—Al ser tan chiquito, era difícil el poder hacer su rutina diaria pero no pensaba dejarla de lado de todas formas. Atender a su hijo jamás fue más difícil, sin embargo era adorable que, aún siendo más pequeño, no dejaba él de ser mucho más chiquito y adorable, jugando con él, llenándolo de pequeños besos, dándole de comer y cambiándolo.—
Listo... ahh... ya me cansé. —Musitaba apenas, suspirando y besando la frente del menor, tumbándose con él, cuidándolo en sus brazos.—