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Debía admitir que le gustaba su nuevo ojo. Desde que despertó sintió la amplitud de su visión, hecho que la hizo caerse al suelo de bruces. El párpado estaba abierto, y aunque no había un orbe dentro su magia había luchado por devolverle la vista, y ahora había un punto rojizo que le permitía ver bastante bien. Desgraciadamente aún no alcanzaba su inmortalidad, de lo contrario habría podido regenerarse con sus hechizos. Todas las heridas antes de su "mayoría de edad" iban a ser permanentes.
No importaba, le encantaba ver. Ya podía ver mejor a su Tres sin tener que girarse casi totalmente...
 
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DanHarper · 100+, M
Entre dientes, iba a la muerte, listo para reencarnar tales días de discordía frente Azkeel. Esas botas unisonas reventaron el lugar a través de la música, pero a pesar de que el tiempo le apremiaba, tuvo que desenfundar su pistola desde el gabán, antes de que la mujer se diese cuenta.

Un disparo retumbó el lugar al conjunto del hombre gritando, y finalmente agonizando. Aquel misterioso albino, de gabán militar, sombrero de ala ancha y desert eagle en puño, se acercó muy tranquilo a quién parecía ser V sobre las sillas, en un principio le molestó que sonriera, pero luego le causó placer, ver que su hijo se volvió un hombre.

- Cuanto tiempo, enano. -


Respiró una vez, luego de agregar, y con el subir de su manga en el corazón de V, dejó dos tiros sin remordimiento.

- Hecho. -


Una vez opacado aquel ser pecador, retiró su arma en el interior del gabán, se dio la media vuelta, y arrinconó sus piernas hacia la salida, una tras otra.

 
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