[code]Era una bendición y una maldición que aquella paloma conociera tan bien los gustos del cazador. Sabía tentarlo correctamente y con ese cuerpo lo hacía débil a la carne, aún sin dar méritos a la voz que poseía y le encandilaba cada uno de los sentidos. Todo en ella era un puto sueño húmedo vuelto realidad.— Vayamos... Viene siendo momento de que demuestres tu devoción.

Como siempre; el hombre tomó a su juguete por la cintura, lo que ocasionó que los senos fueran aplastados en su totalidad con el pecho masculino y ejercieran un tenue dolor. Necesitaba comprimir lo suficiente ambos cuerpos para que entraran por el agujero de gusano que había aprendido a crear en su viaje. Chasqueó los dedos de la zurda y un hoyo los devoró por completo, desapareciendo de la zona.[/code]

Ni siquiera podía recordar su aspecto antes de haber pactado con él; era como si Zady hubiese sido siempre la personificación de los deseos de Aleksandr. No ansiaba, no quería, ni soñaba con otra cosa que no fuera vivir para el Dios al que había elegido seguir. — Ara, Daddy... —se sostuvo la cara con ambas palmas y mordió su labio inferior mientras miraba la danza que sus pechos hicieron tras el golpe. Correr con esas enormes cosas era incómodo, pero lo valía si eso hacía a su Dios estar contento. — Y como tal sé qué es lo que más desea en este momento —acercó su boca a la contraria y recargó su figura en el pecho masculino, rodeándolo del cuello después—. ¿Podemos ir a sus aposentos? Sería un honor compartir lecho una vez más —al hablar sus bocas se rozaron; Caím disfrutaba mucho tentarlo.

[code]Sus dedos se encargaron de ofrecer un masaje disfrazado como una denigración unilateral. La sonrisa del azabache se curvó con pinceladas de malicia, dejando en claro que disfrutaba de ejercer ese tipo de presión.— Y tienes razón. Eres un cúmulo de mis deseos internos, Zady. —el agarre fue perdiendo tensión hasta que liberó el seno. Los ojos del cazador destellaron con su fulgor rojizo e hicieron un dueto con su pequeño juguete. Al final, alejó la mano tras un breve golpe que las hiciera rebotar un poco como simple diversión. [/code]

Zady fue inmediatamente invadida por una sensación placentera que le recorrió el cuerpo y le aumentó el calor corporal. Su mirada carmesí brilló en cuanto se encontró con la de su Dios y una sonrisa entintada de lujuria enmarcó su rostro; había sido corrompida por Aleksandr y estaba totalmente a su merced. — ¡Ah! ~ —dejó salir un gemido que habría de comprobar lo dicho por él. La voz de Caím era tan limpia que al hacer esos sonidos lascivos tenía mayor impacto— Presionelos todo lo que quiera, Daddy. Están hechos para usted. Además, por favor, déjeme rendirle pleitesia y adorarlo como se debe.

[code]Ahora que lo dices... ¿Qué carajos habría pensando en ese momento? —terminó encogiéndose de hombros. Poco importaba si ahora tenía un juguete que podría aprovechar constantemente. Por ello, lo siguiente fue algo que despertó su apetito y lo obligó a acortar distancia entre ambos. Extendió la zurda hacía el pecho femenino, tomando la carne entre sus falanges.— Aunque tu tacto sea divino, tus cuerdas bucales están a otro nivel. [/code]

— No lo sé, Daddy, ¿por qué me hizo tan voluptuosa?, ¿estaba falto de almohadas? —cuestionó con claros tintes de sarcasmo, aunque no por ello significaba que le faltaba al respeto; lo contrario, le seguía el jugueteo—. ¡Oh! Yo puedo encargarme de ello. Tengo manos 'divinas'. Déjeme, ya sabe... Tener el honor de —descaradamente, aunque con los pómulos ligeramente sonrojados, movió su entrecerrada diestra de manera sugerente— encargarme de su relajación. ~

[code]Tu cuerpo es idóneo para tener un buen descanso. ¿Por qué crees que eres así? ─no dudó en mostrar esa faceta perversa. Los labios se le curvaron con una línea perfecta que enmarcó la ironía de toda su historia.

Tentadora la oferta... Justamente tengo los músculos tensos.[/code]

— Aunque no dudo de sus aptas capacidades para escapar de ella, sabe que mis brazos y piernas, a la par de mis habilidades, están a su disposición para ser usados. La muerte jamás logrará tocarlo bajo mi custodia.

En cuanto a su referencia, Daddy, entiendo que es de índole sexual y si me permite decirlo... Usted puede tomarme en sus garras cuando quiera. ~

— Admiro su sabiduría. La verdadera naturaleza se muestra cuando se ve de frente a la muerte, Daddy.