—Sí, estoy emocionada y es que siempre llego tarde a todo. —Se defiende mientras se cruzaba de brazos y recargaba su cabeza en el brazo de él.— Es la primera vez que te presento a alguien, como no hay planes para que te presente a mi madre esto será lo más cercano a ello. —Añadiría mientras volvía a jugar con los dedos de él.— Al menos que contemos a mis perros, aunque te los ganaste con el tiempo.

Al inicio antes de siquiera considerarse una pareja pasaban demasiado tiempo en casa de ella, pues tenía a sus peludas bendiciones. Sonrió para sí misma al recordar esas primeras interacciones y esa sonrisa se ensanchó cuando reconoció la poderosa y protectora esencia de su amiga Sam, junto a la dulce de su otra amiga Jenny. Alzó la cabeza para verlas y se puso de pie para abrazarlas a las dos.

—¡Hey! Me alegra que llegaran. —Diría alejándose lo suficiente para verles a la cara. Jenny y ella tenían casi la misma altura y Sam le sacaba fácilmente una cabeza.