—El cazador se siente acorralado. No puedo decir que me disguste tener el control.— Tomó el dispositivo con su diestra, alzándolo a la altura de su mentón mientras se relajaba en su sitio, recostándose ligeramente cruzó una pierna sobre la otra, aunque lo hizo de forma instintiva, como si la estuviese 'llamando'. —Además, molestarte se ha convertido en una de mis actividades favoritas.
Una de sus orejas tembló, frunció el ceño y bufó desviando al instante la mirada mientras se cruzaba de brazos. — En realidad te mueves mucho cuando duermes. No lo merecía pero parece que te divierte demasiado hacerme daño. —
Esa sonrisa le había tomado por sorpresa, le había hecho ponerse nerviosa, y que sus mejillas se encendieran, sin darse cuenta estaba demasiado cerca de ella, más agradeció que fuese la loba quien se apartara. Dejó escapar un suspiro y volvió a sentarse sobre el cojín. —Ah... bueno, si lo hice, seguramente te lo merecías.~— Canturreó, mientras una sonrisa entre arrogante y divertida se asomaba en sus labios.
Por un momento se perdió mirándola, ese aroma le invadió alterando sus sentidos, sonrió de la manera más torpe posible, cautivada. — Heh...— pero al caer en cuenta volvió a girar para ágilmente sentarse de piernas cruzadas en el suelo. — Presionaste el botón cuando te diste la vuelta. — Desvió la mirada, su mandíbula se notó tensa. Era realmente duro mantener el control ante a ella.
—¿De qué hablas?— Arqueó una de sus cejas y se inclinó para que su rostro quedara a la altura del de ella, que estaba boca arriba. Su cabello rubio caía a los costados de su rostro, acariciando el de la loba.
Permaneció inmóvil por un momento y tras unos minutos se quejó dándose la vuelta para quedar boca arriba. — Incluso dormida eres un peligro para mí...—
El estruendo la despertó de golpe, tomando de inmediato su forma humana, quedó de rodillas sobre el cojín con las manos apoyadas en el suelo, y la imagen de Kate inconsciente ante sus ojos.
—...¿En serio te quedaste dormida en el suelo de mi habitación?
