-Una vez sentada a su lado el esqueleto guardó silencio mientras esperaba que la jovencita pidiera su orden, se limitó a acomodarse en su puesto, apoyando ambos olecránones sobre la tabla de madera para mantener los antebrazos en vertical y apoyar la mandíbula sobre los carpios expuestos, descansando con la columna encorvada y una expresión calmada y somnolienta al tener sus cuencas orbitales entrecerradas cuales párpados.- “… Heh, es ciencia.” –Replicó a su cuestionamiento con un tono simplón y sin devolverle la mirada a su compañera, mofándose del desconocimiento de sus propios misterios.- “Quizás si estudias y mejoras tus notas un día puedas descifrarlo por tu misma, sé que no eres una chica boba… En fin.” –Agregó burlesco mientras cambió su atención hacia el mesero.- “Ya oíste a nuestra socia, Grilbz. A mí tráeme lo mismo.” –Pidió con soltura al “flameante” propietario del local y este asintió y se fue a la cocina en silencio; Como era de costumbre muy reservado con las líneas que dice. Mientras tanto el comediante devolvió su despreocupada y perfilada mirada a la niña caída y sin resquemor o intenciones de ser hiriente le preguntó.- “¿Qué es lo que pretendes?… Te diré que no sé qué sentir con respeto a ti… Sé que Frisk confía en ti y normalmente confío en sus decisiones, pero esta vez…” -Pausó para agregar suspenso.- “¡Me da mal ESPINAZO!” –Se escucha un pequeño solo de batería rítmico en el lugar, sin embargo pareciera pasar desapercibido por los comparecientes a excepción de la pareja; Un trivial misterio más a su largo repertorio.- “Heheheh, no te lo tomes mal, compañera. Solo quiero que seas honesta… Después de todo.” –Interrumpió su habla momentáneamente con un suspiro pesado y luego procedió con un tono serio.- “No creo que todos esos malos ratos que pasaste conmigo no fueron por nada, ¿O no?”
“…”
“…Debes tener tus razones para haber hecho esas atrocidades, ¿Te manipularon? ¿Te forzaron?...Si eres capaz de demostrar cariño por tu familia, los Dreemur.” –Afiló levemente sus “ojos”, analizando de manera inquisidora las expresiones faciales de su invitada con una firmeza inusual- “Heh, no puedo tragarme la idea que seas simplemente malvada.”
-Devolvió su faz a su sencillo y tranquilo estado, mientras de manera torpe rompe la postura y el sopor de sus brazos para enderezar la espalda y extraer del bolsillo de su sudadera con la diestra lo que pareciese ser una rosada peineta de plástico.- “Soy todo OÍDOS.” –Dijo con su aburrido barítono a la vez que empezó a deslizar el objeto por su blanco y liso cráneo, como si peinara un cabello invisible y entre aquel errático y ridículo gesto, agregó con su grave y apaciguada voz.- “Y no me TOMES EL PELO.”
[code]Pesadillas, oscuros sueños que le atormentaban al menor de los hermanos, noches de sopor en las que los sobresaltos de aquella "realidad" tan palpable le hacían despertarse en medio de la noche ¿que era todo aquello? un nudo en su traquea se hacia presente, pasaba la palma de su huesuda mano por su cráneo limpiando unas cuantas gotas de sudor. No pudo evitar llevar la mano libre a su cuello como si tratase de verificar que todo aquello era solo producto de su imaginación.
━ ¿QUE...QUE ES ESTO?
Imágenes en flashback golpeaban tintileante el interior de su cabeza, una pequeña niña de cortos cabellos cafés estaba postrada frente a él, su figura se distorsionaba con cada abrir y cerrar de sus cavidades oculares, apareciendo otra muy familiar, pero no podía ser ella, jamas le haria daño. Aquella persona cargaba un pequeño cuchillo en una de sus manos y su mirada le penetraba, ojos rojos como la misma sangre, el joven esqueleto retrocedía ante la sola idea de empezar un enfrentamiento. Pero para su sorpresa la pequeña iba avanzando y en unos segundos un dolor punzante que quemaba como el mismo fuego le recorría las cervicales, su vista se nublaba y sentía como su cráneo iba despojando su pero de su cuero, llevándose consigo la bufanda rojiza que siempre cargaba
━ ¡YO CREO EN TI! ¡INCLUSO SI NO LO CREES!. LO... PROMETO ━
Se decía a si mismo mientras sonreía ahogando un leve sollozo. Todo aquello solo había sido una terrible pesadilla.
-El esqueleto se quedó callado escuchando a la chiquilla, con las manos en los bolsillos de su sudadera y una mirada un tanto somnolienta. Terminado su discurso, simplemente alzó sus húmeros y le dedicó una sonrisa simplona, finalmente rompiendo su silencio con un comentario humorístico.- Heh, Tori se queja de que comes mucho chocolate, así que a lo mejor deberíamos cambiar tu gusto por una comida chatarra… Con otro gusto de comida chatarra. –Pausó un instante.- Heheh, bueno pequeña, tu sabes cómo van los “atajos.” –El esqueleto aún con las manos en los bolsillos caminó tranquilamente hasta ubicarse en un lado de la muchacha, parándose paralelo a ella.- Let’s go. –Apenas termina sus palabras súbitamente el esqueleto se desvanece en un abrir y cerrar de ojos, sin embargo, no se llevó a la pequeña consigo. Esta quedaría de pie en su habitación en soledad, habrán pasado un par de segundos y nuevamente Sans aparece al lado suyo de manera repentina y soltó una pequeña carcajada.- Heheheh, te la creíste kid, ahora si vamos. –Pone una de sus cadavéricas manos sobre el tope de la cabeza ajena, aplastando sus castaños cabellos contra su cráneo de manera efusiva.-
Heh. –El esqueleto manifestó su magia azul nuevamente, aquella que nace de su cuenca orbital izquierda y le permite alterar el espacio y tiempo a menor escala, con tan de solo sobrescribir los “valores de entretenimiento” de la realidad, cambia las coordenadas espaciales de sí mismo y la jovencita. Ante los ojos de la menor solo alcanzó a percatarse en ínfimas fracciones de segundo un vacío infinito acompañado de una especie breve y agudo tintineo que da inicio a una explosión llamativos colores en el centro de su campo visual acompañado de una tibia sensación térmica; Ahora se hallaban pasado la puerta principal del famoso local “Grillby’s”, la taberna favorita de todos los monstruos.
Como siempre, el escuadrón canino de los ex-guardias reales se hallaban circulando una mesa entretenidos por una partida de póker y también eran siempre los primeros en saludar con aullidos y ladridos amigables, además de ellos, se hallaban todo tipo de monstruos de curiosas formas y voces, que también saludaron al esqueleto con entusiasmo cuando se abría paso por la habitación hasta el otro extremo donde se haya el mesón detrás de cual atendía el legendario cantinero en llamas. Se sentó en una banca y esperó que la niña siga sus pasos para sentarse junto a él en la banca continua, en tanto disfrutaba la divertida música que salía de la rockola y el olor excesivo de frituras y cánidos; Realmente se sentía en casa.-
Percibió su presencia cada vez más cerca, ayudada por el sonido que hacían los pasos de Chara, como también el volumen de su voz. Tal como ella decía; aquellas flores no eran un adorno, sino más bien una dolorosa maldición que emergía a través de su carne con falsa inocencia.
Eran hermosas, sí. Pero su existencia le drenaba la vida poco a poco.
Confundida, se quedó en completo silencio. Chara Dreemurr. ¿Cómo es que Toriel jamás hizo mención de su nombre? Y más importante aún, ¿por qué también Flowey calló? El último paso, el más pesado, erizó los vellos de su nuca, y con la poca fuerza que le iba quedando apretó fuertemente las mangas de la chaqueta que la protegía del frío. Sentía como que aquella voz que segundos atrás apaciguo sus miedos, se convertía en algo inquietante; peor a cualquier encuentro.
Frisk tragó saliva amargamente, sin comprender del todo que pasaba, ni el porque de tan repentino temor. Su mundo se reducía ahora a lo que podía oír, y al vago tacto que aún conservaba a través de las flores emergiendo por su piel. Aquello que la inquietaba escapaba a sus sentidos: probablemente se trataba de su intuición.
━ Yo... ━hizo una pausa para respirar. Desde que salió de Snowdin se había visto obligada a forzar la voz para comunicarse. ━ No lo sé.
Hizo una pausa, tosió, y de inmediato retomó el flujo de sus palabras.
━ Pero... crecen cada vez que despierto. ━dijo, sin detallar a qué apuntaba esa palabra.
¿Gemela, eh? ... -Aquel tono monótono y grave resonó en la oscuridad que abunda entre las paredes de la habitación del humano a altas horas de la noche; Inconfundible, quizás cuantas veces hubiese oído la voz del monstruo esquelético antes de un desenlace sangriento. Entonces entre las sombras se presentó, caminando lentamente y revelando su pequeña silueta al acercarse al débil foco de luz que suponía la ventana de la pieza; Como siempre, manos en los bolsillos, una sonrisa brillante y perpetua y su casual y descuidada forma de vestir, sin embargo el atisbo de horror se reflejaba en sus cuencas orbitales, de pupilas desvanecidas para dejar en su lugar un inquietante vacío.- ... Hay algo que no me deja dormir bien últimamente... ¿Qué pretendes, amiga? –Dijo hostil a la vez que detuvo su andar, quedando a escasos metros del catre donde yacía el cuerpo de la muchacha.- … Heh, quizás esté dándole un susto a un niño inocente, pero… Tus ojos, nunca los olvidaré, no importe en que universo alterno estemos; Sedientos de poder y determinación…. Los ojos del asesino de mi hermano. –habló con un dejo de amargura y apenas terminada la premisa súbitamente arrancó la mano del bolsillo para extenderla con dirección del anfitrión, con las falanges abiertas y enseñando lo que suponía ser su palma, donde realmente se veía el conjunto de carpios y metacarpios, ese fue el instante donde el alma de la niña se tornó azul y un fulgor parpadea en el agujero izquierdo que suponía ser el ojo del esqueleto, alternándose entre matices azulados y amarillentos.- ... -Guardó silencio un momento ante la tensión de la situación, sin embargo recompuso su momentáneo arranque de ira para deshacer el agarre dominante que poseía sobre la ánima ajena y retornar sus ojos a la normalidad.- Heheheh, no puedo hacerlo... ¿Sabes? No quiero pelear ni nada por el estilo, esos días quedaron atrás ¿No? -Dijo bonachón, bien discordante a su postura anterior ante la chiquilla.- Además... bien sabes lo que sucedería ahora que tu LV es 1, heh… -De alguna manera logró cerrar una cuenca para simular un simpático guiño de ojo.- Mejor vamos a Grillby’s, yo invito.
¿Diez? ¿Doce? ¿Más de veinte, quizás? Siquiera ella sabía el número exacto de veces que lo había intentado ya.
Muchas seguramente, a juzgar por el número de ranúnculos creciendo sobre su piel.
Esta era, sin embargo, la primera vez que una voz tan suave acariciaba sus oídos, y la sacaba del letargo en que se consumía cada vez que Flowey y Sans se hallaban lejos.
Chara. Repitió para si misma, irguiéndose en dirección (o al menos, dónde estimaba) se hallaba la dueña de esas palabras. "Chara", se dijo una vez más. Era un nombre nuevo, y a su vez, infinitamente familiar, aún cuando no supo constatar el porqué.
Su rostro se inclinó un poco, y dentro de ella la curiosidad floreció. Ese modo de saludar... ¡era el mismo de Flowey!
—Chara. Ese es un bonito nombre. —saludó, agitando suavemente su mano de un lado a otro. —¿Eres también amiga de Flowey?
-Sus lagrimas no paran, era un mar de sentimientos en el corazón de Asriel, hasta el habia llegado al punto de aceptación en que no vería más a su querida hermana humana adoptiva, no le importa de lo que digan de ella o de los rumores que cuentan de la primera niña caída al sub-suelo, solloza empapando el suéter y posterior el pecho de la pequeña Chara. Asriel se relajo con el abrazo y palmadas en la espalda, poco a poco sus lagrimas van desapareciendo con la calma que siente de parte de su hermana, dio una exhalación lenta antes de hablar, su voz seguía aun con los sentimientos de nostalgia.-
Lo siento Chara...
-No se queria separar del abrazo, utiliza las mangas del suerte verde para secar las lagrimas que quedan en los ojos, una sonrisa de felicidad se aprecia en los labios del cabrito, lo único que desea se volvió realidad, la mano diestra de Asriel fue a parar en la mejilla rosada de la humana, su mano ahora descansa en donde se menciono sin haber puesto alguna fuerza más.-
¿Como regresaste...? M..me alegra verte otra vez Chara, extrañaba mucho a mi hermana.
-Asriel no se lo podría creer, su sueño de que su hermana y a la vez mejor amiga regresara de la muerte para estar juntos por segunda vez en esta vida, el no lo dudo en ningun momento corrio hacia la pequeña humana que es del mismo tamaño que del crabrito de 12 años de edad, lo primero que ha hecho al ver a su hermana adoptiva fue en abrazarla, un abrazo fuerte, unas fuerzas que tiene oculto pero jamás lo utiliza por ser alguien timido y amable, sus ojos se llenaron de lagrimas, no eran lagrimas de tristeza, si no de felicidad, incluso su voz sono quebrada ante el llano que da.-
