Instaló entre ellos un breve silencio, para que la música hiciera eco en el salón nada más pero le fue imposible contener su comentario filoso, siempre con su delicada expresión en el rostro.

— Todos los hombres alardean sobre eso, luego la realidad es diferente pero, tienes razón. La danza es una invitación a la intimidad, así como otras cuestiones.

Vanya ríe por lo bajo, mirándole para después suspirar.

— Saldrás de aquí con un método aprendido. Alégrate por eso.~

— Simplemente... Me adapto...

Y no es que fuera bueno, realmente en algunas ocasiones se podía ver como su mirada bajaba a ver sus propios pies, aunque también no negaría que cada que lo hacía aprovechaba un poco para ver el cuerpo de la mujer, pero su mirada siempre terminaba ante los ojos opuestos.

—Además, escuché que el baile es una incitación al apareamiento. Y en eso si tengo experiencia.

— Así, muy bien...

No eran palabras en vano. Ella lo notaba, se movía bien para ser un principiante y cariñosamente le animaba con la sonrisa presente en los labios.
Vanya no sabía con certeza quién era ese caballero o su verdadera naturaleza, pero no era un hombre común y esto bastaba para querer bailar esa pieza con él hasta el final.
Con gracia seguía el ritmo marcado por su compañero de baile, aunque por iniciativa propia dio una suave giro tomándole de la mano.

— Dijiste que no sabías y ahora tengo preguntas. ¿Mentías, o eres un bailarín nato? ~

La mirada no tocó el suelo antes de volver a enfocar sus ojos color violeta en los ojos opuestos, los movimientos siguieron un ritmo lento, si bien no era alguien que supiera moverse en la pista de baile. El simple hecho tener un contacto con el cuerpo de la mujer provocó una reacción en su mente, como si supiera lo que ella deseaba.

—¿Así?

Cuestionó, ya que no sabía si realmente estaba bailando o si solo era una serie de movimientos aleatorios que lo estaban haciendo quedar mal y ella solo se burlaba de uno de los mas grandes príncipes del infierno.

Si no tuviera las manos ocupadas al sostenerse del varón, ya le habría aplaudido por su rápido aprendizaje. Se dejaba guiar, con pasos suaves cuando sus tacones tocaban el suelo en cada desliz de ese baile.

— ¿Debes? Oh claro, por supuesto. Es tarea del caballero...

Vanya ladea el rostro. Faltaba algo, era evidente que le él evadió su mirada. Por eso en un cariñoso tono hace su petición.

— Mírame a los ojos. Es importante conectar con tu pareja de baile. No seas tímido...

—Largo, corto, corto...

Como si se lo aprendiera, llevaría la mano libre a la cintura de la rubia, marcando el primer paso, moviéndose hacia la derecha esperando que ella avance con él al mismo ritmo. Si bien no es alguien que conoce esas tradiciones humanas, debía de ir ingeniándoselas para encajar en este mundo.

— Yo debo guiar... Tengo entendido... ¿No?—

Notó la sonrisa de la mujer a lo que solo giró el rostro para no verla directamente.

— Sólo debes recordar la secuencia. Largo, corto, corto.

Observó la mano ofrecida, la tomó pronto en un agarre seguro dejando su zurda libre en el hombro del hombre.
Luego acerca su cuerpo a él. Sonreía tanto por bailar con alguien después de un largo tiempo...

— Gracias.~ Ahora sigue mis pasos, lo haré despacio mientras escuchas la música.

Extiende su mano izquierda hacia la mujer llevando la palma de la mano mirando al techo esperando a que la tome. Con un tono de voz irritado y girando los ojos de manera agotada dejaría salir en un tono pesado. —Te dije que no sé hacerlo. ¿Me enseñas?