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— La despertó la luz solar al colarse entre las ventanas, vaya noche para loca; seguía con el cuerpo adormilado por lo que le tomo un poco más el funcionar correctamente, mientras de soslayo miraba a su hija dormida a su lado.—
 
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Asintió. Si mami dormí bien comoda.— Un aroma llego a sus fozas nasales llamando su atención de manera repentina; nunca había percibido un aroma de esa magnitud. Quitando sus manos de su rostro más especifico sus ojos miro aquel caramelo en las manos de sus madre y lo señalo. Mami ¿Que es eso?—
Ahora que lo piensa seguro deberá poner una etiqueta al frasco para que Kin no los coma por error, pensando que son unos dulces comunes y corrientes; destapó el frasco escuchando a su hija despertar.

Ohayo~ muñequita si ya es momento de despertar ¿Has pasado una buena noche?

Colocando de lado el frasco, lo movió para que cayera en la palma de su diestra un caramelo, así ya obtenido el caramelo cerro el frasco y lo guardo en uno de los compartimientos de su cola de Escorpión, beneficios de haber visto a su padre hacer lo mismo pero con su mascara. Tomo una bocanada de aire recordando las palabras de su abuelo, debe tener cuidado y sobre todo evitar que su hija cree un adicción por dichos caramelos, pero primero fue con ella y le dio su beso de buenos días en la frente.
Eventualmente al sentir el desprendimiento de su madre; es decir, que ya no estaba a su lado, comenzaría el proceso para despertarse liberando a su peluche Kiki de entre sus brazos para estirar su cuerpo entre las sabanas, tanteando con sus manos en busca de su papá. Hmm mami, papi ya es hora de despertar.— Si fuera por ella se quedara entre las sabanas pero al non sentirlos era momento de levantarse, sentando su pequeño cuerpo en la cama mientras estruja sus ojos.
Oh vaya~ como que di a luz a una copia exacta de Kin.

Si, asi es su esposo y padre de su hija es bastante dormilón cuando se lo propone pero no es que se este quejando, o sienta algún sentimiento extraño al contrario ver el parecido entre ambos la hacia feliz, entonces al levantarse de la cama; estiro su cuerpo buscando en las gavetas aquel frasco de caramelos modificados que su abuelo Kuro creo para su hija, tenía dudas si dárselos o no para que comiera.
Con la gran diferencia de que estaba dormida dándole la espalda a la ventana, se encontraba abrazando a Kiki logrando así que la luz no le molestara, esta ves se encontraba dentro de su propio sueño disfrutando dado en su sueño miraba miles de peluches danzar. En otras palabras, estaba sumamente cómoda esa mañana como para que quisiera despertarse.

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