— Cuando vio la escena y escucho la insinuación sobre el cuerpo de su esposo no dudo en quitarse la túnica para cubrir el mismo, fue en ese instante que lo abrazo contra suyo dejando una mordida en la mejilla de este.

— Mmnh...

Gracias~

—Agradeció aquel peculiar cumplido, aunque infló las mejillas un poco por no tener ahí a su esposo para presumir, dándole la razón al dragón y riendo leve.—

Si, mi esposo es bastante celoso aunque... no habla mucho~

—Ser sujetado de repente le hizo estremecer, mirándolo fijo y sonriendo por la caricia, terminando por abrazarlo por el cuello.—

¿Deliciosos?~
Eso implica que planeas devorarnos... o, al menos, a mi~

—Sonriente, suspiró al sentirle atacar su cuello, acariciándole los cabellos antes de observar de reojo al joven, riendo leve.—

Su esposo, si no mal entiendo~

—Hm... No había visto su rostro. [?]

Al tenerlo cerca, tomó sus caderas y metió los pulgares bajo la tela de esa prenda de una pieza que se ceñía a él, justo en la parte que cubría su ingle, acariciando su tierna piel.

—Tienen en común lo deliciosos que se ven en este tipo de prendas.

No se contuvo a besar y morder ligeramente la curvatura de su cuello, mirando a la reencarnación cuando habló.

—¿Tu pareja?

Si Lan Zhan ve esto, se pondrá celoso~

¿En verdad? ¿Cómo cuales?~
Evidenciando que ambos somos chinos~

—Musitó divertido, acercándose al mirarlo con curiosidad y saber a que se refería.—

Alzó las cejas ligeramente. Siendo un ser mágico, no era quién para negar las rarezas que le presentara el mundo; además, esta "rareza" no era menos que interesante.

—Ya veo... puedo ver unas cuántas cosas en común~

Mi reencarnación, según parece. Su nombre es Wei Ying, es un joven cultivador y... curiosamente lo que más temo, un humano~

—O al menos eso le han dicho, no sabe como tiene reencarnación si sigue vivo, aunque ya murió una vez en realidad.—

—¿Y él quién es?~