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-Un puntapié en el culo de Dan fue lo que necesitó para irse a dormir, malhumorada por haber caído en el truco del bosque, por no haber dormido cerca de él. Había tallado su vestido en el agua y colgado en una rama, y envuelta en su capa durmió. Al día siguiente ya estaba vestida de nuevo, se había calzado sus maltrechas botas y continuó caminando en un agradable día soleado, con su estómago rugiendo de hambre. Se colocó las manos en el vientre en su avance, mirando a los alrededores en busca de algo que pudiese robar.-
 
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Soren · 100+, M
No será sencillo, claro que no. -Estriaba de su corcel, a tanto galope que no era natural ese esfuerzo. Sombra era un corcel, de tierras desconocidas, pero especial en específicamente eso, no estaba vivo, era la reencarnación perfecta de una bestia con ojos luminosos en un rojizo de noche, que según rumoreaban en el Norte, representaba a los hijos de la luna de sangre. Un último estruendo dio el taconeo de su caballo, hasta darle emoción suficiente para levantar las piernas delanteras y dejar suspendidos a ambos sobre el aire un segundo.- Hey, hey... Calma amigo. -Habían llegado, a las entradas de aquella vieja casa, era un camino relativamente largo, inclinado hacia una montaña, era real que no se vislumbraba la casa, pero sí se podía contemplar el eterno camino cercado alrededor que llevaba hacia ella.-
SylphideQ · 31-35, F
-Todavía las cosas podrían seguir. Ignoraba el estado político actual, los movimientos en proceso, las cuentas pendientes. Se tomó el cabello y lo pasó por encima de un hombro, mirando el tono rubio y llamativo. Una idea llegó a su mente.- ¿Y si cambiamos mi nombre? No me gustaría ir por allí siendo el blanco de tus amigos. Hasta podría cambiar el color de mi cabello, embadurnarlo en lodo ... Bueno, tal vez no. Entonces me cazarían para matarme por apestosa, no por mi nombre. -Ella quería hacer que las cosas funcionaran. Para ella su vida había iniciado en ese bosque, sin recuerdos. El pasado era tan vacío que no se sentía parte de él.-
Soren · 100+, M
No, aún no desenfundas la espada. -Deslizó entonces su mano contraria contra el riel de su caballo, así suscesivamente recaía profundamente, lo obsoleto se quedaba quieto, renunciaban los servicios al esqueleto, realmente estaba muerto despierto. Luego volteó a ver la frontera, y con el caballo ante sus piernas, aceleraba el paso de los galopes. La mentira nadaba en nada, todo estaba claro, tenía que ser exactamente propio acabar con ello, ¿Cómo le iba a pedir a ella que tenían que ir a matar a su hermana?.-
SylphideQ · 31-35, F
-Le había pasado los brazos alrededor del torso, por debajo de las axilas. Comenzaba a intuir hacia dónde iba toda la historia, y también cómo terminaba. Recargó la mejilla en su hombro mirando el panorama durante el avance, gradualmente sus ojos fueron cambiando a una mirada entristecida.- ... Y perdí, y entonces me suicidé. Esa parte la recuerdo, lo demás... Es bastante confuso para mí, no hay nada. -Se asomó encima de su hombro para verlo, sus cejas arqueadas.- ¿Eso cambia las cosas?
Soren · 100+, M
Sé de dónde vienes. -Alzó la mirada al horizonte una vez sombra empezó a correr por los campos, donde solo sus pelajes diluían el viento y finalmente brillaban con el sol.- De Elvnhaim. -Apagó un poco la voz, para luego añadir al tirón de su caballo.- Eres la hermana menor... De la reina. -Creía jugarse la vida con esas palabras, tampoco tenía demasiado tacto, si ella le querría matar, sería momento perfecto para reanudar esa pelea de hace años. Campo abierto, un buen día de sol, sin ningún obstáculo, solo ese campo de rosas y girasoles cubiertos por el manto caluroso, un terreno perfecto para derramar sangre y ser usado como tumba.- Contigo luché hace seis años.
SylphideQ · 31-35, F
-La reacción del hombre erizó sus poros, y esa intimidación se reflejó en sus ojos, los cuales por segundos lucieron ciertamente amenazantes. No era que tuviese intención de entrar en batalla, pero su naturaleza era ciertamente animal, fuera de su control. Amarró su espada a la cintura y se colocó su vieja capa, luego hizo un rollo con su viejo vestido blanco y se lo llevó bajo un brazo, no creyó que quisieran pertenencia suya en ese lugar. Tomó su mano y subió al caballo, y después de avanzado el trayecto lanzó el vestido al aire.- ¿Qué acaba de pasar...?
Soren · 100+, M
Momentos justos bastaron hasta llegar al establo, y saludar, después de tanto tiempo, a su caballo “ Sombra “; El corcel negro no dudó en moverse, y al ponerse a ritmo, trotar con su dueño como capitán navegante. Habría dejado la bolsa en las alforjas, y ahora esperaba que la mujer se subiese con la ayuda de su mano extendida.- Vamonos.
Soren · 100+, M
-El herrero escupió su cerveza una vez escuchó su nombre, vio a Dan, y después apretó fuertemente su corbatín.- Dante… -También estaba impactado, no se lo creía, mucho menos soportaba la idea. Un silencio sereno vagó por su cuerpo, y antes de que el herrero le cortase la cabeza a la mujer, desenfundó la suya.- Basta. –Posó el arma una vez la cosa se calmó, ahora portaba un sable, una hoja más o menos larga, pero imponente, fue el arma que usó ese día, el día en el que luchó contra la mujer, que ahora portaba la armadura de su madre, sus decoraciones entre el mango eran rojizas como la capa, y entre ellos dos lobos brotaban el sostén.- Partiré ya viejo, te veré cuando vuelva del viaje… -Contuvo la respiración y añadió.- Usa lo que creas necesario de mi ático, ya sabes. –Finalmente partió de aquella casa, con la espada en el hombro izquierdo y en el otro la bolsa repleta de oro.
SylphideQ · 31-35, F
-La realidad la golpeó como un martillo, haciéndola estremecer. Eran dos personas diferentes en ese momento, y sabía que después de salir de esa puerta no habría vuelta atrás. Los viajeros harapientos y apestosos habían quedado atrás, y ahora había un par de papeles qué llenar. Caminó hacia él, su armadura resonando en sus pasos con un tintineo suave bastante agradable, y entonces le colocó las manos en sus mejillas.- Velouria. Mi nombre es Velouria. -Lo había recordado hace poco, y su nombre tenía una fama que ella desconocía. Velouria el relámpago, una de los cinco guerreros más fuertes de su corte. Desaparecida, creída muerta. No sabía esas cosas, tan sólo le sonrió en busca de su aceptación.- Lista.
Soren · 100+, M
-Estaba ya Dan, en esa habitación de grandes dimensiones bajo el hogar, cientos de monedas de oro caían, artilugios varios... Armaduras absurdamente condecoradas, y poco más que la espada original de Ancrath. Él no estaba por nada más que por un anillo, el anillo de azura. Un anillo bañado en oro blanco que en el centro, cargaba un diamante con un mapa, todo el mundo en sus manos. Cerró de este en su puño, luego tomó una bolsa enorme, en la cual empezó a depositar poco a poco monedas, hasta finalmente terminar por sellarla. La nostalgia invadió su ser, y creyó mejor dejar de ser el matarreyes por un tiempo. Al salir de aquella habitación, demostró una cara totalmente diferente, bien rasurada, limpia incluso, el cabello iba agarrado por una cinta roja, a la par de un cabello que se escapó hacia adelante, por su ceja. Lucía una armadura de acero, pulida y brillosa, elegante como lo sería para un rey, y en ella, acompañaba una capa roja.- ¿Lista?

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