26-30, M
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El puma le tomo por sorpresa, la belleza de ese exótico animal la cautivo, más las obras de este le causaron repulsión pese a que sabía que los individuos no habían muerto verdaderamente, pues en la lentitud del tiempo la carne humana comenzaba a reconstruirse, célula a célula, de modo que para cuando estuvieran fuera del sitio estarían vivos y fuera de todo peligro.
Contemplo esa figura humana y en ella vio arrepentimiento, quizá se había equivocado de sujeto, pero ya había llegado demasiado lejos, no podía simplemente detener aquello, tan solo restaban la mitad de las manzanas doradas de la inmortalidad y estas serían entregadas al termino, vamos, para ser humanos, tontos no eran ..
Cada persona anunciaba su emoción en forma de gritos y silbidos, no eran tan diferentes al resto de las personas, su morbosidad superaba los limites de una persona correcta y normal; una vez más fueron abiertas el resto de las jaulas, ahora cada uno de ellos había presenciado su fatídico desenlace, por lo que unos se limitaban a suplicar y otros tantos intentaban amenazar al Rakshasa, de modo que este se alejara de ellos. Una vez más Ivaan se hizo escuchar. - ¡Es lo último, doble o nada!
Nuevamente las personas volvieron su vista a la Tablet e iniciaron sus apuestas, Medussa se limitaba a observar al Rakshasa, deseaba animarle, pero el silencio y la lejanía no le permitieron, por lo que atino a recargar la palma de su diestra sobre el cristal reforzado. -Bien, que inicie.
Nuevamente activo el panel de control, el espacio era aun más reducido, apenas cinco metros y una docena de personas, y por la expresión de todos, se podría jurar que cada uno de ellos se preguntaba en la forma tomaría el Rakshasa para cumplir su cometido.
Contemplo esa figura humana y en ella vio arrepentimiento, quizá se había equivocado de sujeto, pero ya había llegado demasiado lejos, no podía simplemente detener aquello, tan solo restaban la mitad de las manzanas doradas de la inmortalidad y estas serían entregadas al termino, vamos, para ser humanos, tontos no eran ..
Cada persona anunciaba su emoción en forma de gritos y silbidos, no eran tan diferentes al resto de las personas, su morbosidad superaba los limites de una persona correcta y normal; una vez más fueron abiertas el resto de las jaulas, ahora cada uno de ellos había presenciado su fatídico desenlace, por lo que unos se limitaban a suplicar y otros tantos intentaban amenazar al Rakshasa, de modo que este se alejara de ellos. Una vez más Ivaan se hizo escuchar. - ¡Es lo último, doble o nada!
Nuevamente las personas volvieron su vista a la Tablet e iniciaron sus apuestas, Medussa se limitaba a observar al Rakshasa, deseaba animarle, pero el silencio y la lejanía no le permitieron, por lo que atino a recargar la palma de su diestra sobre el cristal reforzado. -Bien, que inicie.
Nuevamente activo el panel de control, el espacio era aun más reducido, apenas cinco metros y una docena de personas, y por la expresión de todos, se podría jurar que cada uno de ellos se preguntaba en la forma tomaría el Rakshasa para cumplir su cometido.
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[Disculpe la tardanza ..]
Al termino se alejo de la reja, apenas y trago un poco de saliva mientras se alejaba sin mirar atrás. Logro llegar a las cabinas, se alojó en una y con un aire sereno observo tras el cristal, de pronto el vitoreó de las personas ceso tras la voz ronca de Ivaan.
–Señoras y señores, del lado diestro de sus asientos encontraran una Tablet para hacer sus apuestas cómodamente, solo ingresen la información de sus tarjetas, recuerden que la app toma el control de estas, sus cuentas serán congeladas hasta que un ganador se alce, las apuestas van a favor, en contra y el tiempo que le llevara asesinar a esos mendigos; si se niega a hacerlo una nueva apuesta será abierta y se calculara por el tiempo de tortura, así es, tendrán que calcular el tiempo estimado que será torturado hasta que ceda. Bien, dicho eso, hagan sus apuestas.
Cada persona se hizo de una Tablet y contrarío a lo que se hubiese esperado, Medussa no participo, ella se limito a observar con los brazos cruzados a la altura del pecho; la primera reja fue abierta y un grupo de seis personas fueron introducidas, cada una con la cara sucia, de aspecto descompuesto, aterrados, todos y cada uno de ellos a la espera de algo o alguien.
–¿Por qué no apuestas, Medussa? – Le cuestiono Ivaan.
–Por que van a perder. – Replico de manera seca y alzada.
–Que inicie la magia entonces.
Ivaan se acerco al panel de control y de inmediato las paredes de las jaulas comenzaron a hacerse cada vez más estrechas de manera que él Rakshasa se viese obligado a atacar. Todos expectantes, aguardando con las bocas abiertas y pupilas dilatadas.
Al termino se alejo de la reja, apenas y trago un poco de saliva mientras se alejaba sin mirar atrás. Logro llegar a las cabinas, se alojó en una y con un aire sereno observo tras el cristal, de pronto el vitoreó de las personas ceso tras la voz ronca de Ivaan.
–Señoras y señores, del lado diestro de sus asientos encontraran una Tablet para hacer sus apuestas cómodamente, solo ingresen la información de sus tarjetas, recuerden que la app toma el control de estas, sus cuentas serán congeladas hasta que un ganador se alce, las apuestas van a favor, en contra y el tiempo que le llevara asesinar a esos mendigos; si se niega a hacerlo una nueva apuesta será abierta y se calculara por el tiempo de tortura, así es, tendrán que calcular el tiempo estimado que será torturado hasta que ceda. Bien, dicho eso, hagan sus apuestas.
Cada persona se hizo de una Tablet y contrarío a lo que se hubiese esperado, Medussa no participo, ella se limito a observar con los brazos cruzados a la altura del pecho; la primera reja fue abierta y un grupo de seis personas fueron introducidas, cada una con la cara sucia, de aspecto descompuesto, aterrados, todos y cada uno de ellos a la espera de algo o alguien.
–¿Por qué no apuestas, Medussa? – Le cuestiono Ivaan.
–Por que van a perder. – Replico de manera seca y alzada.
–Que inicie la magia entonces.
Ivaan se acerco al panel de control y de inmediato las paredes de las jaulas comenzaron a hacerse cada vez más estrechas de manera que él Rakshasa se viese obligado a atacar. Todos expectantes, aguardando con las bocas abiertas y pupilas dilatadas.
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Casi pudo adivinar los pensamientos del Rakshasa, cada uno de ellos maldiciéndole, y no era para menos, ella también lo hacia, no había advertido la perdida de vidas inocentes, las manzanas de oro de Era, de la inmortalidad no valían tanto la pena .. ¿Oh sí? .. Quiso escudarse buscando iniquidad en aquellos infelices y sí, encontró en su olor mentiras, hurtos, drogadicción, pero nada imperdonable, por otro lado le habían dicho que el Rakshasa era un asesino, pero nadie podía entender mejor su yugo que ella misma, ella bien sabía que los llamados monstruos estaban perdidos por las atrocidades de los ''benditos''.
Poso sus fieros y expresivos orbes en el desdichado, aquel olor a piel quemada le causo un amargo sabor entre sus delicados labios, el sabor de la ira, del miedo, del sufrimiento; aquella acción le intimido, lo admitía en su interior.
-Valla teatrito del imbécil este .. – Declaro Ivaan mientras se retiraba señalando la parte superior. – Te esperamos arriba ..
Para cuando el Rakshasa se aparto, ella reacciono rodeando la jaula a manera de estar más cerca de él. - ¿Qué debía hacer? ¿Debía permitir que fuesen inmortales? ¿Qué destruyesen todo lo que conoces? A tú especie, a la mía .. ¿Debía permitir la inmortalidad de un puñado .. ¡Todo lo que hice lo hice incluso por ellos! .. -Señalo a los humanos asustados entre murmullos desesperados.– Ningún Dios te escuchara, por que son basura, ellos fueron quienes enviaron las manzanas para que el humano se destruyera a su mismo .. Y de paso al resto de las especies .. Estoy intentando salvarles lo mejor que puedo .. – Agrego con repulsión. – ¡No tienes derecho a juzgarme Rakshasa, por que mientras tú te alcoholizas y destazas a brutos en peleas, yo peleo por un mañana! - Le señalo, por supuesto que lo sabía, ella lo sabía.
Cerro sus orbes por un momento, respiro profundo y continuo. – Te elegí a ti por que eres un bastardo sin gloria, eres como yo, solo que estas perdido entre la inmundicia de este mundo, sí, y por ello sabía que lograrías soportarlo y escapar de aquí, iban a experimentar contigo así como lo hicieron alguna vez conmigo, pero no sabía de esto .. No sabía que sacrificarían en tus manos a un puñado de niños y mujeres, soy un monstruo, pero tengo más misericordia que los que se coronaron Dioses.
Desesperada enfatizo. – Rakshasa no podrás escapar de este lugar, ni siquiera podrás abrir un portal, agradécele al maldito de Hefesto, el Dios de la forja. – En un movimiento veloz metió el dedo índice de su mano diestra entre las rejas, a pesar de no tocarlas pudo sentir las descargas recorrer cada parte de su cuerpo, sin embargo, no había tortura que lograse doblegarla a esas alturas, por lo que a orbes cerrados lo soporto y agrego. - Bebe mi sangre y haz lo que se te pide, asesina a cada uno de ellos. Juro que no cruzaran el río Aqueronte, el barquero Caronte no los encontrara si mi sangre esta en ti y tú en ellos, sacare sus cuerpos antes de que vuelvan a la vida y les pondré a salvo .. Para cuando te liberen de aquí tendrás más oportunidad de huir o quizá no .. – Concluyo sintiendo arcadas en su interior, quizá no tenia más que decir o la electricidad simplemente la había callado, con la preciosa y fina mandíbula tensa espero a que este tomara su sangre o ha que diera una respuesta definitiva, ya fuese a la manera de ella o a la manera de él, no le perdería de vista, ella conocía bien a aquellos niños de las calles, tiempo atrás fue parte de aquellas frías calles, aun podía saborear y disfrutar el aroma de los edificios abandonados donde ese tipo de gente pululaba, ella había sido como su madre, como la madre tal vez de sus abuelos o sus tatarabuelos, el tiempo para ella había dejado de existir, sí, no reconocía aquellos rostros, pero sentía que les conocía y no les dejaría morir.
Poso sus fieros y expresivos orbes en el desdichado, aquel olor a piel quemada le causo un amargo sabor entre sus delicados labios, el sabor de la ira, del miedo, del sufrimiento; aquella acción le intimido, lo admitía en su interior.
-Valla teatrito del imbécil este .. – Declaro Ivaan mientras se retiraba señalando la parte superior. – Te esperamos arriba ..
Para cuando el Rakshasa se aparto, ella reacciono rodeando la jaula a manera de estar más cerca de él. - ¿Qué debía hacer? ¿Debía permitir que fuesen inmortales? ¿Qué destruyesen todo lo que conoces? A tú especie, a la mía .. ¿Debía permitir la inmortalidad de un puñado .. ¡Todo lo que hice lo hice incluso por ellos! .. -Señalo a los humanos asustados entre murmullos desesperados.– Ningún Dios te escuchara, por que son basura, ellos fueron quienes enviaron las manzanas para que el humano se destruyera a su mismo .. Y de paso al resto de las especies .. Estoy intentando salvarles lo mejor que puedo .. – Agrego con repulsión. – ¡No tienes derecho a juzgarme Rakshasa, por que mientras tú te alcoholizas y destazas a brutos en peleas, yo peleo por un mañana! - Le señalo, por supuesto que lo sabía, ella lo sabía.
Cerro sus orbes por un momento, respiro profundo y continuo. – Te elegí a ti por que eres un bastardo sin gloria, eres como yo, solo que estas perdido entre la inmundicia de este mundo, sí, y por ello sabía que lograrías soportarlo y escapar de aquí, iban a experimentar contigo así como lo hicieron alguna vez conmigo, pero no sabía de esto .. No sabía que sacrificarían en tus manos a un puñado de niños y mujeres, soy un monstruo, pero tengo más misericordia que los que se coronaron Dioses.
Desesperada enfatizo. – Rakshasa no podrás escapar de este lugar, ni siquiera podrás abrir un portal, agradécele al maldito de Hefesto, el Dios de la forja. – En un movimiento veloz metió el dedo índice de su mano diestra entre las rejas, a pesar de no tocarlas pudo sentir las descargas recorrer cada parte de su cuerpo, sin embargo, no había tortura que lograse doblegarla a esas alturas, por lo que a orbes cerrados lo soporto y agrego. - Bebe mi sangre y haz lo que se te pide, asesina a cada uno de ellos. Juro que no cruzaran el río Aqueronte, el barquero Caronte no los encontrara si mi sangre esta en ti y tú en ellos, sacare sus cuerpos antes de que vuelvan a la vida y les pondré a salvo .. Para cuando te liberen de aquí tendrás más oportunidad de huir o quizá no .. – Concluyo sintiendo arcadas en su interior, quizá no tenia más que decir o la electricidad simplemente la había callado, con la preciosa y fina mandíbula tensa espero a que este tomara su sangre o ha que diera una respuesta definitiva, ya fuese a la manera de ella o a la manera de él, no le perdería de vista, ella conocía bien a aquellos niños de las calles, tiempo atrás fue parte de aquellas frías calles, aun podía saborear y disfrutar el aroma de los edificios abandonados donde ese tipo de gente pululaba, ella había sido como su madre, como la madre tal vez de sus abuelos o sus tatarabuelos, el tiempo para ella había dejado de existir, sí, no reconocía aquellos rostros, pero sentía que les conocía y no les dejaría morir.
TohsakaRin · 18-21, F
¿Quién lo ama?
Ya viene a offearle el muro. (¿?) #Offearle
Ya viene a offearle el muro. (¿?) #Offearle
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-Que amable de tú parte .. - Replico con una expresión divertida al ver todo aquello, las transformaciones del individuo eran en demasía interesantes y osadas. Más su expresión cambio al termino de las palabras del varón, era verdad, su sonrisa era un acto de reflejo, en absoluto sincera, era más parte de su naturaleza seductora, más no era un acto que hiciera por gusto o alegría, evito hablar sobre ello. – No espero que te quedes ahí ..
Entonces permitió que el taipán acariciase su piel tras ese avanzar serpenteante y frío, su piel le recibió de la misma forma, aquellas escamas ‘’invisibles’’ de la fémina intensificaban la suavidad de su piel nívea, al igual que de su frialdad, probablemente ahora él podría notar con aquellos ojos (similares a los de ella), aquellas escamas tornasol, fulgurosas y divinas; tras la fuerza y gentileza de aquel agarre sobre su mano se apresuro hasta el auto, donde ya la esperaba abordo Ivaan y su víbora (enroscada en el volante). Aquel era un auto negro y blindado, un bello y exquisito roll Royce para cuatro ocupantes, subió entonces al asiento del copiloto y todos ellos emprendieron un viaje corto dentro de Kremlin, tan solo se apartaron de las zonas más ‘’desagradables’’ a la vista. -Ponlo en una maldita jaula ..
-Ivaan, no la necesita .. - Sentencio con la poca paciencia que le quedaba, tras veinte o quizá treinta minutos llegaron a un complejo de paredes altas y grises, tan gruesas como murallas, un grupo de hombres debidamente armados les recibió, adentro de las murallas no era muy diferente, aquel edificio de cinco pisos no tenía ventanas, pero si conductos de ventilación, parecía ser una fábrica, de esas donde explotan a los más desgraciados, a los olvidados por los Dioses, sin embargo por dentro del edificio era otra historia, un recibidor elegante con una agradable recepcionista, en sus pisos de mármol se reflejaba el minimalismo y en sus paredes había paneles electrónicos, los cuales mostraban falsos ventanales con vistas increíbles .. Abordando el ascensor, Ivaan lo acciono con sus huellas digitales y entonces descendieron siete pisos.
-Llévalo a las jaulas, vamos a ver lo que es capaz de hacer ..
Silente lo condujo hasta una área repleta de rejas, una habitación circular de altura poco común y muy por encima se hallaban áreas divididas por cristal desde donde ‘’otros’’ pudiesen ver con facilidad a quienes se encontrabas tras las rejas. – No intentes tocar la rejas, ganaras una descarga eléctrica y los pisos, son otra historia. – Le aconsejo, aunque bien sabía que a ‘’seres’’ como él y como ella poco les importaba resultar heridos, ella bien sabía que no había fiera más peligrosa que una bestia acorralada, pues estas, besan la muerte con pasión. Le tomo por aquella cabeza animal obligándolo a soltar su agarre y lo deslizo dentro de la jaula, una vez hecho esto .. los barrotes fueron electrificados. Ella le observo con detenimiento, verlo de esa manera, verlo como uno de sus ‘’creaciones’’ la hacia sentir terriblemente culpable, << ¿Acaso lo hace apropósito? >>, se cuestionó.
-No es uno de los tuyos, lo sabes bien. – Declaro Ivaan casi adivinando los pensamientos de ella. - Bien, perra .. aquí están tus manzanas de oro. – Le arrojo un portafolio plateado. – Te confieso que estoy tentando a retenerte, igual que a esa bestia ..
-Puedes intentarlo Ivaan .. Pero, si osas tocarme … Te destruiré, serás mi más bella escultura, pero no sobrevivirás a mi furia y te haré polvo. -Le amenazo.
-Esta bien, no lo haré, pero .. Quédate a ver el espectáculo .. – Señalo las cabinas sobre ellos, lugares que ya se habían llenado de personas .. de nacionalidades distintas.
-¿Qué harás con él? - Le cuestiono ella.
-¡Qué importa! Yo no haré nada, él lo hará todo .. – Sonrío el hombre mientras señalaba como el resto de las jaulas eran llenadas con niños, jóvenes drogadictos o alcohólicos, mujeres, incluso unas tantas gestantes, cada uno de ellos asustados, a la espera de algo .. Ella perpleja, sin comprender aun lo que estaba por ocurrir giro en un movimiento rápido el portafolio, desapareciéndolo entre sus manos en el acto, sin embargo, sus orbes se posaban en los desgraciados humanos y el Rakshasa.
Entonces permitió que el taipán acariciase su piel tras ese avanzar serpenteante y frío, su piel le recibió de la misma forma, aquellas escamas ‘’invisibles’’ de la fémina intensificaban la suavidad de su piel nívea, al igual que de su frialdad, probablemente ahora él podría notar con aquellos ojos (similares a los de ella), aquellas escamas tornasol, fulgurosas y divinas; tras la fuerza y gentileza de aquel agarre sobre su mano se apresuro hasta el auto, donde ya la esperaba abordo Ivaan y su víbora (enroscada en el volante). Aquel era un auto negro y blindado, un bello y exquisito roll Royce para cuatro ocupantes, subió entonces al asiento del copiloto y todos ellos emprendieron un viaje corto dentro de Kremlin, tan solo se apartaron de las zonas más ‘’desagradables’’ a la vista. -Ponlo en una maldita jaula ..
-Ivaan, no la necesita .. - Sentencio con la poca paciencia que le quedaba, tras veinte o quizá treinta minutos llegaron a un complejo de paredes altas y grises, tan gruesas como murallas, un grupo de hombres debidamente armados les recibió, adentro de las murallas no era muy diferente, aquel edificio de cinco pisos no tenía ventanas, pero si conductos de ventilación, parecía ser una fábrica, de esas donde explotan a los más desgraciados, a los olvidados por los Dioses, sin embargo por dentro del edificio era otra historia, un recibidor elegante con una agradable recepcionista, en sus pisos de mármol se reflejaba el minimalismo y en sus paredes había paneles electrónicos, los cuales mostraban falsos ventanales con vistas increíbles .. Abordando el ascensor, Ivaan lo acciono con sus huellas digitales y entonces descendieron siete pisos.
-Llévalo a las jaulas, vamos a ver lo que es capaz de hacer ..
Silente lo condujo hasta una área repleta de rejas, una habitación circular de altura poco común y muy por encima se hallaban áreas divididas por cristal desde donde ‘’otros’’ pudiesen ver con facilidad a quienes se encontrabas tras las rejas. – No intentes tocar la rejas, ganaras una descarga eléctrica y los pisos, son otra historia. – Le aconsejo, aunque bien sabía que a ‘’seres’’ como él y como ella poco les importaba resultar heridos, ella bien sabía que no había fiera más peligrosa que una bestia acorralada, pues estas, besan la muerte con pasión. Le tomo por aquella cabeza animal obligándolo a soltar su agarre y lo deslizo dentro de la jaula, una vez hecho esto .. los barrotes fueron electrificados. Ella le observo con detenimiento, verlo de esa manera, verlo como uno de sus ‘’creaciones’’ la hacia sentir terriblemente culpable, << ¿Acaso lo hace apropósito? >>, se cuestionó.
-No es uno de los tuyos, lo sabes bien. – Declaro Ivaan casi adivinando los pensamientos de ella. - Bien, perra .. aquí están tus manzanas de oro. – Le arrojo un portafolio plateado. – Te confieso que estoy tentando a retenerte, igual que a esa bestia ..
-Puedes intentarlo Ivaan .. Pero, si osas tocarme … Te destruiré, serás mi más bella escultura, pero no sobrevivirás a mi furia y te haré polvo. -Le amenazo.
-Esta bien, no lo haré, pero .. Quédate a ver el espectáculo .. – Señalo las cabinas sobre ellos, lugares que ya se habían llenado de personas .. de nacionalidades distintas.
-¿Qué harás con él? - Le cuestiono ella.
-¡Qué importa! Yo no haré nada, él lo hará todo .. – Sonrío el hombre mientras señalaba como el resto de las jaulas eran llenadas con niños, jóvenes drogadictos o alcohólicos, mujeres, incluso unas tantas gestantes, cada uno de ellos asustados, a la espera de algo .. Ella perpleja, sin comprender aun lo que estaba por ocurrir giro en un movimiento rápido el portafolio, desapareciéndolo entre sus manos en el acto, sin embargo, sus orbes se posaban en los desgraciados humanos y el Rakshasa.
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Aquella vista espectacular de la fémina se centro en ambos varones justo cuando escucho a su acompañante quejarse ante la repentina desaparición del Rakshasa, por supuesto que le vio, con esa vista podría estar en la abrazadora oscuridad del propio erebo y aun así sus orbes verían a detalle como con la claridad del día, pero no solo eso, incluso a ojos cerrados podría verle, las decenas de serpientes etéreas (invisibles ante la miradas ajenas) que tenía por cabello se encargarían de ello de manera aun más minuciosa.
… Una vez que vio el taipan sus orbes vibraron con intensidad, incluso de entre su peligrosa cabellera sedosa varios siseos se hicieron escuchar, emocionales, curiosos y llenos de diversión, siseos ‘’normales’’ y nada amenazadores. Por primera vez todo aquello le causaba diversión, ver a su ‘’secuestrador’’ siendo fastidiado le hizo el día, pudo haber reído incluso, más no lo hizo, inexpresiva observo al hombre marcharse, cojeando por el dolor, iracundo .. - ¡Ivaan, reverendo tonto! .. -La fémina bajó por un par de segundos la mirada, exhaló profundamente y con los dedos corto un solo cabello del lado diestro de su larga cabellera azabache, el cabello se prenso sobre el fino brazo de ella, y entre virutas de luces y escamas, se transformo en una víbora blanca con detalles dorados en la coronilla de su cabeza animal. – Lamentablemente .. Me sirve más vivo que muerto .. Has tú trabajo. – Le susurro y la dejo ir en dirección al hombre, por su puesto, era una experta en venenos, sabía que el veneno del taipan terminaría con la vida del desgraciado, más no podía permitírselo, no ahora, aquella víbora le salvaría la vida para la desgracia del Rakshasa.
.. Entonces por primera vez poso sus bellos luceros violáceos y azulados sobre él, su profunda mirada, agitada y peligrosa sostuvo aquellas pupilas animales, no le dejaría ir. – Ríndete ahora .. – Dijo pausadamente mientras conducía sus pasos hasta quedar un poco más cerca del individuo. – No tengo oportunidad contra ti. -Mintió con una expresión cándida, lo cierto es que no podría estar segura de ello, sin embargo, confiaba en sus habilidades.
- Me temo .. que la suerte esta de vuestro lado .. – Susurro pausadamente enfatizando el movimiento de sus labios carnosos. – Ven conmigo .. – Le pidió con una amabilidad impropia de ella mientras embellecía aun más su rostro con una sonrisa ‘’sincera’’, todo ello para concluir con una amenaza severa y directa. – Ven conmigo ahora o esta ‘’muñeca’’ te arrastrara por la fuerza. – Gruño amenazante, más la calma aun reinaba en su expresión.
… Una vez que vio el taipan sus orbes vibraron con intensidad, incluso de entre su peligrosa cabellera sedosa varios siseos se hicieron escuchar, emocionales, curiosos y llenos de diversión, siseos ‘’normales’’ y nada amenazadores. Por primera vez todo aquello le causaba diversión, ver a su ‘’secuestrador’’ siendo fastidiado le hizo el día, pudo haber reído incluso, más no lo hizo, inexpresiva observo al hombre marcharse, cojeando por el dolor, iracundo .. - ¡Ivaan, reverendo tonto! .. -La fémina bajó por un par de segundos la mirada, exhaló profundamente y con los dedos corto un solo cabello del lado diestro de su larga cabellera azabache, el cabello se prenso sobre el fino brazo de ella, y entre virutas de luces y escamas, se transformo en una víbora blanca con detalles dorados en la coronilla de su cabeza animal. – Lamentablemente .. Me sirve más vivo que muerto .. Has tú trabajo. – Le susurro y la dejo ir en dirección al hombre, por su puesto, era una experta en venenos, sabía que el veneno del taipan terminaría con la vida del desgraciado, más no podía permitírselo, no ahora, aquella víbora le salvaría la vida para la desgracia del Rakshasa.
.. Entonces por primera vez poso sus bellos luceros violáceos y azulados sobre él, su profunda mirada, agitada y peligrosa sostuvo aquellas pupilas animales, no le dejaría ir. – Ríndete ahora .. – Dijo pausadamente mientras conducía sus pasos hasta quedar un poco más cerca del individuo. – No tengo oportunidad contra ti. -Mintió con una expresión cándida, lo cierto es que no podría estar segura de ello, sin embargo, confiaba en sus habilidades.
- Me temo .. que la suerte esta de vuestro lado .. – Susurro pausadamente enfatizando el movimiento de sus labios carnosos. – Ven conmigo .. – Le pidió con una amabilidad impropia de ella mientras embellecía aun más su rostro con una sonrisa ‘’sincera’’, todo ello para concluir con una amenaza severa y directa. – Ven conmigo ahora o esta ‘’muñeca’’ te arrastrara por la fuerza. – Gruño amenazante, más la calma aun reinaba en su expresión.
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…
Pero dicho sujeto no iba solo, tan solo unos metros tras de él aguardaba una fémina de imponente figura y belleza, una nueva adquisición, de piel nívea, de labios rosados, de cabello negro y sedoso, cabello cuya vida propia parecía poseer, pero aquello no podía compararse con la opulencia de sus profundos orbes, ese par de luceros suyos ocultaban la belleza, la oscuridad, la vida de las profundidades oceánicas, toda ella, de finos movimientos, de voz cual sirena o nereida, toda ella aguardaba paciente.
–¡Ah! ¿Escuchaste dulzura? El Rakshasa ha dicho que estas equivocada .. –Confiado, se burló entre carcajadas sonoras aun sosteniendo aquella arma en la cabeza del joven. – ¿Lo estás? ¿Te equivocaste maldita?
-No .. – Con delicadeza respondió la protectora de los oráculos con aquel tono dulzón y seductor que le caracterizaba. – Él es un Rakshasa, lo he visto .. – Señalo sin sostener la mirada de ninguno de los presentes, tan solo miraba hacia a la nada; no tenía nada contra el varón, no le conocía, simplemente acataba órdenes.
–No lo intentes bestia. – Advirtiendo la naturaleza del individuo, le reto. - ¡Mírala! .. – Empujo con el cañón del arma la cabeza del Rakshasa. –¡Mírala bien! ¡¡Esta perra te hará mierda si mueves un puto musculo!!. ¿Cierto querida?
–Sus ordenes .. Son mi voluntad .. – Taciturna y aun sin mirarles, replico con repulsión la exquisita fémina. Aquello no le divertía, en absoluto, tan solo se encontraba en el lugar equivocado, bajo una situación anormal; tiempo atrás había sido atrapada entre magia arcana, por lo que su voluntad no era más que el chiste de lo que realmente debía ser, pese a ello la inmisericorde mujer aún mantenía esa densa y peligrosa presencia suya oculta tras aquella bella careta inusual.
–Entonces .. Preguntare una vez más .. solo por diversión .. – Con la frente sudorosa, triunfal volvió a empujar el cañón frió del arma contra aquella cabeza. – ¿Esa es tu forma normal Rakshasa?
...
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[Ooc:: Gracias a usted. Por supuesto, puede dar inicio cuando lo desee .. ]
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[code] Vale, muchas gracias. :3 [/code]
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[code]Oh, gracias. No agradezca y sí, claro que si, aunque si no le molesta lo preferiría por MP.[/code]
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