-en cuanto Nualla llama a los chicos Arslan suelta al que tiene en manos, solo sonriendo al ver lo organizado que estaba todo a pesar de lo pequeños que eran y la corta edad que se les notaba. Les ve irse, tomando la mano de Leo en cuanto le hace aquella pregunta sonriendo- Tienes un mejor plan? Si debemos trabajar por la comida pues es mejor que les sigamos -se dirige al otro salon detras de ellos sin soltar la mano de Leopold-

- Dejo que Nualla y los niños se fueran primero. Escucho que una mujer grito "Nu, apestas!" Seguido de un coro de risas. No habia una corte aqui, pero si una familia. Miro a Arslan, algo preocupado. - ¿Que opinas?

- Escuchar a Arslan le hizo sentir remordimiento, luego miro a Leo. Tal vez iba a aprovecharse de el, usando la imagen de algo que no existia. Ella ya no iba a volver, por que habria de hacerlo? Todo iba bien en su reino, la gente ya no queria mas guerras, menos ella, ni los niños. Se lo diria, pero no ese dia. - Bien, entonces a trabajar, aqui todos nos ganamos la comida. - Aplaudio un par de veces. - Filas! - Los niños rieron divertidos y se formaron en chuecas lineas, empujandose por los primeros lugares. - A la cocina! - Las filas se movieron en torpes pasitos hacia un salon continuo, ella detras de ellos. Antes de sumarse Lysander les miro unos momentos y se fue. Se escucho una puerta abrirse del otro lado y la voz de otras mujeres adultas se escucho. -

-atrapa al pequeño entre sus brazos, arrugando un poco el hocico cuando lo toca pero viendole luego con una leve sonrisa aun, meciendole suavemente recordandole a sus hermanos algo que le hace suspirar. Aún así estaba pendiente de la conversacion entre aquellos dos, para estar bien centrado en como debía de actuar, aun asi, su principal atencion estaba en el niño entre sus brazos- Eres un pequeño muy valiente -le dice, tocando su nariz con la punta de su hocico, luego volteando hacia Leo y Nualla- No conozco la historia completa, pero puedo asegurarle de que Leo esta diciendo la verdad, me dijo que lleva buscandote desde siempre y que venían muchos peligros delante por traición antes de que decidiera acompañarle. Es un buen caballero y un hombre incluso mejor.

- Avergonzado, volvió a clavar los ojos en el suelo. No tenía excusas, pero también amaba a su familia. Intentó disculparlos. - No había nadie en el trono, la familia Real fue asesinada, y los herederos no fueron encontrados. Habría un genocidio... No tuvieron opción, todo era un caos. - Levantó sus ojos para verla, orgulloso por verla tan imponente, firme sobre sus pies. - Pero hablé con mi padre, aún el líder de mi familia, hace varios años. Ambos estuvimos de acuerdo en que si la encontrábamos, su Alteza, pelearíamos para regresar lo que le pertenece. La vida de los Telemanus le pertenece.

- Neil quería ir, y dudó unos momentos, pero después le pasó al pequeño, que curioso acarició el hocico de Arslan. Con ello pudo descansar los brazos, así que los dejó a sus costados. Notó movimiento a lo lejos y pudo ver a Lysander detrás de una columna, al pendiente. Sus hombros se sintieron más pesados, ya casi se acercaba la hora de la comida, seguro las Hermanas no tardarían en llegar con los ingredientes. También tendrían que pescar más tarde... Había tanto trabajo, tantas bocas que alimentar... Pero ahora Leo estaba aquí. Podía cargar tal vez el doble de su peso, y esa habilidad que tenía con la tierra... Era demasiado valioso. Por favor, que no sea una trampa, que quieran ayudar. Tal vez hace años estaba llena de resentimiento, de orgullo, pero cuando no fue la única con hambre, eso ya podía irse al carajo. Alzó su barbilla orgullosa recordando su papel, el verdadero. - Los Telemanus están del lado de los Bellstone, te conviertes en un traidor al llamarme Alteza. ¿Lo sabes?

-Arslan alza su rostro para ver a aquel chico que tendía sus brazos hacia el, sonriendole con suavidad ladeando un poco su cabeza. Se pone en pie, indicándole a la chica que le podria cargar si ella lo deseaba, asintiendo un poco a lo que ella le pregunta- Si... obtuvo algo de ayuda de mi parte, es un muy buen hombre. -comenta ahora dirigiendo su vista hacia el aún inclinado Leopold, sus ojos brillando por un momento recordando todo lo que habían pasado antes de llegar a aquel lugar, a ver a la princesa Nualla- Es un placer poder conocer a esa persona a quien Leo añoraba tanto encontrar.

- Permaneció arrodillado, mirando el suelo. No tenía idea de qué decir. Sentía como si estuviese siendo regañado, pero lo que percibió en la voz de Nualla fue mucho peor ... Resignación, cansancio. Nada de sorpresa. Nada de llanto o miedo. Luego se percató de todos los niños a su alrededor, que parecían estar pendientes a lo que ella decía. Claro, tanta responsabilidad a su alrededor ya debería haber endurecido su carácter. - Lamento haber tardado tanto, Alteza. - Atinó a decir, mirando de soslayo cómo los niños se acercaban a ellos. -

- Suspiró, meciendo un poco al pequeño Neil, que gruñía hacia Leo pero luego miró con curiosidad a Arslan, extendiendo sus bracitos hacia él. No sentía amenaza alguna de su parte, claro que recordaba a Leopold, y cómo jugaba con ella y su hermano de pequeños. De hecho era su pony favorito, aunque pensándolo bien ya parecía caballo. El mayor era puro músculos y fuerza, pero poco cerebro. - Pensé que ya habían dejado de buscarme hace mucho tiempo. No pensé que me encontraras tú, la investigación no es tu fuerte... ¿Qué cambió esta vez? - Miró a Arslan, luego sus ojos grises se suavizaron. Tenía bastante empatía por los híbridos, de hecho muchos niños parecían tener cualidades de muchas especies. - ¿Fue gracias a tí?

-observaba a la chica y luego a Leo, no sabiendo realmente que hacer o que decir. Eso es hasta que ve al pequeño tratar de "atacar" al mayor, algo que le causa algo de risa hasta que nota que no era el unico chico del lugar, sino que habían varios como el, rondando su edad y con ropas que debian llevar hacía mucho tiempo. Una vez el soldado se Arrodilla Arslan queda al descubierto, viendo a todos lados antes de arrodillarse tambien bajando un poco la cabeza- No venimos en son de guerra