Diosa Romana de la Guerra. No agregue si hace rol de un párrafo o si escribe en primera persona.~
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»Una mujer« Susurró con obviedad la inconsciencia.
Sentía cómo apretujaba la plateada y oblonga espada para cualquier eventualidad subsiguiente. Sintió una extrañeza indescifrable, especialmente porque aquella figura no se molestó por ocultarse, ni usar armas. »… No deseo tañar ni menospreciar tu presencia; pero la situación me obliga a elegir« La primera intención fue atacar, las distracciones se opacaban a medida que se posicionaba. Sin embargo, la única prenda que yacía junto con él comenzó a elevar temperatura hasta el punto de quemar, dando por resultado la cesión de su plan, e ir por su vestimenta con bastante rapidez.
No inquiriendo ante lo correcto por retirarse, se quitó el colgante con cierta desesperación. Observó lo que este sostenía: una piedra con rostro humanoide. » ¡Qué sucede con esta cosa!« siguió caminando entre el mar de árboles, no tenía marcas de quemaduras pese a haberlas sentido escociéndole. En un momento dado, sin atenuar la veloz caminata, se colocó las vestimentas individualmente, y también su colgante, cuando ya no ardía. Quizás estaba sobre pensando, pero había sido un día curioso. Al menos, no había sentido agitación de esa manera…
»¡GRIFFITH!« Oyó afinadamente cómo le convocaban. Claro, no es bueno olvidar que eres un líder o intranquilizarás a tus camaradas. Buscarlos es la mejor alternativa. Así siguió por el sendero de tierra que llevaba al pie de la colina, donde quedarían los demás.
Sentía cómo apretujaba la plateada y oblonga espada para cualquier eventualidad subsiguiente. Sintió una extrañeza indescifrable, especialmente porque aquella figura no se molestó por ocultarse, ni usar armas. »… No deseo tañar ni menospreciar tu presencia; pero la situación me obliga a elegir« La primera intención fue atacar, las distracciones se opacaban a medida que se posicionaba. Sin embargo, la única prenda que yacía junto con él comenzó a elevar temperatura hasta el punto de quemar, dando por resultado la cesión de su plan, e ir por su vestimenta con bastante rapidez.
No inquiriendo ante lo correcto por retirarse, se quitó el colgante con cierta desesperación. Observó lo que este sostenía: una piedra con rostro humanoide. » ¡Qué sucede con esta cosa!« siguió caminando entre el mar de árboles, no tenía marcas de quemaduras pese a haberlas sentido escociéndole. En un momento dado, sin atenuar la veloz caminata, se colocó las vestimentas individualmente, y también su colgante, cuando ya no ardía. Quizás estaba sobre pensando, pero había sido un día curioso. Al menos, no había sentido agitación de esa manera…
»¡GRIFFITH!« Oyó afinadamente cómo le convocaban. Claro, no es bueno olvidar que eres un líder o intranquilizarás a tus camaradas. Buscarlos es la mejor alternativa. Así siguió por el sendero de tierra que llevaba al pie de la colina, donde quedarían los demás.
DateMasamune · M
[ Ooc. Disculpa la demora. ]
Parte el Cielo un rayo estruendoso cuando en la planicie del campo verdoso se presentan dos temibles bandos, unos negros y otros del color del cielo al anochecer. La sincronía entre los cascos de los cuadrúpedos que iban en la misma onda rítmica emitiendo una desencadena melodía profética de lo que estaba a punto de explotar era esplendida. Los dos lados de la moneda formaban aquel orquestal bullicio en plena naturaleza para dar pie a un fin esperado para muchos. La multitud era tremenda, sin embargo en uno de los lados la mayoría era más notoria, sin embargo aquel lado en el que tal vez solo había minoría yacían resguardados y guiados por un dragón con una media luna de oro en su frente, el Dokuganryu de Oshuu.
Las banderas como estacas rectas eran alzadas a pesar de la tormenta que estaba pronto a reventar. Del otro lado el rey demonio yacía frente a su temible ejército cuya benevolencia era basada más en temor que en admiración. La multitud poseía una oscuridad en su mirar –o así lo veían- por lo que sabían que no iban hasta aquel lugar solo para luchar, si no también…para morir.
–¡Primer escuadrón de defensa hacia adelante! –Pronunció el Dokuganryu haciendo que una fila de unos 300 hombres se desprendieran del gentío de donde venían apilados para ir bajando unas largas lanzas hacia adelante como si fuesen extensiones de sus propios cuerpos. Del otro lado el rey demonio gritaría –¡Que salgan los cuervos! –Haciendo que otra fila de unos 700 hombres salieran de igual forma hacia la caza del resto. Aquellos primeros pelotones serían los primeros en enfrentarse mientras el resto le seguía el paso. Sin embargo la voz del Dragón se escuchó por segunda vez –¡Arqueros! ¡Disparen! –Una bandada de flechas de acero saldrían disparadas elevándose hacia el cielo con rapidez y silbido discreto hasta que el cielo se volvió a partir y con sus pedazos cayeron las flechas de lleno en el ejército contrario, iniciando así la batalla.
Parte el Cielo un rayo estruendoso cuando en la planicie del campo verdoso se presentan dos temibles bandos, unos negros y otros del color del cielo al anochecer. La sincronía entre los cascos de los cuadrúpedos que iban en la misma onda rítmica emitiendo una desencadena melodía profética de lo que estaba a punto de explotar era esplendida. Los dos lados de la moneda formaban aquel orquestal bullicio en plena naturaleza para dar pie a un fin esperado para muchos. La multitud era tremenda, sin embargo en uno de los lados la mayoría era más notoria, sin embargo aquel lado en el que tal vez solo había minoría yacían resguardados y guiados por un dragón con una media luna de oro en su frente, el Dokuganryu de Oshuu.
Las banderas como estacas rectas eran alzadas a pesar de la tormenta que estaba pronto a reventar. Del otro lado el rey demonio yacía frente a su temible ejército cuya benevolencia era basada más en temor que en admiración. La multitud poseía una oscuridad en su mirar –o así lo veían- por lo que sabían que no iban hasta aquel lugar solo para luchar, si no también…para morir.
–¡Primer escuadrón de defensa hacia adelante! –Pronunció el Dokuganryu haciendo que una fila de unos 300 hombres se desprendieran del gentío de donde venían apilados para ir bajando unas largas lanzas hacia adelante como si fuesen extensiones de sus propios cuerpos. Del otro lado el rey demonio gritaría –¡Que salgan los cuervos! –Haciendo que otra fila de unos 700 hombres salieran de igual forma hacia la caza del resto. Aquellos primeros pelotones serían los primeros en enfrentarse mientras el resto le seguía el paso. Sin embargo la voz del Dragón se escuchó por segunda vez –¡Arqueros! ¡Disparen! –Una bandada de flechas de acero saldrían disparadas elevándose hacia el cielo con rapidez y silbido discreto hasta que el cielo se volvió a partir y con sus pedazos cayeron las flechas de lleno en el ejército contrario, iniciando así la batalla.
DateMasamune · M
[ Ooc. ¡Jajajá! De acuerdo, inicia tu Little Beyona. (?) ]
DateMasamune · M
[ Ooc. Supongo que es algo justo, es bueno volver después de un descanso. Bueno, cuando estés preparada iniciamos. ]
DateMasamune · M
[ Ooc. Baia baia que solplesa(?). . . ¿Y ya esta preparada para volver al rol? ]
Analizaba flemático sus manos, pálidas y con sangre. Sólo cuando el viento apareció, despertaría del trance mental y reanudaría su tarea de limpieza corporal, sumergiéndose. Veía a la sangre ajena navegar como hilvanes que luego desaparecían sin dejar rastro. Pero todo fue diferente para él, el pesgo y las bajas temperaturas en su espalda desnuda comenzaron a escocerle, y es que quizás las aguas heladas le están tratando como un óbice inmóvil; era una corriente amenazante, que si continuaba ahí podría traspasar la delgada línea de tortura.
Pero fue en realidad, la sensación de disnea que le hizo verdaderamente recapacitar. Tomó la bocanada de aire, y sin pensarlo más, nadó hasta la orilla. Allí, recargó el peso del cuerpo sobre la fuerza de sus miembros superiores, y con un movimiento del tronco giró a medias para quedar sentado y cómodo. En los instantes siguientes, se inclinaría un poco para ver su rostro en el espejo natural; sí, se mantenía casi igual, el cabello blanco y su mirada azul ¿Será posible que...
Antes de preguntarse algo, el alboroto de las aves que de pronto sucedió en pleno descanso lo alertó. Se reincorporó para acercarse a uno de los árboles, tomando el mango de su espada. Si había alguien merodeando, estaba seguro que no era de su cuadrilla, ninguno se atrevería a desobedecerle. La piedad en situaciones que no se predicen, no existía, ni en sus ojos.
Pero fue en realidad, la sensación de disnea que le hizo verdaderamente recapacitar. Tomó la bocanada de aire, y sin pensarlo más, nadó hasta la orilla. Allí, recargó el peso del cuerpo sobre la fuerza de sus miembros superiores, y con un movimiento del tronco giró a medias para quedar sentado y cómodo. En los instantes siguientes, se inclinaría un poco para ver su rostro en el espejo natural; sí, se mantenía casi igual, el cabello blanco y su mirada azul ¿Será posible que...
Antes de preguntarse algo, el alboroto de las aves que de pronto sucedió en pleno descanso lo alertó. Se reincorporó para acercarse a uno de los árboles, tomando el mango de su espada. Si había alguien merodeando, estaba seguro que no era de su cuadrilla, ninguno se atrevería a desobedecerle. La piedad en situaciones que no se predicen, no existía, ni en sus ojos.
DateMasamune · M
[ Ooc. Morgana, me suena. . .]
User1546354 · 26-30, M
Out: Gracias a ti por la solicitud.
DateMasamune · M
[ Ooc. Baia baia que solplesa. . . ]
aresgodofwar · 36-40, M
Ooc: Ya veo
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