De pronto, vino repentinamente la razón por la que esa mujer se le hacía familiar, la había visto un par de veces en las noticias, como una embajadora entre las naciones unidas y el reino de Atlantida. — ¿Usted es la señorita Mera, no es así? — Recordaba el nombre porque había sido llamado para hacer fotografías de ella en el evento de apertura de la exposición, curioso que se la encontrara en su "otra vida".
Podía entender la razón por la que se encontraba en ese lugar, el "mundo de la superficie" no tenía la mejor reputación y seguro que quería proteger de mejor manera los objetos de la exposición. — Bienvenida a New York, lamento no tener un hot dog y papas como un mejor recibimiento
La mano se la llevó por un momento al mentón para pensar, parecía ser que aquella persona no se encontraba ahí por pura casualidad. Ciertamente, ella le parecía un tanto familiar, por eso, la miro de arriba a abajo un par de veces, como si intentará el poder recordar bien si es que alguna vez la había visto antes.
— Soy Spider-Man y he venido a cuidar que no se roben lo que esta en esos contenedores — No necesitaba una presentación exagerada, ni tampoco que tuviera que tener un tremendo detalle acerca de la razón por la que estaba ahí. Avanzó unos cuantos pasos más hacía la pelirroja hasta que se detuvo a un par de metros de ella, solo esperaba que ella no considerada eso como una agresión.
Esa noche no fue la excepción, habían llegado más tesoros y desde la tarde se encontraba asegurándose que estuvieran muy bien sellados para evitar algún robo. Tras el transcurso de las horas, estaba por revisar el último de ellos cuando escucho una voz acercándose poco a poco a ella, se giro y fue cuando sus ojos se depositaron en la figura enmascarada que estaba frente a ella. —¿Disculpa? Yo no soy ninguna visita, ¿quién eres y por qué estás aquí?.— pregunto, desconfiada, pero preparada para actuar en caso de que fuera necesario.
Como parte de su nueva responsabilidad tras aceptar ser la embajadora de la nueva relación entre la Atlántida y la Tierra, Mera había acordado con algunos países organizar una pequeña exposición en algo que llamaban museos con objetos invaluables para su nación, con la intencion de que las personas pudieran conocer y saber acerca de las costumbres y la historia de los Reinos que se alzaban por debajo del agua.
Todo iba bien, pero estaba un poco nerviosa, aquellos objetos eran muy importantes para la historia de la Atlántida y en el fondo tenía miedo de que algo les sucediera, por lo que había insistido en supervisar todo lo más cerca posible.
[code]Esa zona estaba lejos de su área común de patrullaje, pero había una razón para ello, por la mañana vio en las noticias que se esperaba la llegada de varios contenedores de una exposición de museo llamada "El secreto de la Atlantida". Quizá se había vuelto "moda" debido a las noticias alrededor del hombre llamado Aquaman, pero la Atlantida se había vuelto un tema común de conversación en los medios y por eso, todo lo relacionado a exposiciones se comentaba.
Los criminales seguro que iban a estar a la orden del día y por eso se encontraba ahí, columpiándose de muelle a muelle ayudándose de las grandes grúas. Por la hora, pensaba que era momento de regresar, así que dio la última ronda, fue en ella que vio una figura cerca de algunos contenedores.
Aterrizó y camino hacía esa figura, una que tenía un brillante cabello rojo, uno que le recordaba a cierta persona, más prefirió contenerse. —[c=#003366][b]Hey hey, lamento informar que las visitas guiadas terminaron, pero puedo ll
