Llegó tarde al primer día de clases por haber hecho que una de sus compañeras llorara diamantes antes de la entrada. Para Janâ fue una venganza justa. La niñita con colmillos había llamado “pajarraco de cementerio” al cuervo Certus, su amigo. Entró al salón y la maestra, que parecía una bruja, le indicó su lugar al lado de la ventana. Cuando acomodó sus útiles encontró en su cartuchera la goma de borrar que el niño tímido le había dado. J + A se leía en la superficie de color violeta. Qué humillante, sentía las mejillas ardiendo.
Janâ fue conciente por primera vez de lo complicada que era la vida de un humano. La metamorfosis del pensamiento y deseo se aplicaban al caso de Aemond, pero agregando la parte de severa concentración para obtenerlo.
No podía ponerse en sus zapatos ya que su destino estaba en otro contexto. Janâ era bruja, lo que significaba una vida cómoda y sin demasiadas responsabilidades.
━Y debes egresar con honores para superar a tu oponente. ━retrocedió para mirarlo. Era raro verla seria. ━ Necesitarás de todo tu cerebro. Lo entiendo. No es que puedas aplicar las mañas de los mágicos.
Se cubrió los labios para reír un poco, en realidad lo hizo para dejar de demostrar lo apenada que se sentía.
━Tal vez cuando seas Rey vaya a embrujar tu castillo.
