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No había duda alguna; era ella, la sacerdotisa humana por la cual su medio hermano desantendió asuntos importantes relacionados a los conflictos bélicos que se relacionaban a su familia y la defensa del territorio que ocupaban junto a otros demonios. Ella, una de las piedras angulares de su desprecio por la humanad, no sólo era por la debilidad de esa especie; también, lo que habían logrado hacer en su padre y su hermanastro. Su mirada era fulminante, tenía entendido que ella murió hace varios años, ¿qué hacía en ese lugar? no podía ser un espectro pues su aroma era el de un ser tangible. El de mirada ámbar fue retador, no daría opción de acción alguna que pueda derivarse en una ofensiva, era claro pese a su silencio y su inmutable conducta.

Se podía percibir la tensión en el ambiente, tanto que el céfiro recorre y el único ruido lo producen las copas de los árboles que se mesen con fuerza. Su cabello blanco se movió y fue ahí cuando esa voz seria y profunda se pronunció de nueva cuenta contra la fémina.

[b][center]- La sacerdotisa. -[/center][/b]

Una respuesta rápida puesto que ella también lo reconoció. Era lógico, él no era un ser dispuesto a la socialización, menos contra alguien que consideraba inferior y despreciable. Alzó el mentón y la miró de reojo, como era habitual, solo que añadió una hostilidad simbólica mucho mayor.

[b]- Los esbirros de la muerte no te rodean. Parece que de una u otra forma sigues interrumpiendo. Pero ni tú podrás evitar que tome lo que me pertenece por derecho y que InuYasha porta como si fuese su orgullo. - [/b]

Puntualizó en un extraño episodio donde daba un diálogo largo, fue directo al punto si es que ella pretendía detener su ambición de hacerse con la herencia de su padre: el colmillo de acero.
[b]Buenos días señorita
[/b]
-menciona en pocas palabras observando a la sacerdotisa mientras el se mantenía protegido sobre el techo de una casa aldeana, se mantiene reservado observando toda la acción que pueda realizar-
[b]Rol Mode Off:[/b] Señorita Kikyo, si gusta puede responder, por mí no hay problema alguna : ) Al contrario, será grato poder dar continuidad a la historia.
[b]Rol Mode Off:[/b] Bien madame, daré inicio entonces.
[sep]
** La albina criatura ronda ese húmedo y espeso territorio, el ecosistema era bien conocido por el yokai de largas orejas en punta, piel pálida, grabaciones a los costados del rostro en forma de franjas y una media luna en su frente, su mirada es seria y de color miel, su rostro es totalmente inexpresivo, su comportamiento tenaz y hostil.

Vestido con prendas clásicas del Japón y así mismo la pechera de un atuendo samurai, el demonio que entre otras características físicas contaba con una estola pendiendo de su hombro y un juego de katanas las cuales lo hacen aun más certero al momento de combatir; Buscaba a su hermanastro, pues su rencor y la ansia de encontrar un tesoro, especialmente un sable que él cargaba le motivaba a emprender en su búsqueda, así, el hijo del gran perro del norte y uno de los más temidos monstruos, que responde bajo el nombre de Sesshomaru esperaba dar con el paradero de su hermano, InuYasha.

Sus acompañantes Jacken y Rin estaban lejos, buscando seguramente provisiones para la noche que encajaba en el marco nocturno adyacente, sus sentidos le alertaron de una presencia no muy lejos de allí, emprendió ruta hasta ver a lo lejos una figura de apariencia humana, al menos se asemejaba pues su esencia es algo diferente, el demonio reconoció de inmediato al percibir un aroma inusual, desde la distancia, pareciendo alistar sus garras de forma ofensiva, manteniendo ante todo la paciencia y serenidad, con su inmutable comportamiento serio, se pronunciaba para ella con propiedad, sin embargo, esa esencia que trae el viento le daba un indició de que era una de ese selecto grupo de humanos que podía desarrolla talentos para enfrentar a lo sobrenatural, la esencia que emanaba era digna de esa nobleza, seguramente una especie de sacerdotisa. Si en realidad era ella, la fémina en la cual pensó, las cosas se tornarían un tanto distintas para la violencia a la que él está habituado a demostrar con tal de hacer respetar su legado, además no podía equivocarse, era el aroma que estaba en su flechado hermano hace siglos, era la humana que lo había hecho desentender de sus obligaciones. **

[center][b]- Este aroma... ¡Muéstrate!-[/b][/center]

[center]
[/center]
Me he demorado más de lo habitual, si aún estas activa y me lo haces saber, con gusto llegaré a dar inicio con una trama.
[b]Rol Mode Off:[/b] Sé que así será señorita. Le gustaría comenzar o prefiere que yo envíe el starter?
Rol mode off: Gracias por su solicitud, espero que nos llevemos bien dentro y fuera del rol.
Inuyasha · 31-35, M
*Cada vez más cerca percibe aquella esencia, encontrando difícil mover su cuerpo por la desmedida sorpresa que abruma sus sentidos. Poco después se escucha esa voz, esa suave tonada que termina por confirmar completamente sus sospechas: Kikyo, la mujer que le selló en árbol sagrado y la misma a quien una vez juró amor eterno. Se da media vuelta para suscitar un cruce de miradas entre sus orbes ámbar y los iris castaños de la fémina, un simple gesto que deja fluir en el ambiente millones de sentimientos nacidos de los acontecimientos acaecidos hace 50 años.*

[b][c=#E50000]Kikyo...[/c][/b] -Musita en tono apenas audible para ella- [b][c=#E50000]Realmente eres tú...[/c][/b]

*Los vocablos se convirtieron en la fuerza requerida para hacerle espabilar de su sorpresa y así permitirse el acercarse un par de metros hacia la resucitada sacerdotisa. Quería verla más de cerca, quería estar totalmente seguro de que efectivamente se trata de Kikyo y no de una ilusión inventada por Naraku. Inicialmente mantuvo distancia, no por que él así lo quisiera sino porque sabía y entendía que tal vez ella no aceptaría algo así; pese a todo, una tenue sonrisa curva sus labios por la innata alegría en él despertada cada ocasión que sus ojos contemplan la figura de esa mujer en particular*


[b][c=#E50000]Pasé varios días buscándote, pero al final has sido tú quien me ha encontrado a mí. Me alegra saber que te encuentras bien[/c][/b]
C1542230 · M
[b]Off:[/b] Hubo un ligero cambio en mi personaje, espero no le moleste.
[center][i]—Salió de aquel callejón a paso lento y bastante calmado, observando a su alrededor cada detalle que la rodeaba, desde la forma de vestir de las personas hasta su mirada con respecto a ella, que no era bastante disimulada dado a que el vestuario de la excéntrica mujer podía ser confundido con el de cualquier mujer demonio de la época. Aun sabiendo y soportando las miradas de las personas sobre ella continuó su camino guiada por la energía de aquella persona que emanaba la distorsión de la grieta de las dimensiones. ¿Había dejado de moverse? Quizá ya había notado su presencia, pero ni siquiera eso era excusa para cesar su movimiento, ella detuvo su andar por un momento para evaluar las posibilidades con respecto al repentino acto pasivo que estaba enfrentando mientras que la pequeña bolita negra entre sus brazos asomó su cabeza curiosa desde dentro de un bolsillo interno del kimono y observo los gestos de su creadora, al parecer no estaba muy complacida con lo que estaba notando, igual de perceptiva aquella pequeña criatura giraría lo suficiente como para intentar rastrear la esencia contraria, y una vez la encontró regresó su mirada a la azabache, que había empezado a caminar nuevamente de forma despreocupada.— [/i]

[b][c=#2D5680]¡Yûko! Esa presencia no se mueve. ¿Te está esperando? ¿La conoces? [/c]
[/b]
[i]—La mujer al escuchar las curiosas preguntas de su compañera negaría suavemente con su cabeza para bajar un poco su mirada y observarla a lo que serían sus ojos, que en todo momento permanecían cerrados como si no necesitase abrirlos para conocer su entorno, se tomó otro momento para analizar las preguntas de su compañera que fueron las mismas que antiguamente ella se había planteado, pero estaba segura de que aquella grieta había notado que estaba por ahí, por lo que su reacción era lo que mas le preocupaba, no por el hecho de no poder defenderse, si no mas bien por el hecho de tener que defenderse y que aquella visita acabase mal.— [/i]

[c=#E50000][b]Está esperandome, eso es seguro, puesto que en este mundo las coincidencias no existen, solo está lo inevitable.
Me temo que no le conozco, pero ya veremos.~
¿Quieres adelantarte, Larg?~ [/b][/c]

[i]—La mujer, previendo la situación futura decidió enviar primero a su pequeña compañera de viajes en el tiempo, que al parecer, sabía de la persona en cuestión. Aquella pequeña Mokona asintió de forma energética mientras sonreía de forma amplia y bastantebastante alegre por el hecho de que su dueña la enviase sola, ¡Conocería a una de las clientes de su dueña! O al menos eso era lo que ella esperaba. No dilató en salir del kimono de la mujer mientras corría a toda velocidad por entre los pies de las personas del pueblo, esto dio mas pie a que los aldeanos creyesen de ella que se trataba de un demonio, por lo que la mujer tuvo que andarse con cuidado el resto del camino hacia la salida de aquel pueblo. Y por su parte la rápida Mokona en cuestión de minutos estuvo saliendo de la ciudad, divisando a la lejania la figura de la mujer con la esencia especial, está, sin saber de que forma referirse a ella empezó a dar pequeños saltos delante de la mujer de cabello azabache y ojos castaños con gran insistencia.— [/i]

[c=#2D5680][b]¡Es usted! ¡La cliente de Yûko-sama!
¡Bienvenida, bienvenida! [/b][/c][/center]