━ Las estrellas...

La sonrisa se mostró, cálida y natural. No mencionaría nada respecto a lo anterior, era el deseo que pudo contemplar solo con tal frase, a lo que esa serpiente pudo reír, con la diestra paseando sin pudor sobre la figura contraria, hasta poder quedar contra la mejilla.

━ Está bien, veamos las estrellas, Vanya.

Quedó sin palabras, sólo pudo sonreír con cariño luego de ese pequeño y agradable beso. Contradecir los pensamientos de Kasha no era una opción, por lo que la rubia cambia con sutileza la conversación, guiando las manos hacia la espalda ajena.

— Quisiera ver las estrellas contigo esta noche.

━ Es cierto que lo soy, y también es cierto que no deberías clamar perdón. Porque tú, mi pequeña distracción, vales todo el tiempo que pudiera tener.

Suaves caricias que responden a las opuestas al usar los pulgares, serena y paciente es que incluso sus labios roban otro beso, corto y fugaz, antes de la mirada volver a regalar. Imposible que, después de todo ello, Vanya resultara un mal en su existencia.

— Tu eres una deidad y como tal, me siento una distracción para ti. Por eso me disculpo, pero no me arrepiento.

Sus manos brindaron caricias en esa suave piel. Sentir su toque a la vez, le quitaba algo de culpa y llenaba el pecho de la dama con un agradable calor.

━ ¿Por qué disculparse, cariño mío?

La sonrisa salió, es un hecho que no existen arrepentimientos, la idea de quedarse con Vanya era una decisión única que valoraba. La contempló, breves segundos únicamente, todo para poder recibir el nuevo beso. Sus manos por igual, lentas fueron al pasar sobre la cintura, hasta finalmente rodearla.

— Lo siento.

Susurra, de pronto sintió que era apropiado disculparse. De todas formas no detuvo sus acciones, permitiendo que las manos dejasen caricias por los brazos de Kasha hasta elevarse a los hombros. Luego del beso que encantada recibió, pudo sonreír y brindarle otro igual de dulce.

━ ¡Haha! Lo soy, lo soy, una gran y temible diosa que terminó encantada por ti. ~

Había reído por igual, era un escenario que podría ser extraño para cualquiera, incluso para sí misma al inicio. Las intenciones le eran claras, y Kasha con mucho gusto iría tomando postura sobre el cuerpo de su rubia, con el capricho de apegarse a ella, e incluso robar un corto beso.

— Pero no es el caso. Eres el único ser que me resulta interesante en todo aspecto, ¡eres una diosa después de todo! ~

Lo mencionó con alegría, admirandola y entrecerrando sus zafiros al sonreír. La rubia se apoderó de esa suave mano, jalando despacio atrayendo a Kasha un poco más sobre sí.

Una pequeña risa escapa de sus labios, tan encantada del pequeño gesto que no se contuvo de alzar la mano restante, y así con sus dedos brindar una gentil caricia sobre esa suave mejilla.
Es un hecho que entre más tiempo comparten, más encantadora le resulta ella.

━ Haha. ~ Me entristecería si fuera lo contrario.

Tan maravillosa era a sus ojos, que mostró de inmediato una sonrisa cuando ella se aproximó.
Vanya se hizo del impulso propio y dejó un beso suave en la mano de la azabache.

— Lo estás logrando.