Su buen humor cambió repentinamente tras escuchar la petición de Zeus. Si bien sabía que era una orden y hablar más al respecto le haría enojar, no le importaba. Algo en su interior le daba el impulso de volver a mencionar a su hermana, quizás su curiosidad. Sin embargo, se frenó, no por hacer caso a sus órdenes, sino porque su mente ya creaba un centenar de conclusiones, cada una más dolorosa que la otra. ¿Y si lo había dejado porque la amaba aún? ¿Y si todavía la amaba? ¿Y si volvía con ella y el era un juego pasajero? ¿Y si era incapaz de prometerle eternidad por ella? No emitió sonido alguno, simplemente desvió la mirada y se recargo contra la cabecera de su asiento. Resistió las ganas de bajarse ahí mismo y simplemente cerró los ojos para fingir dormir.

@Hades ࿐: La forma en que mascullaba su reproche, sin lograr poder expresarlo de forma clara le hacía gracia. Era como un niño enfurruñado y era gracioso, por que se pensaría que el berrinchudo de la relación sería por supuesto el menor. De cualquier forma, no le importaba cumplir caprichos, ni consentir a su hermano. Se subió al auto, poniendo en marcha el motor. — No toques ese tema, ¿sí? No hablaré de Hera contigo. —No fue una petición, las ordenes para Zeus eran pan de cada día, estaba tan acostumbrado a darlas que salían completamente involuntarias, sin embargo, esa fue diferente, era clara y completamente irrefutable.

— Te dejo ganar, tampoco presumas tanto. — Omitió la parte donde admitía en voz alta que la razón de ello era su profundo amor por el. Se subió al auto, renegando por lo bajo, aunque le emocionaba la oportunidad de pasar tiempo a solas con él. — Me gusta cuando dices cosas así. Si me vuelves a dejar por Hera, te prometo que te castro. — Amenazó, aún bajo la creencia de que el otro se había ido para volver con su esposa.

— Siempre gano, definitivamente. —Alzó los hombros, abrió la puerta del copiloto, esperando que su novio subiera. Sabía que le debía un millón de paseos, aventuras, Zeus siempre había sido en gran medida, un gran deudor. Pero con Hades planeaba reveindicarse por completo de eso. — Aunque quisieras, no te lo permitiría de nuevo.

— No deberías cobrar por lo que no es solicitado. —Bromeó con una ceja alzada. — Aunque te pagaré solo porque fue un muy buen favor. — Su mirada se dirigió a las maletas que estaban preparadas y comenzó a reír. Zeus nunca hacía las cosas sin querer o por casualidad, después de todo era un rey y planear cada movimiento siguiente estaba en su naturaleza. Lo sabía porque él mismo era así. — Tenías todo esto ya decidido. Llévame, Zeus. Te seguiré a donde vayas, no pretendo perderte de nuevo.

@Hades ࿐: — ¿Qué otra cosa podría hacer? Nada en esta vida es gratis. —Dio un apretoncito cuando por fin unieron sus manos, guiñando un ojo para él. Se acercó de nuevo al auto, curiosamente, ya empacadas algunas maletas en la parte de atrás. — Estaba pensando, que quizás renovar la cabaña de la playa no sería mala idea. Quizás algo más boscoso...

— Ahora usarás tu aparente acto de heroísmo para cobrarme por él. Te conozco. — Le reclamó con fingida molestia, sus ojos alzándose para mostrar el blanco. Tomó la mano del ajeno a regañadientes, aunque en realidad la idea le fascinaba. — Vayamos a dar un largo paseo. No me vendría nada mal. —

@Hades ࿐: Aceptó de mala gana que su novio se apartara y alcanzó a disimular el ligero puchero que se formó tras su separación, por suerte. — Hey, te he salvado la vida, deberías de estar agradecido —Fingió estar ofendido, pero la sonrisita ya empezaba a marcarse sobre sus labios. Estiró la diestra hacía él, buscando su mano— ¿Quieres ir a pasear conmigo, malagradecido?

— ¿Qué quieres d... — Su pregunta fue interrumpida por los labios del monarca sobre los suyos. Entonces entendió. Las cosquillas en su estómago fueron la reacción que le indicó cuanto le había gustado aquello. Se dejó besar antes de separarse del otro, con una risa. — Rey Dramático. No cabe duda que te pertenezco. —

@Hades ࿐: —¡Ah! Espera, espera, ya te paso —Rápidamente, tomó a su novio por la cintura, acercó sus labios y en un exagerado ademán de preocupación, junto los labios con los ajenos, dejando un beso dulce y divertido.