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[ Rol Privado ]
 
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TessaEllis · F
Arqueó ligeramente una ceja al ver cómo se sostenía de ella, ladeando un poco la misma al verle en esa situación tan graciosa y penosa. ¿Dónde había quedado la mujer tan altiva y decidida? No lo sabía, pero el ratoncillo nervioso había regresado.

— La gente de tu clase tiene gustos raros. — Dijo refiriéndose a la "hiedra", limitándose a reír por lo bajo. — Vamos. — Le puso una mano en la espalda baja para guiarla a caminar.
—Notó aquella suave risilla y por un brevísimo instante, creyó que iba a burlarse de ella. Apretó los labios, agachó la vista y de pronto cero espacio personal.
Observó cómo cerró distancia entre ambas tan peligrosamente que creyó que iba a besarla... ¿Iba a hacerlo?

Se hubiera imagino que haría el rostro hacia atrás, pero la impresión de sentir que iba a ser besada la mareó, el mundo dio una vuelta vertiginosa y el sonido de su voz se volvió lejana, un eco vano. ¿Voy a desmayarme?
Instintivamente se sostuvo de los antebrazos de Tessa, creyó que iba a caerse, pero no fue así.

El tacto de su mano suave en la mejilla la mantuvo anclada, evitando su desmayo. ¿Por qué su corazón latía tanto? Podía sentirlo bombearle en los oídos, su cercanía la estaba poniendo mal y al mismo tiempo, no deseaba alejarse. Esto es raro... ¿Verdad? La soltó rápido, agachó la mirada y sonrió.— A-ahora guíame a-al pan con hiedra, ¡crema! Con crema. —Evitando mirarla, se puso a caminar, poniendo d
TessaEllis · F
La pelinegra le miró con una ceja arqueada en cuanto le impidió el paso, pretendía dejarla hablar sola pero algo en lo desesperada que se veía y su comportamiento cambiando tan abruptamente le hizo detenerse solo unos cuantos momentos.

De vez en cuando alzaba las cejas con sus palabras, bastante asombrada. No tartamudeaba, no había rastros de rubor en su rostro, parecía otra persona. Tal vez... "Tal vez reaccioné de más", pensó, pero no interrumpió su discurso.

Al terminar, solo bajó la mirada y negó con la cabeza, soltando una muy pequeña risa, para entonces acercarse a ella, a una distancia bastante escandalosa. Le miró acomodándole el cabello y quitó de su mejilla una pequeña mancha de tierra.

— Iremos por pan con crema y después a tu casa, ¿vale?
En su cabeza, muy escondida, estaba la necesidad de no perder a Tessa, de no ser para ella, lo mismo que era para todos los demás: una chica mimada y caprichosa.—
—Su reacción la tomó por sorpresa, aunque le tomó unos segundos entender su ofensa, buscó la forma de reparar lo que ocasionaron sus palabras.— ¡N-no, espera! ¡No lo tomes así! —Unos pasos cortos y rápidos lograron adelantarse a su compañera, cerrándole el paso.—

Yo no creo que seas miserable, no pienses entonces que el intento de buena acción de mi parte, sea para humillarte. Mi estatus no define mis acciones, si ofendida has sido por los de mi clase, he de disculparme por todos aquellos arrogantes envenados por el poder que otorga el dinero. —Alzó su barbilla, no altiva, si no con ese porte firme que le enseñaron tener para respaldar sus decisiones. Por un minuto, la chica tímida se había esfumado.—

Sin embargo, te pido no compares mi proceder con el de ellos. —Incluso su dicción cambió. Había una ligera urgencia por no ser considerada pretenciosa, de haber sido otra persona, Ekaterina se hubiera marchado, sin necesidad de limpiar su nombre, pero no con ella...
TessaEllis · F
esperando a que la menor la alcanzara a la par.
TessaEllis · F
— ¿Sabes? Mientras menos crédito te des, menos avanzarás. Hay que ser cariñoso con uno mismo cuando se está aprendiendo algo nuevo. — Volvió a subir la mano que tenía libre y le dio un pequeño golpecillo en la frente, mirando hacia el camino que tenían delante de ellas al terminar el puente. — Es un paso a la vez.

Mientras tanto, la mano que mantenía sujeta la de Ekaterina se sentía tibia, cómoda. Apretaba suavemente los dedos entrelazados, como si se tratase de alguien a quien había conocido toda su vida, y mismo agarre que se soltó en cuanto ella se puso de pie.

Algo en ella ardió, su propio orgullo, a escuchar pronunciadas aquellas palabras. — No soy tan miserable como crees, Vronski, puedo costear mis propias cosas. — Se puso de pie y bajó el escalón donde estaba sentada, con ambas manos en los bolsillos de su vestido. — Vamos, te llevaré a casa, no puedes andar por la calle así de sucia. — Le hizo un ademán con la cabeza y le miró por encima del hombro dando un par de pasos,
Una persona... —De pronto un escalofrío repasó todo su cuerpo, ella jamás tendría la libertad de elección en esa área, le entristecía saber que incluso, no podría conocer el amor del que tanto hablaban otras personas.

Pero, una vez más, Tessa la sacó de los profundo pasajes de su mente, con un simple gesto que le parecía lo más tierno del mundo.— Creo que exageras al llamarme "magnífica", estás dándome mucho crédito. Únicamente podría tú encajas en esa descripción, nunca había conocido a alguien así.

—Apretó los labios ante aquella frase, "me pagan por ello"... ¿Estaba siendo así de amable solo por eso? Pero justo ahora no estaban en clase... ¿Y por qué debería sentirse desilusionada si así fuera...? Ignorando sus propias madejas mentales, sonrió porque ahora ambas estaban manchadas, su madre se escandalizaría.—

Entonces, llévame contigo. —Sentenció, poniéndose de pie.— Vayamos a comer y yo costearé todo. —Tenía esa actitud de "no acepto una negativa como respuesta".—
TessaEllis · F
— Hm... — Meditó un poco las palabras de la menor. — Es cierto, y no solamente lo material si no... Tantas cosas. Salud, una persona. — Bajó la mirada unos momentos y regresó a ella. No sabía si era su vulnerabilidad, su cabello despeinado, ella en sí, pero jamás había notado lo hermosa que era.

Correspondió a ese entrelazo de dedos haciendo lo mismo, frunciendo un poco la nariz y negando con la cabeza. — No dejes que definan cuánto vales, — Agarró un mechón de su cabello y lo pasó detrás de su oreja. — eres magnífica.

Intentó acercarse a ella pero algo la detuvo, manteniendo la distancia entre ambas. — No tienes que agradecerlo, me pagan por ello. — Se encogió de hombros y soltó una suave risa, bajando la mano que mantenía en su rostro, acariciando la otra que tenía libre. — Me encantaría, pero no puedo ir así como estoy. — El vestido que llevaba se había ensuciado mientras limpiaba el de la menor, cosa que no le importaba. — Pero puedo encaminarte a casa.
¡No digas eso, por favor! Me gusta conocer el punto de vista de la gente. —De manera discreta, miró a los lagos al igual que ella, en efecto, estaban solas.— Tienes razón, nunca estaremos contentos. Papá suele decir que nunca agradecemos lo que tenemos, porque buscamos qué tienen los demás.
—Tal vez, viniendo de alguien que puede tener materialmente todo, no sonase muy honesto, pero en su voz, de ver sonaba que había algo que le faltaba, un anhelo.

Se sorprendió a sí misma disfrutando de los mimos que ella le brindaba con tanta dulzura. Quiso corresponderle, así que buscó enredar sus dedos con los de ella un poco más fuerte.— Espero que tus palabras es hagan realidad, o voy a deshonrar a la familia.

—Espera... ¿Le acaba de mirar los labios...? ¿O exactamente qué observó? Declinó la idea de inmediato.— Quiero agradecerte lo que haces por mi, por arriesgar a que te dese lisiada. —Rio un poco.— ¿Te gustaría acompañarme a comer?

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