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Zareen · 26-30, F
¿Frío?...no, en realidad conocía esa clase de juegos y está vez se trataba de uno del cual no era capaz de defenderse, no quería. Aprovechando la cercanía la rodeó con su brazo apegandola a ella, su corazón estaba agitado...¿Que diría si se daba cuenta?. Respiró, tragó saliva y levantó la vista al cielo. — Confías demasiado en mi, agradezco eso, Rosie ~
De inmediato se acurrucó contra ella. —Hace frío...— Susurró antes de escuchar su queja, no era capaz de negar todo de lo que se le acusaba, así que solo colocó su mejor expresión de inocencia. —En mi defensa, ser temeraria es divertido.— Estar así de cerca le daba el agradable calor que le faltaba, cerró los ojos y dejó escapar un suspiro. —Además, se que siempre estarás ahí para protegerme, por eso no tengo miedo...
Zareen · 26-30, F
Comenzó a reír pero eso se transformó en una risa nerviosa, el tan solo recordarlo le traía una sensación llena de preocupación que no pudo ocultar. Se aseguró de que pudiera recargarse en ella correctamente, discretamente movió su brazo para colocarlo tras ella, sin llegar a abrazarla. — Solo podía pensar de que manera iba a atraparte si caías. A veces he llegado a pensar que no tienes sentido de supervivencia...—
Soltó una risa suave, musical, y se frotó un poco contra ella, como lo haría un cachorro. Estaba contenta y nunca sonreía de forma más sincera que cuando tenían esos momentos a solas. Nunca le había dicho lo feliz que le hacía sentir, y no sabía si sería prudente hacerlo algún día.

—Cuidarme es ya suficiente trabajo. Como Italia... la vez que subí casi tres pisos por la escalera de emergencia del hotel para ayudar a un gatito. Creo que nunca te había visto tan preocupada.
Zareen · 26-30, F
No podía negar que tenerla tan cerca agitaba su corazón, había mucho tiempo intentado mantener al margen su vida personal pero su profesionalismo se había ido al carajo desde que esos escapes con su jefa fueron cada vez más y más frecuentes. Incluso ese momento era uno de ellos, Zareen solamente intentaba evadir la realidad, había algo definitivamente pero no tenía el valor de tomarlo. — No es trabajo si estoy a tu lado...— Carraspeo — Es decir, es muy... agradable estar contigo.
Quizás Zareen no entendía de todo su posición. Era fuerte y valiente, pero a ojos de Rosé, no era el foquito más brillante del árbol de navidad. No mencionó nada, simplemente sonrió, quizás había cosas de las que era mejor no hablar.

—Me siento mejor ahora.— Se recargó en su hombro y cerró los ojos, la brisa marina nocturna se sentía como una caricia en su piel. —A veces quisiera que todos los días fueran así de simples... también merecías el descanso, te doy demasiado trabajo.
Zareen · 26-30, F
— No eres una prisionera aunque los medios algunas veces te hagan sentir como tal. — Apoyo sus dos manos en la arena, desvió la mirada hacia el mar y respiró profundamente. — Una playa privada...no está mal, al menos nos permitió un pequeño escape de esos buitres. —
—A veces olvido como se siente divertirse... ¿podríamos quedarnos así para siempre?

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