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ZarethCyph · 26-30, F
La mujer era detallista con la rubia, observó que la contraria miraba el regalo con cierto esfuerzo, recordó la salida que había tenido con ella, la platinada volvería a brindarle un poco de "luz" a sus ojos. Las marcas de Zareth volvieron a brillar y está poso su mano, su palma contra los ojos de la rubia para brindarle nuevamente aquella visión nocturna con tonalidad azulada en aquella penumbra, Zora retiró su palma de los orbes ajenos.

— Me parece que ahora sí puedes verlo con más detalle.

Una sonrisa ladina se fijó nuevamente en la respuesta de ella con el regalo que le había brindado.
Es el comentario que le hace sonrojar suave, apartando la mano para comprobar el accesorio en su muñeca. No podía darle la razón, porque sencillamente no veía muy bien. La dama tenía una teoría sobre si misma; cuando su estado de ánimo era decadente, sus funciones se volvían torpes y eso incluía la vista.

— Confío en tu criterio. Gracias por este obsequio, también por el paseo y por...tu bondad hacia mi. Tal vez no la merezco, pero la aprecio.
ZarethCyph · 26-30, F
— Suena como una sorpresa.

Miraba en calma a la rubia sonriendo sutil, cerró sus ojos moviendo su mejilla en esa palma que aún le sostenía.

— Estaré, Vanya, verás como cuido del hogar que me permitiste estar, lo haré vivible para ti olvidando el pasado que percibiste alguna vez. Vanya... La pulsera hace juego contigo

Diría mimosa admirando cómo le quedaba en su muñeca, el paseo por el bosque estaba tranquilo y fresco en aquella noche.
— ... No me gusta esta sensación.

Junto a su respuesta, dejó que sus dedos brinden una caricia a la mejilla de Zora.
Suspiró profundo, tanto que su pecho lo reflejó. La tensión que sentía dentro parecía no querer desaparecer.

— Volveré a verte el próximo invierno. Cuando regrese al castillo, si estás allí, entenderás a qué me refiero con las ataduras.
ZarethCyph · 26-30, F
Observa a la rubia luego de colocarle ese regalo, el dije era color azulado claro como los celestes de Zora.

— Nadie está atado a ti, Cariño...

Tomando esas manos dejo una caricia con sus pulgares de forma lenta. Dejo un beso al dorso sin quitar su mirada de ella.

— Pero deseo en algún momento de mi vida, volverte a ver

Toma esa mano de la rubia para posarla en su propia mejilla admirando la belleza de esa mujer.
Muda observó aquel delicado artefacto que adornaba su muñeca. Era impensable mirarlo, temía que un día dejase de brillar y allí sabría que Zora estaba muerta.
Alzó su vista, no le era complicado observar el rostro de la mujer a quien tocaba ahora con ambas manos.

— Me gustaría que pudieras ser feliz. Atarte a mi es hacerte daño...
ZarethCyph · 26-30, F
— Comprendo.

Caminaba en silencio con ella a su lado, el silencio no era pesado, era relajante.

— En el gremio damos algo en específico a quienes nos relacionamos y significan algo.

Se detuvo sacando de sus prendas un dije corto y compacto, se lo extiende al frente buscando su muñeca.

—De tobillera o en la muñeca servirá, es un comunicador, sabrás cómo estoy porque brillará, si deja de brillar es porque morí y si necesitas que vuelva a ti para ayudarte o cuidarte, solo tienes que pensar en mi esto hará que me llames.

Al terminar de colocarlo observa a la rubia.

— Conociéndote evitarás la idea de llamarme pero espero que entre esa terquedad, escuches a tu querer y necesidad para poder invocarme alguna vez.
— Quédate así, por favor.

Rectifica su intención de estar cerca en esa caminata donde ambas estén a la par. En medio de la oscuridad, la esencia lumínica de esos ojos le traían cierta calma y por eso Vanya podía relajarse, suspirando.

— Al sur. Hay un lugar que me pertenece allí, el sitio perfecto para comenzar mi nueva vida.
ZarethCyph · 26-30, F
— ¿Quieres que me mantenga con mi apariencia humana? Pensaba llevarte y correr como la última vez.

Los celestes de Zora estaban brillantes como cada noche que salía, era parte de su visión nocturna.

— ¿A dónde irás?
— No puedo verlas, pero el aroma es muy agradable... Huele a jazmín.

Los pasos eran lentos, la visión de Vanya era escasa como cada noche, pero se aseguraba de caminar junto a Zareth. Era una noche sin viento, ni siquiera podía percibirse una brisa.

— Prefiero de este modo. Me agrada sentarme sobre tu lomo, no me mal entiendas solo que quiero mantener éste recuerdo.

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