla amistosa contigo si le despiertas casi rompiéndole una taza en la cabeza.

¿Qué? - Preguntó indignado, y en ese lapso volteó a verlo y se descuidó, no le había atado los pies. El joven lanzó una patada con una pierna hacia su entrepierna, dando en su punto. Cayó de rodillas sujetándose, gruñiendo de dolor. - Bien ... Esto salió mal. - El chico iba a patearle la cara, pero reaccionó a tiempo y le tomó el tobillo, luego le empujó la pierna tan fuerte hacia un lado que la silla se giró, quedando el joven casi dándole la espalda. Deshizo el nudo de sus muñecas y extrañado, el chico se levantó y caminó de espaldas al balcón. Contó con la mirada el número de personas y reconoció su desventaja, luego salió huyendo. Apenas se fue, exhaló con fastidio. - Estos jóvenes de ahora. Ya no hay respeto.

-golpea su propia frente con su mano, ni siquiera sabía por que había hecho esa pregunta si era mas que obvio. Pero al ver que no despertaba esperaba que lanzara un poco mas de agua, no la taza en la cabeza- LEO! -le regaña aunque claramente habia tenido su efecto, quedandose el brujo a una distancia prudencial de aquel ser, especificamente, detras deo dragón-

Huuh... - Mira la taza extrañado. Le lanza el agua a la cara para intentar despertarlo, pero el agua apenas y causó reacción. Se encogió de hombros, luego levantó la taza y la estrelló en su cabeza, lo que si hizo que el hombre convulsionara un poco, luego gritó. - "¡¿PERO QUÉ MIERDA?!" - Su voz era una mezcla aguda y grave, claramente en la pubertad. Por su cara diría que estaba en los cuarentas. Cuando se percató de que no tenía su capucha miró a ambos con terror, luego se sacudió en la silla buscando liberarse. - Espera, sólo quiero preguntarte algo, ¿Conoces a una chica llamada Nualla? Es de cabello blanco, piel oscura. - El joven dejó de moverse, y la mirada cambió de terror a un profundo odio. Dejó de moverse. -