━ ¡Vaya! Que cosas dices, me dejas sin palabras, solo encantada. ~

Dramatizó ligeramente la situación al llevarse la mano libre hacia la mejilla, aunque por muy exagerado que pareciere, sus palabras eran ciertas, ¿había palabra de esa rubia que no endulzara sus sentidos?
Sonreía al momento que la vista se desvía hacia quién le brindaba compañía.

━ ¿Virtud? ¿Quizá mi implacable belleza?

Agregó con una risita, una sencilla broma dicha. Luego suspiró.

━ No tengo una respuesta a ello, Vanya. Después de todo, nunca me vi en la necesidad de pensar sobre ello, no tuve la suficiente curiosidad para cuestionármelo.

— Tienes razón. Aunque, el egoísmo es un sentimiento natural... Soy egoísta en ocasiones. Lo soy en este momento, en el que te robo los minutos porque quiero estar contigo. ~

Emite una pequeña risa, creyendo en lo que decía. Podía ser egoísta si deseaba algo, justo como los humanos.
Su postura relajada y amable se mantenía paso a paso y en ocasiones bajaba la mirada hacia las manos unidas. Causaban una sensación de extraña protección en Vanya, no se lo explicaba aún.

— Kasha, dime por favor. ¿Cuál crees que es tu mayor virtud?

Un hecho cierto era, entre más segundos transcurrieran, era más elevada la idea de encadenar halago con halago, un sinfín de comentarios que se podría guardar deslizan en sus pensamientos cada que iría a dirigir su palabra a Vanya, ¿qué era ese encanto natural que la tenía tan interesada? Le intrigaba, y asimismo, le hacía anhelar por más.

━ Esa felicidad tuya me basta para estar contenta. ~

Tan pronto como habló, dejó ir una nueva risa ante esa obvia verdad. Asintió entonces, la idea de humanos en plena envidia era divertida.

━ Tenlo por hecho. ♡ Las personas pueden ser eso y más, el egoísmo humano no tiene límites.

Cada palabra de Kasha parecía ser cuidadosamente seleccionada para cautivar a Vanya. Sabía cómo expresarse atrayendo con su lenguaje y por supuesto, su mirada era hipnótica.
El corazón podía ser un reflejo de muchas emociones; la mujer lo sabía porque compartía esa particularidad con los humanos. Ante emociones fuertes, su corazón bombeaba más rápido y eso sucedía al estar cerca de esa majestuosa criatura.

— Si mi rostro es de tu agrado, puedo darme la libertad de sentirme feliz.~

La observaba con serenidad y encanto hasta oír las siguientes palabras y apartar el mentón. Volteó su mirada al frente, asimilando lo que oía, nuevamente emocionada.

— Me parece que cualquiera sentiría envidia de nosotras, si nos observan caminar con el gusto de estar juntas.♡ La gente puede ser celosa y malintencionada; ¿verdad?

Había estado atenta como antes, cada pequeño movimiento era cautivante, pero jamás imaginó que incluso hubiera un apego incluso mayor del que imaginó, un tacto del que no podía incomodarse, ni siquiera molestarse. Aunque no lo pareciera, la mayor se encontraba incluso halagada de que Vanya decidiera crear esa nula distancia.

━ ¿Tu rostro? Luce tan hermoso como la primera vez que te acercaste a mi. ♡

Tal como se lo pidió, ella la había observado al virar suave su mirar, ¿cómo perder la oportunidad de contemplarla más de una vez? Le gustaba ese aspecto, mas su atracción resultaba mayor a esa forma de expresarse, lo que era ella en su totalidad.
Fue entonces que pudo reír con suavidad, sus ojos se cerraron cuidadosamente.

━ Ahora míranos, querida Vanya. Cualquiera que nos mirase puede tomarnos como una feliz pareja en medio de un paseo. ~

Kasha no lo sabía, pero la mujer a su lado quedó encantada con ese beso tan delicado y sutil. Se sentía como las jóvenes que describían sus libros en antiguas historias de amor, donde los gestos bastaban para cautivar a una chica ingenua.

Pero Vanya no era ingenua; sentía fascinación por esa mujer que veía como a una diosa.
Se atrevió a no sólo caminar tomando su mano, también inclina su cuerpo más cerca, dejando el mentón sobre el hombro ajeno y presionando su armonioso busto en el brazo de Kasha. A pesar de sostenerla así, suave y cerca, caminó con ella.

— Haha.~ Mírame, ¿cómo luce mi rostro? Por ti, siento que está ardiendo, y no tengo problemas con ello. ♡

Kasha invandió sus propios pensamientos cuán parpadeo, cuentos antiguos y algunos recientes sobre gestos que demuestren un actuar galante, algo que puso a prueba al inclinarse, suave como delicada, alzando también esa mano sostenida donde plasmó un sutil beso al dorso.
Fue un simple capricho propio, un deseo por un pequeño probar, saber como era la sensación de esa clara piel al contacto con sus labios, así fuere solo la comisura, se sentiría satisfecha.

Fue pronto que su porte vuelve a ser firme, con ese natural sonreír que adornaba solo apreciando a Vanya, así, girando suave su cuerpo, señal de que su pequeña travesía daría inicio.

━ Oh my, harás que mi rostro pase de la palidez al rojo en un solo suspiro. ~

Una radiante sonrisa alumbra el rostro de esa mujer que sentía la maravillosa sensación de ser aceptada por Kasha.
No sólo eso, sus palabras fueron aceptadas y con gusto estaba dispuesta a permanecer en aquel lugar desconocido, si podía estar a su lado.

Serena aceptó su mano, acomodandola sobre la suya hasta sujetarla, siendo evidente que caminará con ella de esa forma. Así deseaba que fuera.

— ¡El tiempo que tu quieras! Muéstrame, llévame contigo y continúa hablándome de ti, por favor.~

Se había acomodado de un modo que pudiese apreciar a más detalle la figura femenina tan cercana a si misma, una vez más la observaba a gran detalle, algo tenía esa rubia que le hacía inevitable el apreciarle con lujoso cuidado, como si fuera la primera vez que lo hacía en cada pequeña situación.

Le eran curiosas las sensaciones que tal fémina le provocaba, se intensifican una vez la tiene tan cerca, incluso el comentario escuchado se sintió como un sutil revuelco de emoción.
Se había levantado, la expresión propia dejaba en claro su agrado por esa compañía, tanto que, la serpiente extendió su diestra hacia Vanya, una gentil oferta a tomarla.

━ Siendo tú quien me visitará, querré que sea un rato muy largo. ♡

Vanya se levantó de la silla, moviendo el largo de su vestido hasta considerarlo en condiciones para caminar, acercándose con su elegante andar esos pocos pasos que la separaban de Kasha.

Quería saber más de ese sentimiento que la dama frente a sus ojos provocaba en ella.
¿Era algo por encima de la admiración? ¿Un sentimiento más profundo que la simple curiosidad? Porque las señales de su cuerpo le decían que sí, y por ello no esperaría a ser olvidada y nunca cumplir esa promesa.

— ¿Por qué aguardar y ser víctima de la ansiedad? No quiero eso para ti, o para mi. Podemos cumplir la promesa en éste día; puedo ser tu compañía en tu hogar por un rato. ♡