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Thelilacwitch · 18-21
Esa respuesta la rejuveneció a su edad, debía admitir que a veces se sentía de cuarenta.

━¿Una ley sólo para mí? ━Levantó la ceja, curiosa. ━¿O tienes interés en ver a más mujeres sin camisón? ━Lo acechó con peligroso acercamiento. Ahora sí que comenzaba a interesarle la cena, no era lo que estaba en la mesa, era Aemond.
AemondTargaryen · 31-35
Se había acostumbrado a comer rápido, con el fin de ahorrar tiempo. Iba a hacer lo mismo, pero había una paciencia en Jana que lo hizo pensar eso dos veces. Disfrutó con calma de la comida, dándose cuenta de que las gemelas ya no requerían un exceso de alerta de su parte, y que de hecho estaba teniendo un buen momento allí.

Sostuvo para ella el objeto, y al principio parecía distraído en su comida, hasta que al mirarla de reojo quedó impresionado por la selección de prendas, algo claramente bastante moderno para el anticuado Westeros. Joder, que si esos elementos se vendieran por allí la gente sin duda viviría mucho más feliz.

━ ¿De dónde sacaste...? Ah, no importa. ━ Y se olvidó de la comida. Se propuso estudiar entonces la forma de la prenda, el patrón y las zonas que estratégicamente se proponía censurar, pero que fallaba al ver cómo el tono de sus aureolas aún podía traslucirse.

Envió el camisón al piso.

━ Haré una ley que prohíba los camisones. ━
Thelilacwitch · 18-21
Usó la energía de reírse en su cara en mover su nariz contra la de él. La ternura ocultaba tan bien sus intenciones, que de cierta manera estaba incluída.

━No puedes dormir sin cenar.

Antes de seguir hablando dejó que ordenaran la cena sobre la mesa central de la habitación, estaba casi repleta de diversos alimentos, todos se veían exquisitos. La reina no cenaba igual que antaño, se contentaba con una sola ronda de los platillos y vino, pero debido a que no le entraba el hambre decidió servirle primero.

De nuevo solos juró volver a sus brazos.

━¿Sostienes esto por mí? ━Y se retiró de una pieza el camisón aburrido sirviendo de protagonista ahora un fino encaje verdoso que cruzaba sofisticado sus senos y monte. Era incluso más bella que las ninfas, sirenas y reinas. Porque antes de todo era una bruja con encantos de sobra.
AemondTargaryen · 31-35
Aemond no estaba enterado de los planes de su esposa. En realidad a pesar de que ya habían pasado varios años aún tenía cierto miedo por estar con ella, puesto que su ingenuidad le hacía creer que un parto seguía siendo doloroso incluso a esas alturas.

Parecía que sólo la admiraba por fuera, y si bien yacían juntos él se contenía desde entonces, también culminaba fuera de ella. No quería ser egoísta y hacerla pasar por más embarazos de forma tan consecutiva.

Toda esa experiencia era nueva para él, y era un tema que simplemente no quería tocar. Quizás eso provocó algo de distancia; era tan tonto que no podía dar el primer paso.

Volvió a los pasos básicos dedicándose sólo a besar su deliciosa boca, con ese tinte de vino mezclado en su sabor. Parecía de nuevo el tímido chico inexperto que le regaló un borrador. Se apartó un poco, después murmuró sobre sus labios.

— ¿Quieres ir a dormir? —
Thelilacwitch · 18-21
━No quiero hacer tal cosa. ━Habló sin mover mucho los labios, quería su toque ahí. El aire en su interior se fugó al notar que la observaba, aún le paralizaba estar frente a él porque era legible como el agua dulce. ━Eres mi amor.

Presionó el dedo entre sus labios. Podían haber miles de razones para hacerlo, adivinar la de Janâ era una mezcla de todas las miles. Al final no estaba tan desarmada contra los encantos de su esposo, ella tenía el misterio.

Le ofreció mudar su tacto a otro lugar, o sea su rodilla alzada, quedando libre para catar su boca con el vino impregno en ella.

Había cultivado la intriga de su cuerpo en todo este tiempo apagando las velas antes de hacer el amor. Dejándole sentirla e imaginarla tras haber estado en cinta, no era un complejo lo suyo, era tener la posibilidad de encender las luces y mostrarse más feroz que nunca.

El día había llegado, pero no diría ni pío hasta después de la cena.
AemondTargaryen · 31-35
Jugaba demasiados papeles en su día a día. Padre, Rey, pero su favorito era ser ese chico aún enamorado de la más hermosa mujer, que se sentó a su lado. La quería igual que en la academia, y su presencia alimentaba ese amor tal como los pequeños momentos en los que escapaban para besarse a escondidas.

Qué lejos habían llegado.

Decidió mimarla un poco. Dejó su copa de vino sobre la mesa en frente, después le rodeó la cintura con un brazo y la sostuvo contra él. Usando su diestra y tan sólo su dedo índice le acarició el rostro: las mejillas, su nariz, los labios. Se tomó su tiempo para volver a recordar lo perfectas que son sus facciones, luego presionó ese dedo en la almohadilla de su labio inferior, empujándolo tan sólo un poco para entreabrir su boca.

— Gracias por no olvidarte de mí. —
Thelilacwitch · 18-21
La lección más importante que adquirió al pasar de los años fue disfrutar de los descansos. Las niñas necesitaban mucho tiempo y el reino era como un tercer hijo, y aunque era reconfortante tener la compañía de Aemond no era igual a estar solos. Era el padre de sus hijas, su rey y, en el sentido que solía extrañarlo más, su esposo.

━Los días se hacen más cortos.

Se lanzó a su lado con otra copa de vino. ¡La gloria! Bebió despacio después de hacer chocar sus copas. Alargando el brazo rodeó su espalda y con los dedos le acarició el hombro.

━Por eso las noches son mis favoritas. ━Endulzó sobre su oído.
AemondTargaryen · 31-35
Afortunadamente había niñeras de sobra, el gran beneficio de ser reyes. Habían adaptado una habitación conectada a la de ellos, donde las niñas dormían y eran vigiladas por turnos, así podían atender cualquier necesidad a la orden.

Se habían encargado de agotarlas todo el día, así que para el inicio de la noche las pequeñas ya estaban rendidas. Con ello comenzaron a adaptar su rutina del sueño, y les dieron un respiro a sus padres.

Aemond se tumbó en el diván con una copa de vino; les estaban por traer la cena a la habitación, lo que ya era una costumbre. Esa noche estaba tomando un poco más de lo habitual, sabía que las gemelas no despertarían y podría relajarse un poco.
Thelilacwitch · 18-21
No fue el fin de la alegría porque después de los juegos venía la merienda o un paseo por las mazmorras de los dragones. Esa clase de momentos eran especiales ya que no siempre podían estar disponibles para actividades recreativas, las responsabilidades aún seguían y ser padres era una nueva. Pero, según Janâ, lo habían manejado bien a través de los años.
Thelilacwitch · 18-21
Sintió un tambor en el pecho al verlos, padre e hijas eran de ensueño.

━Mwah... sí, sólo un minuto. ━Jaena se balanceaba hacia su hermana con una fuerza desequilibrante. La pequeña señalaba su mentón rojizo con la mano con tal urgencia que Janâ no pudo concluir su encuentro. ━ Jaena, ¿qué pasa?

La princesa amagó la mano otra vez hacia su hermana, que tenía los ojos rojos por llorar. Lo primero que vió Janâ fue un raspón muy reciente, miró a Aemond con cara de pocos amigos y con la mano libre acarició su cabeza.

━Ya hemos jugado mucho por hoy. ━Le hizo mimos para llegar hasta su herida y cubrirla con un dedo, al quitarlo sólo había una pequeña mariquita. Al tiempo también besaba la sien de su hija en brazo.

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