- ¿Mi deseo? -Tragó saliva, sintiéndo ése cosquilleo que se presenta en el vientre, conocido coloquialmente como: "mariposas en el estómago"- Es enorme, es profundamente valioso y de gran valor. -Respondió sin inmutarse siquiera en la siniestra apariencia del caballero. Aunque la adolescente guerrera puede presumir de una infinita inocencia, también puede ser mortal cuando se enfurece y no duda en atacar a la primer amenaza que presienta encima. Sin embargo, visualizó al joven restándole el peligro que representa y el aura maligna que se puede presenciar.- - Si deseas ayudar a Cham Cham, Cham Cham accederá con gusto. Sé que el duende recorrió éstos alrededores. Dime, ¿cómo ubicarás a ése ser elemental? Puede ser peligroso, los duendes son criaturas muy inteligentes y poco amigables, lo sé porque Cham Cham los conoce desde hace mucho tiempo. -Preguntó demostrándo ésa sed de conocimiento y experiencia, misma que se propicia cuando el aprendizaje se lleva a cabo con la práctica acompañada de teoría.*
*A decir verdad, Cham Cham jamás había salido de los límites de su ciudad natal, la antigua ciudad "Verde Averno", una población que ha vivido por milenios siempre en convivencia de los dioses prehispánicos, aunado a las creencias y costumbres del antiguo imperio azteca y maya, por tal motivo, su curiosidad crece, así como también le causaba cierta conmoción haberse encontrado con aquel caballero de armadura dorada, un material muy similar al oro, más no lo es.*
*En ése momento, el pequeño simio "Paku Paku" dio una serie de saltitos, bufidos y graciosos movimientos propios de un ser cómo él.*
-¿Ah, ñya? ¿Qué sucede Paku? -Exclamó estando atenta al lenguaje corporal del simio, sus graciosos movimientos y los mohínas que realiza. Después de unos segundos aclaró- -Entiendo, entonces el duende se fue por allá. -Señaló justamente al mar, precisamente en la ubicación exacta de uno de los pilares del reino del Dios Poseidon, quizá el destino jugaba con crudeza y/o crueldad en la vida de la joven guerrera y el General Marino.-
*El pequeño mono chilló y su oscuro pelaje se erizó, por obvias razones no se apartó de la joven guerrera, quién no abandona el sitio y tampoco muestra una pizca de miedo en su postura, aunque por dentro, ésa terrible sensación le carcome por dentro.* - Cham Cham te lo ha dicho. -Dijo sin ofrecer una mayor explicación, sujetando con firmeza su largo boomerang, la joven no podía evitar quedarse en ése lugar.- Además, Cham cham quería preguntarte algo, dime ¿has visto pasar a un duende por aquí? -Quiso saber mientras se acercaba a paso ligero y quedando a una distancia más corta, a su vez, prudente.- Cham Cham necesita encontrarlo, guerrero de armadura dorada.
*Permaneció quieta, cautiva en ésa serie de sensaciones que se experimentan cuando la experiencia es nula ante una situación y la iniciativa es quién forja el saber, el aprendizaje y el carácter para volverse todo un profesional en la materia. Miraría detalladamente al hombre, sus facciones, su vestimenta, su complexión ¿Se trataría de un enemigo? ¡Ni que los dioses lo manden! pero si dado el caso fuese positiva aquella hipótesis, la lucha empezaría justo ahora. No obstante, la joven guerrera prefirió indagar antes de realizar el primer golpe a causa de un mal entendido.** - Guerrero de tierras lejanas, haz llegado a las tierras fértiles de la diosa Tlaltecuhtli, has observado el resplandor del Dios Tonatiuh, cuyo rayo de sol ilumina y nos brinda calor. Tlaloc el señor de la lluvia y el agua que brotan y alimentan nuestro hogar, es la magnífica lluvia que nos bendice y mantiene con vida. Ahora dime, si buscas un refugio y alimento, podré ayudarte. Siempre y cuando muestres respeto por la belleza que nuestro Dios Quetzalcóatl nos brinda. Si sólo vienes de paso, rezaré a Tezcatlipoca para que te oriente y salvaguarde de los peligros y Huitzilopochtli te brinde fuerza para los momentos de duda y peligro frente a un enemigo.
*Argumentó la chica en la espera que su anfitrión acepte que aquella dicha de ella no venía en modo de pelea, pero si de defensa si aquel joven mostrase un signo de hostilidad y/o peligro, porque sus raíces y sapiencia en el acto de guardiana, debe entregarse por completo a su pueblo y poseer el honor de su familia y ancestros.-
*Guardó silencio sin quitarle la mirada de encima, su intuición le dicta el peligro que representa el pálido guerrero de dorada armadura, sin embargo ella quiso minorizar la amenaza porque según dicta el refrán: Lo que se ve, no se juzga.-
*Un paraíso sin tocar, tierras lejanas con exótica y belleza natural resguardada por árboles, maleza y un sin fin de fauna que da lugar a un habitad efectivo para el equilibrio de cualquier ecosistema. El canto de las aves provenía de las densas copas y hacen conjunto con la brisa veraniega del mar, conocido como "el inmenso lago infinito" por aquellos ancestros que vivieron milenios y han dejado un gran legado con el pasar del tiempo.*
- ¡Paku, Paku! ¿Viste al duende de cerca? -Le preguntó al pequeño mono, mientras la jovencita de extravagante apariencia brincaba y realizaba geniales maniobras casi imposibles de realizas entre los arrecifes y las enormes rocas marítimas que presagian la muerte, además que también era capaz de sobrellevar el violento impulso de las olas, logrando salir ilesa de aquellas trampas mortales que la naturaleza siempre tiene preparadas para aquellos que son débiles.-
*Nuevamente su vista se enfocó en el azul turquí y marítimo de la inmensidad del "infinito lago", sin embargo el pequeño mono dió advertencia a una presencia poco común por aquellos lares, a juzgar por la clase de chirrido del simio es de saberse que no es un enemigo, pero si un intruso, bueno tal vez esté perdido o quizá explorando. De cualquier manera, esas tierras tienen sus deidades y sus tribus. Decidida y con el terror que le embarga, la inexperta guerrera se atrevió aproximarse más y más, quedando a una distancia prudente entre su ubicación y la del peculiar joven que ha llegado a ésas tierras, más no aparenta ser una amenaza, especialmente por la postura que adopta.- - Paku, dudo que él sea el duende o sepa algo de él. Quizá, ... Cham Cham podrá preguntar y arriesgarse.
R/On: *A lo largo del tiempo han narrado y escrito diversidad de historias constatadas por grandes batallas, actos heroicos, victorias y derrotas según la cultura de cada poblado, ciudad o país. He ahí la razón por la que Cham cham ha decido emprender un viaje a otras tierras, especialmente por la raíz del problema eje que preocupa a la joven guerrera. En días pasados, ella tomó secretamente una reliquia muy poderosa de su pueblo natal, denominado el " Tánger Piedra", para jugar con un duende pero éste se lo arrebató por mera maldad al conocer la poderosa potencia que posee. La culpa pronto llegó a ella, pensando que sus padres estarían enojados a causa de su "ineptitud e incapacidad de cumplir una orden", por lo cual, establece dicho viaje de búsqueda con su chimpancé mascota "Paku Paku" con el fin de encontrar el artefacto.*
*Bajo el brillo de los tenues rayos que apenas penetran la densidad de las copas, el aspecto físico de Cham Cham es de una joven de aparentes dieciséis años, rostro fino y de rasgos felinos, una larga y alborotada cabellera de verdosa tonalidad adornado con puntiagudas orejas, ojos grandes y expresivos, gauntlets en manos y botines en pies acompañados con garras, como todo un feroz gato, así como también la rasgada indumentaria fabricada con piel felino, portando consigo un arma arqueada, veloz y muy capaz de cortar todo a su paso cuando se lanza por los aires, conocido como "boomerang", cuya apariencia brinda la naturaleza salvaje a la que ha estado sometida desde su nacimiento y gracias a la cultura que prevalece en su país de origen.*
En aquel mes de Abril, el cielo tenia un color azul profundo como el mar, el sol no lograba llegar al suelo por la altura de aquellos arboles gigantescos que vivían desde hacia ya décadas en ése verde valle, de pronto el aroma se tornó realmente desagradable y lo único que se lograba identificar era el hedor de la humedad, el suelo estaba lleno de suave vegetación, habían gusanos, insectos y piedras alrededor de los arboles comiéndose las criaturas que habían muerto, o mejor dicho, humanos que murieron en días posteriores. Si se deseaba caminar en aquellos senderos era realmente imposible, ya que estaban llenos de barro y espinas, era un sitio solitario y frió donde nadie desearía estar en toda su vida.
Aquel bosque es conocido como un sitio prohibido, nadie se atrevía a entrar en el, se murmuraba de boca en boca que vivían criaturas enormes, colosales y horribles, además de peligros más inminentes al término de éste. Claro, eso dicen los chamanes y guerreros más experimentados de la tribu, pero Cham Cham estaba decidida, debía entrar en el bosque y buscar al ser que ha robado del artefacto, pero jamás pensaría que se encontraría con algo muy distinto: A la lejanía se haya la melodiosa música delas olas de mar, el inmenso paraíso marítimo que brinda el esplendor y es hogar de diversidad de seres.*
*Estaba claro que había llegado a los límites de su hogar de origen, viendo y observando el hermoso azul que se refleja y la tranquilidad de las olas.*
