YuiK1533361 is using SimilarWorlds.
Join SimilarWorlds today »
26-30, F
Rol tipo historia, ciencia ficción, fantasía, general, +18 (Con trama justificada y elaborada).
About Me
The Whiteboard is a place where people can send Gestures, Attributes, Images, Comments, and much more...
This page is a permanent link to the comment below. See all comments »
[b] Quizás en algún mundo de fantasías, más no aquí. No al menos ahora. [/b] Dijo con cuidado, con una sonrisa de lo más viperina por su inusual costumbre de la ironía como grandes armas para paliar lo absurdo de su vida, pragmáticamente rotando en esos sinsentidos que causa la vida, y que también las cosas que debe enfrentar. Una de ellas es la perfección de Yui, de su mano tomando la contraria. Se dejó llevar y guiar por ella, pero deshacerse en su piel jamás era tarea fácil aunque sus ojos, sus dedos también parecían moverse solos, la cuestión era totalmente opuesta: El mismo debía crear y dibujar las siluetas que sus manos han de trazar.

Dejaron el café y dejaron también el cuaderno, parecía que aquellos hábitos materiales que formaban indudablemente su carácter quedaban atrás, quedaban eclipsados por la tímida realidad de una pareja, una pareja de indudablemente jóvenes adultos que pese a vivir tantas horribles cosas, se entregaban al propio espíritu de lo que exhumaban de sus instintos más que su logica.

Seikichi rompería todo protocolo para su baño, no haría sus extensas rutinas de mantenimiento de piel, estiramientos y uso de bálsamos naturales para hidratar su cuerpo como una obra de arte la cual debe ser siempre todavía más pulida. No había nada de eso, no abriría frascos, sino que sus manos estaban dedicadas a dejar correr el agua de la regadera del baño y que el agua fluyera, sus manos más atrevidas que hábiles buscaban remover la ropa que cubría la piel femenina, cada extensión de tela era un enemigo al cual debía declararse la guerra. Seikichi dejaría que ella haga lo mismo con él de desearlo, mientras indudablemente se acercaba hacía el agua que corría tibia cual cascada.

Sus labios no encontrarán piedad hacía su rostro, sus comisuras, hasta finalmente sus labios en una suave presencia que equilibraba muy bien el surco del océano contra lo que antes fue una estoica boca que tanto poder podía exhalar, el Maestro buscará besarle como nunca antes, cargado de picardía al morder su inferior y jalarlo con casi brusquedad, casi violencia en ese tan primitivo acto -que antes indudablemente reprocharía- pero eran esos impulsos que recorrían su cuerpo los que le obligaban a obedecer a su instinto, y por qué no, el jubilo que trasmitía como libido.

Mientras, a una distancia que parecía trascontinental dado lo acontecido, un celular oscuro de pantalla táctil titilaba sin dudar, un numero sin agendar llamaba incansablemente, traducido en una conocida Omoe, cuyo teléfono Tanizaki tenía caprichosamente fuera de sus contactos para que en caso de llamarle, no sonará la notificación. Cuestión que por despiste se había olvidado de cambiar mucho antes de la situación de Yuichizaemon, por fortuna (o tragedia de ambos) ella poseía el numero de la Ermitaña y muy probablemente al recordarlo llamará a Yui, quizás en minutos.
 
Send Comment