*El pequeño mono chilló y su oscuro pelaje se erizó, por obvias razones no se apartó de la joven guerrera, quién no abandona el sitio y tampoco muestra una pizca de miedo en su postura, aunque por dentro, ésa terrible sensación le carcome por dentro.* - Cham Cham te lo ha dicho. -Dijo sin ofrecer una mayor explicación, sujetando con firmeza su largo boomerang, la joven no podía evitar quedarse en ése lugar.- Además, Cham cham quería preguntarte algo, dime ¿has visto pasar a un duende por aquí? -Quiso saber mientras se acercaba a paso ligero y quedando a una distancia más corta, a su vez, prudente.- Cham Cham necesita encontrarlo, guerrero de armadura dorada.