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El Cerebro de Asgard.
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DV1557272 · 31-35, M
- Alza el mentón con orgullo, su mirada igual de fría que los témpanos de hielos que se podían alzar en la costa gélida de Asgard. El pelinaranja sostiene el silencio por el tiempo que consideró prudente, era un guerrero que mantenía los conductos regulares a seguir y guardaba un código de honor inquebrantable. Aún y con todo lo que eso representaba, Mime tenía que ser cautelozo y mantener su compostura, con la persona que trataba no podía dar espacio a ningún ejercicio de introspección, así que una respuesta rápida y contundente era la emanada desde sus cuerdas vocales y exiliaron dichas palabras hacia el destinatario: Me enseñaron lo suficiente.

Respiró, observó de reojo mientras luego dirigió sus zafiros hacia las colinas, aquella cumbre donde se levanta la estructura del Valhalla, justo cuando Alberich citaba tal lugar. ¿Qué podía o qué le podía interesar al intelectual sobre su rutina?, no comparte la idea de que tanto él, como cualquier sujeto de Asgard esté bajo observación que no sea la ordenada por Hilda y en mayor instancia por Odín. Frente a esa información que extrae el God Warrior solo podía confiar en que no pase de ser simples estudios de caso. Pareces ser una persona letrada. En efecto, me sitúo de forma aislada, es algo que se denota a simple vista. Como la sombra del tigre asgardiano o quien descansa entre las cavernas volcánicas. En Asgard nos une la patria, pero las historias de todos transcurren individualmente. Incluso la tuya.

Una comilla se hace en entre la esquina de sus labios y la mejilla, el dibujo de una sonrisa en el sereno y delgado intérprete dela lira. El silencio nuevamente era el testigo de aquel encuentro que camina en la cuerda floja entre lo formal y algunas impudencias bien disfrazadas. -
DV1557272 · 31-35, M
- Mutuamente median sus intenciones, esa barrera simbólica e intangible los distancia aunque su proximidad sea inmediata. Mime, dió a entender el final rel réquiem, bajando cada vez más el volumen de aquel sonido, pasando a un ritmo lento, parecido con el que inició aquella obra. Sus dedos punteaban ligeramente las cuerdas de aquella negra lira mientras iba silenciándose paulatinamente, notó que el adyacente cerró su diario de campo y, en gesto mudo pero acuerdo entre ambas partes, dando por terminado súbitamente su pieza artística quedando la confrontación de aquellos dos exponentes de la leyenda guerrera de Asgard. El God Warrior de la estrella de Eta suspiró, algunos copos de nieve brillantes y apenas visibles por su tamaño parecían rodearlo y los animales silvestres esperan unos cuantos segundos antes de alejarse pues ya no había nada que los convocara en esa noble comunión.

Sostiene la lira con la zurda y la apega hacia su pecho, mientras se colocaba en pie, ¿qué más podía esperar de él? no había algo que estrechara más vínculos y así como con el adverso, tampoco sostenía más que respeto por los demás dioses guerreros. En ese orden de ideas, aparentemente ninguno estaba dispuesto a quebrar su ley por el otro y, abandonando esa lucha silenciosa, el joven quien quedó huérfano siendo apenas un infante decidió encarar nuevamente al pelirosa, y aunque fuesen del mismo bando, esa sonrisa que sostiene aquel hombre no podía más que generar cierto nivel de rechazo por parte del desprovisto de sentimientos, Mime.

Tuviste el honor de escuchar un réquiem que no te conducirá a la muerte, Alberich. Se dice que tienes el nivel intelectual más alto en Asgard; aunque jamás has visto más allá de nuestras blancas praderas, me recuerdas al filósofo Kant.

Un poco de certeza pero también de mofa entre sus líneas. El galante portador de la Robe y heredero de un don sin igual en el país del extremo norte de Europa mostró tal vez su lado más amable. Las diferencias no conducen a ningún lado entre simpatizantes de un mismo bando; menos ofendería a Odín si viese que sus legionarios no pueden mantenerse en una paz estable entre ellos mismos, solo juntos podrían vencer y así, hacer que la voluntad de Odín, mediante Hilda, se cumpla. -
DV1557272 · 31-35, M
- No evitó pensar que aquel sagaz sujeto pretendiese hacer algún diario de campo como si se tratase de un investigador social y cultural, pero poco importó al final si era objeto de estudio pues, al final, todos lo eran; Mime enfatizó una tonada más frenética y acelerada, mostraba cuál voluble y ambivalente podían ser los humanos como especie y sociedad. Comprobó algo en su ejercicio lírico: la poca capacidad de Alberich para ponerse en la posición de otros, la carencia de vergüenza alguna y una frialdad repudiable, pero que en el fondo, así como Mime y cientos de personas que crecieron en el frío o la privación del sol, tenía quizá, algo oculto bajo toneladas de nieve y hielo, quizá ese sentimentalismo que el mismo God Warrior trataba de privarse era algo inherente y que no podía sacarse de la piel y el espíritu de cada habitante de esa tierra, incluso si se tratara del denominado cerebro de Asgard.

El réquiem, como los episodios de una ópera clásica, narraba diferentes memorias colectivas, cambiaba súbitamente el ritmo, se impregnaba del cosmos del usuario de la God Robe de Benetnasch Eta, cada pieza musical era diferente aunque conservaba una base en sus notas, que era como su sello personal. La música trae un estado subjetivo de bienestar absoluto, se sentía en paz, no pensaba en lo negativo y se anclaba en su presente sin juicios de valor, podía incluso llegar a ignorar al adyacente que se internalizaba entre el ambiente para no irrumpir la obra maestra de aquel autor.
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DV1557272 · 31-35, M
- La lealtad de Mime por su tierra, su deidad y la voz de ésta en la tierra se imponen sobre cualquier otro concepto; además, Mime había buscando en la música una forma de expiar su pasado y encontrarse un paso más allá de la humanidad al abandonar sus emociones, aunque por paradójico que fuese, pues rasgos de distimia acompañaban su forma de ser. No podía jamás fiarse de alguien como Alberich, pero tal vez ese vínculo por Asgard y los ancestros de ambos hacía que no pudiese verlo como alguien a repeler. Cuando tomaba su arpa en posición para disponerse a tocar, Eta irradiaba un parpadeante brillo en lo alto de las estrellas adyacentes a la Osa Mayor, siendo así el preambulo del requiem que le ofrecería para suplir ese capricho del pelirojo de esmeralda miraba; ahora bien, conocía aquel mito del santo de plata cuyo poder se equiparaba al de los caballeros de oro, pero Mime jamás abandonaría su misión en Asgard por seguir a la muerte de un ser querido, ese era el punto que impedía cualquier comparación con el héroe griego. Calló frente a ese comentario, pero no se guardaba sus palabras frente al concierto que daría para su ahora audiencia.

Tienes una lengua que puede ser más contundente que la lanza de Gungnir o esa espada que empuñas. Si tanto deseas escuchar la última melodía, la que guía al fatídico destino, entonces no te negaré la oportunidad de escucharlo.

Respiró hondo, cruzó los dedos de la diestra tocando las siete cuerdas de golpe y el acorde comenzaba como los puntos más altos de la instrumental de una ópera. El alcance de ese sonido era perfectamente percibible para aquellos que estuviesen en ese escaso diámetro, y aunque no fuese un sonido que se pueda prolongar en una extensión mayor, podía causar que cualquier cuerpo pudiese estremecerse, encontrar un rapport entre lo fisiológico y lo emocional, causar respuestas en el organismo únicas, cada quien vive una experiencia diferente e individual al escuchar el acorde de Mime.




El frenético ritmo se pausaba y tomaba calma, avanza lento como si esa interpretación tuviese el fin de contar una historia, cualquiera que pudiese imaginar su contra-parte y compañero de armas. Retrató la tristeza azul de Asgard, lugar donde todos tenían algo que narrar y construir memoria en colectivo, solo impregnó su cosmos en cada cuerda para dar un espectáculo mayor, verse sublime como el artista que podía ser, incluso al lado de alguien que desprende una sensación espectral. El sonido viajó gracias a las olas de viento gélido y revotaba entre los árboles, una acústica natural se ofrece para Mime y compañía. -
DV1557272 · 31-35, M

- Asgard era un país que le fue privado de la luz del sol por el beneficio y salvación de un pueblo hermano, ese sacrificio representó siglos bajo el frío perpetuo en el país azul, en el extremo norte de Europa, situado en el círculo polar. Aquella tierra que jamás vio la luz del sol, ni los verdes campos y tampoco, el azul del cielo era cuidada por el máximo dios de la leyenda nórdica: Odín. Aquel día la brisa gélida recorre el invernal paraje, más allá del Valhalla se encontraba una extensión de tierra cubierta por la nieve, sepultando pilares y muros de edificaciones que no pudieron soportar el paso del tiempo; allá, limítrofe a los bosques donde alguna fauna y flora logra sobrevivir y se ve maravillada por el requiem de un joven que no supera los 19 años, de cabello anaranjado y una mirada rubí, el delgado joven usaba una armadura que lo representaba como uno de los siete dioses guerreros de la leyenda de Asgard, de la estrella Benetnasch y guardián del zafiro de Odín. Ese joven usaba una armadura color escarlata que brillaba como la luz de la luna, tocaba una lira dando una sinfonía única para cualquier oyente que percibiese las vibraciones que viajan gracias al aire, era un talento prodigio e incluso los animales silvestres como algunos ciervos, pájaros y zorros se acercaban para escuchar la melancólica canción que tocaba el joven, cuyo nombre era Mime.

A lo lejos se ve la cumbre donde el Valhalla y la gran estatua de Odín se alzaban sobre el poblado, allá estaba la representante del dios en la tierra, mejor conocida como Hilda de la estrella de Polaris y demás miembros de la nobleza de aquella ciudad, cuyo frío se comparaba con las tierras de Siberia. Mime miró aquel paisaje que traía tantos recuerdos de esa infancia vulnerable, el desamparo y soledad en la que creció, el complejo entrenamiento a manos de su padre adoptivo y la memoria de un pueblo que se resiste a las condiciones climáticas hacen que finalmente el God Warrior entone una melodía como ninguna otra, pero el requiem se detuvo de golpe, abrió sus ojos enfocando su atención a un punto perdido en el interior del cercano bosque, percibe un cosmos que le era conocido y brota paso a paso entre la oscuridad de aquel territorio. Su mirada, de pacífica pasa a una más seria, los animales se alejaron dejando el protagonismo a ambos sujetos. Y él no tenía de quién pudiese tratarse, era el brillo de Delta; el intérprete de la lira tenía un talento en particular, y era la lectura emocional de las demás personas e identificar a una persona carente de emociones, de de atribuirse culpa alguna y tener un corazón tan frío como la cascada congelada o los casquetes polares de esa región del mundo. Abandonó su posición pues estaba sentado en una gran piedra, solo espero a que ese hombre saliera de la penumbra; sostuvo entre sus manos la lira que era parte de su God Robe. Sonrió con la suficiente confianza de saber que entraría en discrepancias conceptuales con la persona que vendría, pero su lealtad al territorio que lo vio nacer y hacía Hilda, no entraría jamás en confrontación con aquel hombre que se avecinaba.


La señorita Hilda no ha convocado a una reunión, al menos no aún. ¿Cuál es tu propósito al dejar el bosque de cristal?

Encaró pese a la distancia que se tenían, parece que con sus palabras, el céfiro recorre con mayor intensidad aumentando la percepción de las bajas temperaturas, deja un silbido que quiebra la silenciosa paz que dejaba la conclusión de las notas del artista lírico, quien esperó la pronta respuesta, relajando su cuerpo por completo y buscando tranquilidad ante cualquier verborrea que pudiese emplear como una espada el God Warrior cuyo mito se desprende de las amatistas. -

l1556224 · M
[code]**Cada palabra pronunciada por el dios guerrero era llevando por el helado viento hasta los odios de aquel anciano, que sin mayor movimiento solo se posaba sobre su bastón de madera escuchando de forma atenta todo lo que el otro tenia por decir y confirmando que aquello caídos en desgracia se encuentran enterados entre el cristales de amatista por el simple hecho de caminar en aquellos bosques cercanos al palacio del vahla donde reside la representante del dios nórdico, pese a todo aquello el viajero no se mostraría intimidado pues aquella ave negra que se había posado hace poco sobre su hombro brindo mas que una simple información. [/code]

-[code]Asgard muestra la mayor piedad ante el mundo reteniendo el congelamiento de los polos y garantizando el equilibrio mundial, un sacrificio que este pueblo a realizado desde la noche de los tiempos, pero dime con tu mente tan brillante , acaso crees poder dominarlo todo? [/code]-[code]con aquella frase el anciano se atrevió a dar uno par de pasos hacia el dios guerrero acortando tan solo un poco mas la distancia entre ambos , mientras con cada paso que daba su marca se desvanecía por el alborotado clima haciendo que el silencio volviera solamente interrumpido por el contaste soplido del viento que mueve las ramas muertas de aquel bosque. [/code]

[code]-En el pasado tu ancestros lograron ser tan destacados que incluso se decía que no existía familia mas leal a Odin y que este les bendijo con una habilidad única y hereditaria , pero dime acaso crees que tus actos serán respaldados por el dios de estas tierras ? en pocas palabras estas convencido en que tendrás la ayuda de Odin para empuñar las mejores armas, si no eres un guerrero por objetivos propios acaso protegerías Asgard por tu propia voluntad o simplemente por conveniencia?- [/code]

[code]Cada palabra estaba cargada de un tono familiar como el de un padre hacia un hijo tratandole de mostrar como es la vida, siempre sereno, pero poco fue el tiempo que paso para que una nueva novedad sucediese pues aquella ave que interrumpió hace poco regreso volando y cargando entre su pico el sombrero que había arrasado el viento para aterrizar sobre el bastón del peli blanco y soltar el sombrero sobre su mano algo que le hizo dar una leve sonrisa al anciano que inmediatamente se coloco su sombrero y extendió su mano pues un segundo cuervo llego hasta este y se poso sobre su palma.** [/code]

[code]- Dios guerrero de Asgard , un simple anciano como yo te pregunta tantas cosas ya que se que con tu sabiduría darás respuesta, pero tan bien se que tu hablar ligero no es mas que mi sentencia , pues es lógico que no dejarías vivir a un anciano que escucha tus palabras, mis huellas se borraron de la superficie de la nieve y seguramente nadie me busque, pero antes de decidir matarme te contare una pequeña parte de un viejo poema que deseo me expliques- [code]Luego de ello el anciano dio una bocanada de aire para pronunciar en nórdico antiguo una pequeña frase mientras aun sus cuervos lo acompañaban y luego de ello aguardo silencio para escuchar al cerebro mas brillante de Asgard-**[/code][/code]


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Úr er af illu jarne,
opt løypr ræinn á hjarne.

(La escoria sale del hierro malo,
el reno traza siempre sobre la nieve helada.)
l1556224 · M
[code]**Las palabras del dios guerrero causaron sorpresa en el anciano pues fue tomado con cierta sorpresa en su caminar tambaleante mientras aun apoyaba su mano sobre el cristal de amatista que retenía en su interior el cuerpo de un desdichado hombre que ahora no era mas que huesos, ciertamente aquello era un cementerio poco inusual que parecía mas la colección personal de un siniestro hombre, pese a las palabras que fácilmente podrían considerarse una amenaza el anciano aguardo silencio para luego girar su rostro y su cuerpo sobre si mismo y ver al hombre que porta aquella coraza metálica que lo distingue entre todos como signo de ser uno de los mas altos guerreros del norte un God Warrior pero pese a ello el viejo hombre de barba blanca dirigiría unas palabras con su temblorosa voz .
[/code]

[code]- Acaso cometieron delitos tan terribles para ser castigados con este tormento?-[/code]


[code]fue lo que pregunto al dios guerrero mientras apoyaba nuevamente su cuerpo sobre el bastón con el que a caminado por tantos caminos congelados que le han llevado hacia aquel lugar , para contemplar con su único ojo lo que en aquel bosque aparentemente prohibido a sucedido, aun fuerte ventisca helada azoto con fuerza en aquel momento tal que hizo retroceder unos cuantos pasos al anciano y hacer que este usara sus dos manos para hundir el bastón en la nieve y no ser arrastrado, aun así el sombrero que poseía salio elevado por los vientos dejando su larga cabellera blanca teñida por las canas descubierta [/code]

[code]El silencio volvió luego del soplido helado para que ahora el anciano mirando con cierta tranquilidad al God Warrior diera unos pasos hacia este apoyándose en su bastón , solo dio cinco pasos para detenerse frente al otro guardando una larga distancia de 20 metros , mientras de la nada un ave negra llego volando para posarse sobre el hombro del anciano aquella no era mas que un cuervo que solo se poso por un instante. [/code]

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[code] El cuervo solo se poso por un corto segundo para acercar su pico al oído del anciano y dar un leve graznido para luego salir volando y desaparecer entre el cielo sin sol de Asgard, todo ello fue como si aquella ave negra le hubiese dado un profundo mensaje al viejo hombre que abrió con leve asombro su único ojo ya que su orbe izquierdo estaba ausente para hablar nuevamente con un tono antiguo y sabio como si un apdre hablase a un hijo así el anciano se pronunciaria de nuevo hacia el cerebro de Asgard. ** [/code]

[code]- Ya veo así que eres descendiente del guerrero Alberich XIII , has heredado sus habilidades y en ti se ve una profunda sabiduría, pero acaso no sientes piedad en tu corazón ? -[/code]
l1556224 · M
[code]** La luz del sol es algo que muy pocas veces logra verse en las tierras del extremo norte lugares fantásticos cubiertos casi perpetuamente por un manto de nieve y hielo que pese a ello es una tierra habitada desde la noche de los tiempos, el mundo en si es una gran planicie habitada por los humanos y seres que trascienden la imaginación siempre se encuentran enfrascados en luchas por regir el destino de todos ellos, sin embargo algo muy distinto sucede en las tierras de las eternas murallas de hielo, se sabe que el mundo se encuentra dividido en diversos reinos desde y es justamente en los países escandinavos donde se asienta el tercer reino mas importante sobre la creación.

Las leyendas de los vikingos feroces guerreros que pese a no ser tan visibles como en el pasado han logrado mantener su cultura en tiempos actuales, como testigo de aquello en el norte de noruega en el circulo polar ártico se edifico el reino de Asgard, aquel lugar es el punto mas extremo de la geografía europea y a la vez el reino que se encarga de la protección religiosa y cultural de los territorios de Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia es entonces que las tierras del norte poseen a sus propios guerreros aquellos denominados como God warriors protectores de Asgard y de la tierra.

Es entonces que en una cotidiana y fría noche un aciano se aventuraba caminante errante entre un bosque de arboles muertos cuya vegetación es escasa ya que por el extremo frió sus tallos se encuentran sin una sola hoja verde , el sonido del silbido del viento que arrastra con el copos de nieve es lo único que se escucha en aquel bosque, el anciano caminaba apoyado en un largo bastón de simple madera su vestimenta no era otra que una túnica rasgada de color café que le cubría del frió, su cabellera y barba era igual de blanca como la nieve que inunda el paisaje y sobre su cabeza tenia un sombrero arrugado y del mismo tono café que su túnica, sus pasos eran lentos y su respiración tranquila mientras caminaba entre el bosque muerto y cada paso que daba generaba unas marcas en la blanca placa.

De aquella manera su caminar continuo hasta llegar a un pequeño claro entre el bosque para divisar con su único orbe esqueletos atrapados en cristales de tonos violetas aquello era realmente un cementerio, el rostro del anciano no se inmutaba ante el escenario su larga barba era ondeada por un fuerte viento mientras al verle a la cara se podría ver en el que su ojo izquierdo se encuentra faltante, aun así el viajero se adentro entre aquel escenario dando pasos apoyado en su bastón para colocar su mano sobre uno de aquellos cristales y contemplar con su mirada lo efímera que fue la vida de aquel desdichado que dentro de esa tumba de amatista se encuentra.** [/code]


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El sigilo en cuanto a su mirada siempre buscaba no incomodar al contrario, sin embargo, a veces difícilmente podía modificar la intensidad de esta, la falta de contacto con otros aisló unas cuantas emociones que al verse a experimentarlas desconocía el modo apropiado de actuar; por lo que, sujeto a sus costumbre siempre reflejaba frialdad aun cuando por dentro se regodeaba, siempre atento a los movimientos que su amigo ejecutaba, tan simple , una actitud muy arraigada en él.
. . . Es un uniforme. . . Asisto a una escuela y Frankenstein es el directos de ese lugar.
De pocos movimientos y pocas palabras, lo contrario de su amigo, esta ves se esforzaría por entablar un dialogo mas extenso y tomar un comportamiento que se armonizara con el de su amigo,o eso intentaría realizar. Camino hacia a él pasando de largo aun costado esperando su amigo predijera una futura caminata por el parque en el cual ahora se encontraban, bajo el manto nocturno y el brillo de la luna llena que se viera acompañada de sus súbditas, las estrellas.
El noble no empleo ningún truco para librarse de ese agarre, solo aguardo paciente y en silencio a que este lo soltara o a su siguiente movimiento. Tan alegre como siempre, no había cambiado en nada el lord de los hombres lobos, esos gestos tan familiares y el trato infantil que le expresaba al noble eran siempre los mismos.

20 años para ser exactos. Esta vez si demoraste demasiado en volver.