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Qué rápido se fue el dinero de la semana, apenas es martes.
 
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Los sonidos se entre mezclaban, la sirena cada ves se sentía mas carca y aquel joven a su lado trataba de calmarla al hablarle de forma cálida, pero Cotton no parecía calmarse de ningún modo. Estoy segura que mi mami no me dejara salir. Al menos no sola, dio un paso hacia atrás tomando una postura temerosa, aquellos hombres desprendían un olor nauseabundo no le inspiraban confianza, todo se debía no solo al aroma también se debía a la presencia de victimas inocentes persiguiendo a uno de aquellos hombre, un parasito por ponerle nombre. No iré con ellos... Si voy la patrulla. Colapsaro o tendrá un accidente una de dos opciones, pero ¿Como le explicaba eso a aquel joven? ya las personas son escépticas de nacimiento sobre todo algunos humanos, seria cavar una mini tumba para ella. No iré, no lo diré dos veces. No y punto.
a1583095 · 22-25, M
-Él era totalmente ignorante de la situación, y aún entendiendo las circunstancias de América no podría siquiera entender por qué alguien le tendría miedo a la ley, ya que su crianza en Europa siempre fue tranquila a pesar de haber crecido en situación marginal.- Cuando vuelvas con tu familia podrás ir, no te preocupes. -Le sonrió, lo único que veía viable en ese momento era mantener la calma y la buena energía para no alterarla más. Aunque si es verdad que estaba preocupado por las reacciones de la niña. No tuvo tiempo de contestar sus últimas palabras.- Creo que ya están por llegar. -Viró hacia la calle, paciente, en el momento en el que se asomaban las luces alzó una de las manos para llamar la atención de los oficiales y que así se pudieran acercar.-
Para Cotton que vive bajo tierra en un laboratorio perfectamente oculto, era desde su punto de vista, era una tontería intentar explicarles a aquellas autoridades o aquel joven el donde vivia, desconfía, desconfía demasiado. Su base de encuentros son nulos, y cuando se topa con alguien casi siempre están a un zona que abarca ciertos sectores donde puede llegar a su casa sin problemas, o que sus hermanos la encuentren. Solo... solo quería ir al parque de sakuras, pero n-no se donde queda. Frotaba sus ojos, parecía querer volver a llorar pero se resistía. Mami dice que se comienza ayudándonos nosotros mismos. Escucho como se acercaban algunas sirenas, por lo que miro al joven con incredulidad... Pues, le es caso perdido tendrá que huir de aquel lugar pues no dejara que la toquen.
a1583095 · 22-25, M
-Se toma el tiempo para analizar en más detalle las reacciones y el estado de la niña, ahora que lo pensaba tenía una tez muy particular. Sobre todo cuando la luz de la luna, tan intensa, se permitía ayudar a los débiles faroles cubiertos por ramas y hojas de los árboles.- Como mínimo te llevarán al hospital, ¿o a qué te refieres con "cuando te vean"? -El rubio guarda su móvil y se pone de cuclillas para que su altura sea más cercana a la de la niña.- Sé que la policía en este país puede ser un poco... intensa, pero si no confiamos en la ley, ¿entonces quién nos ayudará? -Su tono es suave y dulce, como una cucharada de miel. Las palabras son calmas y lentas, el tono está repleto de serenidad aunque él mismo teme por la seguridad de la pequeña. Cree que tal vez tenga algún trauma reprimido.-
Pudo ser peor, si pudo serlo ¿¡Eh!? Se percato que la luna empezaba a salir, adueñándose de los cielos ¡Tiene que ser una broma! Cotton temblaba como una hoja habitada por la fría brisa, cuando reconoció los pasos acercándose pero quedando solo a una corta distancia ¿De verdad ha llamado? Dio un respingo como si sus sistemas se alertaran, humanos ellos son crueles... Algunos les dan miedo, pero sabia que el joven posiblemente no fuera uno de ellos pero aun así se estaba enfermando. Ellos no ayudaran, una ves me vean no sabrán que hacer.
a1583095 · 22-25, M
-Al ver que ella se sentó, optó por no meterse de lleno en la tienda, sino apenas pasar el umbral de la puerta para consultar el número de teléfono, a lo que le respondieron en malos términos. Cuando salió fuera no parecía muy feliz, pero resignado ante la situación, prefirió dejarlo pasar. Ya estaba marcando.- Tranquila, pronto estarás en casa. -Atienden la llamada, por lo que el rubio se voltea con vista a la tienda.- Oh, hola, si. Quiero reportar una niña perdida. No, no es mía, la encontré en frente del 7-Eleven, cerca de Ted Wakings en South Central. -Se mantiene en silencio por un momento y le muestra un pulgar arriba a la niña. Entonces sigue hablando.- Bien, si, está bien. Esperaremos. -Y cortó, mientras guardaba su móvil viró de nuevo a donde estaba sentada la pequeña.- Parece que mandarán una patrulla. Tenemos que esperar aquí.
Asintió a sus palabras, tampoco es que tuviera muchos lugares a los cuales ir en ese momento; si lo hacia corría el riesgo de perderse mucho mas de lo que estaba, bajando con cuidado su cuerpo se sentó en la acera, pensando cuales fueron sus movimientos de ese día ¡Oh Dios la van a regañar!

Escuchaba los sonidos de las sirenas, los motores de los autos, la campanilla de una bicicleta... Y vomito, había aguantado mucho aquel sabor amargo o tal ves el miedo en si. Papi debe estar preocupado... Y si no me encuentran. Hablaba consigo misma mientras esperaba al joven, sintiendo las miradas curiosas sobre ella.
a1583095 · 22-25, M
-¿Tal vez fue demasiado intrusivo? Dio marcha atrás a su accionar y volvió a estar erguido, con una expresión preocupada. Definitivamente no puede reconocer qué la habrá perturbado.- Está bien, está bien. Puedes esperar en la puerta de la tienda, yo le preguntaré al vendedor. ¿Te parece bien? -Mencionó con un tono suave cuando ya estaba dando un par de pasos al local comercial que se encontraba a escasos metros, iluminando la acera con una tenue luz blanca.-
Ya estaba dando pasos hacia atrás, el terror se reflejaba en sus preciosos ojos sintiendo claramente la obligación a través del tono de voz del mayor. No quiere, no le gusta, es tan amarga esa sensación que tapo su boca como teniendo la necesidad de vomitar ¿pero que? trago en corto. Yo... perdón no quiero molestar.. yo hmm. Su voz se rompio quebrando cada una de sus palabras, sin saber si estaba bien o no tomar su mano.
a1583095 · 22-25, M
Oh, no no, no tengas miedo. Ven, le preguntaremos el número al de la tienda, ¿te parece bien? -El joven no quiere mantener contacto, sobre todo porque no confía mucho en la gente de ese país. Aún así le ofrece su mano con una sonrisa, ya que está de manos atadas ante la necesidad de hacer lo correcto.- Tal vez tu papá te esté esperando con chocolates y helado. ¿Quién más sino la policía podría ayudarte?

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