—Cuando logró salir de cama, se puso a atender los deberes que había dejado de lado por el celo. Obviamente no era irresponsable, sus hijos estuvieron a buen cuidado mientras tanto y, el recibirlos de nuevo en casa era una maravilla aunque también implicaba trabajo. Se puso a recoger, limpiar, cocinar y lavar ropas sucias, fue un día largo y apenas iba a atardecer, estaba cansado pero no faltaba mucho.—